Esti empezo a gemir con una voz aguda e histerica y el sonido hizo que los tensos nervios de Indigo amenazaran con estallar. Cerro los ojos, mientras sentia como el terror se apoderaba de ella avasallador, e intento desesperadamente controlar aquella violenta oleada, canalizar su energia, imponer su fuerza de voluntad sobre el poder del demonio...
Un grito ronco resono en la sala e Indigo abrio los ojos de golpe a tiempo de ver a Fran que se arrojaba contra la negra masa en un arranque de furia y miedo. Habia sacado el cuchillo de su funda, y acuchillaba y golpeaba la efervescente oscuridad como un demente.
—
Dedos negros surgieron de entre la neblina para sujetarlo e inmovilizarlo, y el los golpeo con la mano libre, destrozandolos y arrojando sus humeantes restos al suelo. El remolino se replego y retorcio sobre si mismo como una enorme bestia ignorante que percibiera vagamente el peligro, y los alaridos de Fran adoptaron un timbre fanatico y triunfante.
—?Ayudadme! ?Ayudadme y podremos
La paralisis que dominaba a Indigo se hizo anicos ante el estimulo de la voz del muchacho, y ella y Esti lanzaron a la vez un grito de desafio, al tiempo que sacaban sus cuchillos, y se precipitaban contra aquel horror, acuchillando con furia la oscuridad. El muro se replego de nuevo, y luego empezo a derrumbarse. Las deformes figuras, tanto humanas como monstruosas, se fundieron en un caos de rostros que chillaban y brazos que se retorcian; del centro de la oscuridad se elevo un aullido, una miriada de voces en espantosa disonancia, Indigo aullo en respuesta, descargando todo el odio, el desafio y ferocidad que hasta aquel momento habian permanecido bloqueados en su interior, y la demencial escena dio un vuelco y parpadeo cuando, durante unos aturdidores momentos, le parecio que veia a traves de otros ojos que no eran los suyos. Ojos plateados, que brillaban vengativos; ojos de suave fulgor dorado, remotos y objetivos: los ojos ambarinos de un lobo en pos de su presa...
De repente, un trueno resono en la sala, y todos los demas sonidos quedaron ahogados por su fragor. Las losas bajo los pies de Indigo se agitaron, se arquearon hacia arriba, y toda la escena estallo en una erupcion de luz mientras era arrojada de lado para aterrizar con terrible fuerza sobre el suelo. Los oidos le zumbaron bajo el eco del trueno; la negra pared que se alzaba ante ella parecio fundirse en una columna que giraba como un tornado...
Se encontro debatiendose sobre el suelo, intentando ponerse en pie mientras un silencio siniestro y total aferraba la sala en un puno de hierro.
Muy cerca de ella, alguien dijo, en una voz demasiado forzada para ser reconocida:
—Que la Diosa nos proteja...
El miasma desaparecio, e Indigo abrio los ojos.
La nube negra habia desaparecido. La sala estaba vacia, silenciosa, totalmente tranquila. Las puertas y el demonio se habian desvanecido, y en su lugar habia unas paredes mohosas y agrietadas que se abrian a la ciega mirada de un firmamento frio e indiferente. Las viejas piedras brillaban con el frio nacar de la desintegracion, y enormes grietas hendian la estructura de las paredes por entre las que se colaban las exuberantes y codiciosas ramas de retorcidos arboles. Con un sonido hueco en medio del silencio, le llego el continuado e incesante gotear de agua sobre pedernal, y bajo su cuerpo el suelo se agito perezoso, empapado de una humedad estancada.
Unas manos se cerraron sobre sus antebrazos y tiraron de ella hacia arriba, rompiendo el hechizo que la inmovilizaba. Percibio la cercania de Fran, oyo como Esti murmuraba una sentida imprecacion, y vio sus ojos al igual que los ojos asustados de la presa de un cazador, aturdidos e indecisos en la silenciosa penumbra.
Una voz apenas audible les hablo como si surgiera de otro mundo.
—Vuestro valor os honra. Pero es inutil. Todo sera lo mismo, al final.
Al otro extremo de la sala quedaba todavia una puerta, que se balanceaba sobre oxidadas bisagras. Una sombra nebulosa se sentaba ante la puerta en un sillon medio podrido de madera petrificada que apenas se distinguia bajo una capa de moho. Aunque la sombra carecia de rostro, tuvieron la impresion de que el demonio sonreia.
