y crispada mueca de preocupacion del dia anterior aparecia otra vez en su rostro. No estuvo alli mucho tiempo — estaba demasiado concentrado en su interpretacion como para distraerse durante mas de un breve instante— pero a la muchacha le resulto facil adivinar su causa.
Por fin el ultimo numero toco a su fin. Los Brabazon que bailaban dejaron a sus parejas con besos y despreocupadas promesas que no se mantendrian, y dieron una ultima vuelta al escenario, saludando al publico. Los musicos, por su parte, dieron un paso al frente y flexionaron subrepticiamente sus cansados dedos al tiempo que sonreian y hacian reverencias. Mareada por la excitacion, alegre y triste a la vez porque los festejos y la fiesta hubieran terminado por aquel dia, Indigo siguio a los demas de regreso detras de los bastidores; pero cuando sus ojos se posaron de nuevo en Constan observo que la inquietud regresaba a su rostro.
—?Mi cuerpo y mi alma por una jarra de cerveza! —suplico Val, y apenas dejo caer su organillo en el suelo agito las manos para mitigar la tension.
Esti, que estaba sentada sobre una caja tumbada desatandose los zapatos, levanto los ojos.
—Has iniciado los numeros de baile muy pronto, papa —dijo a Constan—. Unos minutos mas y los pies me hubieran empezado a arder... Hemos bailado durante mas de una hora, ?lo sabias?
Algunos de los otros apoyaron su protesta, y Constan fruncio el entrecejo.
—Mejor eso que perder a nuestro publico, querida. Me di cuenta de que empezaban a mostrarse inquietos; querian tomar parte en lo que sucedia, para quitarse de la cabeza otras cosas.
—Pero...
—Nada de «peros». Cuando lleves tanto tiempo como yo en esto, sabras como interpretar las senales si es que tienes algo de ingenio. —Miro a su hijo mayor—. Fran sabe de lo que hablo.
—Nos costo mucho conseguir que tomaran parte —corroboro el joven—. Lo normal es que los hombres se peleen por bailar con las chicas, pero esta vez... —Dejo que un expresivo encogimiento de hombros terminara su frase.
—Ese es el motivo por el que has tenido que bailar tanto rato. —Constan lanzo a Esti una mirada furiosa—. ?Satisfecha ahora, senorita? ?Alguna otra queja?
Esti volvio el rostro. Sus ojos todavia mostraban una expresion rebelde pero se guardo muy bien de discutir.
Fran empezo a guardar el equipo en las cajas y baules para preparar la caminata de regreso a las carretas.
—?Que hay de manana, papa? —inquirio—. No podemos ofrecer el mismo espectaculo dos veces seguidas. Si tomamos la funcion de hoy como precedente necesitaremos efectuar algunos cambios.
—Ya lo hablaremos por la manana. —Constan se froto los ojos—. En este instante, estoy tan seco como un hueso y no deseo mas que un buen trago de algo decente. ?Alguien mas se viene al Tonel de Manzanas a tomar unas cuantas jarras?
Fran, Val, Lanz y Esti enseguida acordaron acompanarlo. Cari, con cierto remilgo, rehuso, e Indigo meneo la cabeza con una sonrisa.
—Gracias, Constan, pero no he dormido bien esta noche pasada.
regresaremos a las carretas con los otros.
—Corno quieras. Dejad lo que no podais llevar y nosotros ya lo recogeremos mas tarde. La milicia de la ciudad vigila para que no se robe nada.
El grupo se dividio y marcho en diferentes direcciones. En la plaza y las calles que la rodeaban aun quedaban algunas personas, y de todas las tabernas surgia luz y ruido, pero para la mayoria de los habitantes de Bruhome el dia habia finalizado. Se habia levantado una fresca brisa, y el cielo estaba despejado y negro como el terciopelo. La noche anterior no habia habido luna; esta noche habia una fina y reluciente medialuna, flotando muy baja en el este mientras iniciaba su viaje nocturno.
—El viento sopla de la luna esta noche —dijo Cari en voz baja viendo el campamento desde la orilla del rio.
Ella e Indigo transportaban entre las dos el mas grande de los baules de ropa, e Indigo miro la alta figura de la muchacha con curiosidad.
—?Es eso importante? —pregunto.
Cari sonrio.
—Oh, no es mas que una vieja supersticion. Dice que cuando el viento sopla del lugar donde se alza una luna nueva, anuncia grandes cambios.
—?Para bien o para mal?
—Puede ser cualquiera de las dos cosas.
—Entonces, esperemos que sea para bien esta vez.
—Si. —En la oscuridad, el rostro de Cari parecia una palida mascara—. Esperemos que asi sea.
Ante la sorpresa de todos, Constan y sus companeros regresaron al cabo de una hora. En el prado, mucha gente estaba despierta todavia; las hogueras brillaban aqui y alli, y el murmullo ocasional de voces apagadas se dejaba escuchar por el prado. Las cuatro Brabazon mas jovenes estaban ya en cama y dormian, pero los otros, animados ligeramente por la caminata desde la ciudad, se habian reunido en la carreta principal para beber cerveza especiada caliente y charlar tranquilamente sobre los acontecimientos de aquella noche. El sonido de unas botas en los escalones los alerto, y al levantar la cabeza vieron a Constan en la puerta.
—Bien —dijo Constan con cierto resentimiento en la voz—. ?Parece como si esta noche hubiera mas diversion bajo nuestro propio techo que en cualquiera de las tabernas de Bruhome!
Se apretujaron en el reducido espacio y Cari trajo mas jarras.
—?Que sucede, Constan? —pregunto Indigo—. ?No habran cerrado todas?
—No; pero lo mejor seria que lo hicieran por la diversion que pueden ofrecer. Fuimos al Tonel de Manzanas; luego..., dejame ver. —Constan conto con los dedos—: El Vellon, Los Cosechadoras de Lupulo y a Las Cinco Vides, y en todas partes habia lo mismo. Caras largas y ojos asustados. —Sacudio la
—Y la conversacion —interpuso Val—. Rumores y mas rumores. La historia sobre el bosque ambulante esta por todo el pueblo ahora.
—?Entonces la historia es cierta?
—La gente se comporta como si lo fuera —respondio Constan—. Cada vez son mas los que afirman haberlo visto. Arboles negros, dicen, de los que crecen espinas tan largas como el brazo de un hombre. Y denso como la pared mas gruesa que jamas se haya construido.
—Pero si realmente hubiera algo de verdad en esto, papa, lo habriamos visto de camino aqui —objeto Cari—. O si nosotros no lo hubieramos visto, alguno de los otros viajeros lo habria hecho, y ya nos lo habrian contado a estas horas.
Constan le palmeo la mano.
—Lo se, chica, lo se. No tiene el menor sentido. Pero la gente de por aqui empieza a creerselo.
—Y eso no es todo —anadio Fran, sombrio—. Otras cinco personas mas han contraido hoy esa misteriosa enfermedad, y otras dos han desaparecido.
Constan le dirigio una mirada furiosa.
—Te he dicho que no lo mencionaras. No delante de los mas pequenos.
Fran se encogio de hombros.
—Si no se lo decimos nosotros, alguien se lo dira pronto.
—Papa, este lugar no es saludable —dijo Lanz—. Creo que deberiamos irnos, antes de que se vuelva peor..
Fran lanzo un bufido desdenoso, pero Constan alzo una mano.
—No, Fran. He estado pensando lo mismo y creo que ya he decidido que hacer. Daremos un nuevo espectaculo manana, tal y como hemos planeado; pero despues de esto nos despediremos de Bruhome y seguiremos adelante.
—?Y perdernos el final de la Fiesta?
—Si. Para lo poco que va a valer la pena ahora. —Constan los contemplo de uno en uno—. ?Bien?
Se produjeron murmullos, ruido de pies sobre el suelo.
—Tu sabes lo que es mejor, papa —dijo Armonia.