—Una partida del juego, amigos mios. O, como la Compania Comica Brabazon quiza preferiria denominarlo, una escena de la obra; y habeis representado vuestros papeles de una forma digna de elogio. ?Que otra diversion podria idear ahora?, quisiera saberlo...
—?Al infierno con tus diversiones! —grito Fran furioso—. ?Libera a mi padre y a mi hermana!
—?Ah, si! Claro. —La sombra se estremecio como si riera en silencio—. Como he dicho antes, no lo hare, y tampoco puedo hacerlo. Pero habeis despertado mi interes, Franqueza Brabazon; tu y tus companeros de actuacion. ?No es eso lo que deseais de vuestro publico cuando subis al escenario? Me divertis. Me entreteneis. Y a lo mejor dara un pequeno respiro a mi eterna afliccion el continuar con este juego un poco mas. —La nebulosa figura se levanto del sillon—. Pensais que podeis destruirme. Estais equivocados; pero quiza, mientras persistis en vuestro inocente error, yo podre idear alguna diversion que conduzca nuestro pequeno drama a un satisfactorio acto final. —Una mano oscura y vaga se elevo en el aire, e indico en direccion a la deteriorada puerta—. Tras este portal se encuentra un sendero que os conducira hasta vuestros amigos.
—?No somos tus juguetes! ?Ni lo seremos! —le espeto con furia Indigo.
—Oh, pues claro que si. Ya que yo preparare la escena como me plazca, y vosotros sereis mis actores, con la supervivencia como recompensa en lugar de unas monedas. Aquel que posee la bolsa mas llena es el amo de la celebracion: ?no es esta la piedra de toque de vuestra profesion? Y mi bolsa esta mas llena que la de ningun otro senor que hayais tenido.
Esti apreto los punos hasta que sus unas se clavaron con fuerza en las palmas.
—?No vamos a ser tus juguetes! Ser monstruoso, engendro de vibora... ?no lo seremos! —Escupio en direccion al sillon como una gata enfurecida, pero el escupitajo lo alcanzo.
—Esa eleccion es vuestra —repuso con indiferencia el demonio—. Podeis seguir el sendero que os ofrezco, o podeis quedaros aqui hasta que os convirtais en una ruma como las paredes que os rodean. Escojais lo que escojais, nos volveremos a encontrar antes de que haya pasado mucho tiempo. Y ahora, os dejare para que discutais vuestra decision. —Hizo una pausa—. Una ultima palabra de advertencia. Los lobos tienen dientes. —Su espectral figura se estremecio como si, de nuevo, riera en silencio—. Os digo adios ahora, por el momento.
El medio podrido sillon se desvanecio. Durante un instante la oscura y enjuta figura permanecio alli de pie, solitaria; luego, como humo arrastrado por la suave brisa, se estremecio, su forma se disolvio, y desaparecio.
Se produjo un largo y tenso silencio. Por fin, Eran lo rompio con un explosivo y grosero juramento.
—Bien —dijo Esti con ferocidad mientras la tensa atmosfera se suavizaba ligeramente—. ?Que vamos a hacer?
Indigo contemplaba en silencio la semidesmoronada puerta, y fue Eran quien respondio:
—Creo que tenemos que ir —dijo—. Si no nos estaba mintiendo, y existe una posibilidad de encontrar a papa y a Cari, debemos intentarlo. La Madre sabe bien que es una insensatez, ya que tendremos que bailar a su repugnante son, pero no se me ocurre otra posibilidad.
Esti, mas calmada de su anterior postura desafiante, asintio con la cabeza y miro a Indigo con inquietud.
—?Indigo? ?Que opinas? —le pregunto.
—Estoy de acuerdo —repuso—. No tenemos otra eleccion posible.
Recogieron las escasas pertenencias que aun les quedaban en abatido silencio, y finalmente, aunque ninguno tenia demasiadas ganas de hacerlo, se volvieron en direccion a la puerta.
Fran extendio la mano y la toco. Las bisagras crujieron... Entonces, de repente, toda la estructura cedio, la madera se resquebrajo, se hizo pedazos, convirtiendose en astillas y polvo, para revelar el nuevo paisaje situado al otro lado.
Un palido sendero polvoriento se iniciaba ante la puerta, bajo el mismo firmamento uniforme, sin estrellas y apenas iluminado que habia flotado sobre el paramo y los jardines. A un lado del sendero se alzaban oscuras