—?Funciono! ?Funciono!
Intento abrazar a Indigo pero esta lo aparto, sabedora de que no debian perder ni un momento.
—?Hay que llegar a la posada! —grito por encima del bullicio de la batalla—. Y ayudame con Esti, se ha...
—?Estoy bien! —El rostro de Esti estaba rojo y empapado de sudor, pero empezaba a serenarse y a recuperar las fuerzas—. ?Vamos!
Corrieron en direccion a la puerta de la taberna, y la atravesaron juntos, con tanta fuerza que casi la hicieron saltar de sus goznes.
—?Id escaleras arriba!
Indigo empujo a sus companeros delante de ella mientras la puerta se cerraba a sus espaldas. Oyo el repicar de sus pies mientras la obedecian, y la voz de Esti que gritaba: «?Papa!» ?Papa!», pero en vez de seguirlos inmediatamente se detuvo unos segundos al pie de las escaleras, con los ojos cerrados para intentar recuperar la serenidad.
Lo habian conseguido. No solo ella, sino tambien Fran y Esti habian roto la barrera. Habia apostado y ganado, y el alivio que este conocimiento le producia la agobiaba. Ahora, debian...
Y la idea murio en su mente cuando, por entre el tronar de su propio pulso en sus oidos, Indigo se dio cuenta de que los terribles ruidos de la plaza empezaban a apagarse. Aun oia los aullidos, los alaridos, los abrumadores rugidos, pero parecian agotarse como un arroyo que se hundiera bajo tierra para dejarse oir cada vez de forma mas debil, mas y mas debil
y...
Silencio. Era tan agudo que por unos instantes parecio hincharse y golpear en la mente de Indigo con la misma fuerza que el estruendo que habia sonado antes. Ladeo la cabeza para escuchar con atencion, sorprendida. ?Habia huido la manada perseguida por sus creaciones? ?Habian sido todos destruidos? ?O de alguna forma se habia transferido la batalla a alguna otra dimension? Llena de curiosidad, casi hizo un movimiento en direccion a la puerta..., entonces se detuvo cuando surgio un unico y lugubre aullido proveniente de la plaza.
Un agudo estremecimiento recorrio el pecho y los brazos de Indigo. Conocia aquel sonido. Lo que era. Despacio, extendio la mano y levanto el pestillo de la puerta, luego la abrio unos pocos centimetros y miro al exterior.
Todo rastro de pelea habia desaparecido. La plaza estaba oscura, silenciosa. Pero no del todo vacia. Sola en el centro, el moteado hocico levantado hacia el uniforme firmamento y los costados temblorosos aun por el grito lanzado, estaba
—
Indigo sintio como la emocion se agolpaba en su interior y, sin preocuparle el peligro, salio a la plaza.
—
Indigo intento fusionar su mente con la de la loba, suplicandole, deseosa de ofrecerle amor y consuelo...
E Indigo se quedo alli, sin saber que hacer, mientras las lagrimas corrian a raudales por sus mejillas.
CAPITULO 19
—Bien, pues. —Constan se llevo las manos a los costados y paseo la mirada a su alrededor como si desafiara a cualquiera a discutir lo que iba a decir—. Iremos tras eso, y lo mataremos. Eso es todo lo que hay que decir. —La arruga de la frente que habia dado a su rostro un aspecto furioso se profundizo aun mas, y empezo a pasear—.
Fran miro a Indigo, que permanecia sentada en el alfeizar de la ventana un poco aparte del resto del grupo. Durante toda la ruidosa y emotiva reunion de los Brabazon se habia retirado a un segundo plano, sin decir gran cosa mientras Constan, Fran y Esti hablaban hasta que no quedo nada por contar. Era bastante comprensible, debia de sentir que tenia poco que ver personalmente en la celebracion familiar; pero Fran sospechaba que habia algo mas tras aquel silencio. Estaba pensativa; pero el muchacho no conocia la causa de su estado de animo, y no sabia como abordar el tema con ella.
Ademas, habia otras cosas que requerian su atencion. Muchas cosas habian sucedido desde que el, Indigo y Esti habian atravesado la puerta del Tonel de Manzanas y se habian reunido con Constan, al principio todos habian hablado, reido y llorado a la vez, y durante algun tiempo resulto imposible comprender nada. Pero por fin la atmosfera se habia calmado, y poco a poco habian podido juntar las piezas mas sobresalientes de su posicion.
La discusion se habia celebrado mientras consumian la primera comida abundante que los recien llegados habian probado desde que abandonaran la autentica Bruhome. La teoria de Indigo sobre la inocencia de Constan se habia visto sorprendentemente reivindicada; cuando se le pregunto como habia sobrevivido durante aquella dura prueba los miro sorprendido y respondio que habia hecho lo que cualquiera con un poco de sentido habria hecho: beber agua de los arroyos y estanques que encontro en el camino. Cierto que no habia habido comida disponible en los negros paramos, pero en cuanto llego a esta ciudad desierta, desde luego que habia encontrado comida y agua en cantidad en las bodegas de la taberna, y desde entonces se las habia arreglado muy bien. Y cuando la bodega resulto estar muy bien abastecida de suministros que todos podian ver y comer, Fran empezo a comprender lo poderosa que podia resultar la mente incondicional de su padre en aquella dimension. Sin la menor vacilacion o duda, Constan habia impuesto su propia realidad sobre el mundo irreal; y el potencial de tal habilidad resultaba pasmoso.
Pero tras la comida y la primera oleada de relatos y revelaciones, tuvieron que enfrentarse a la definitiva y mas ardua de todas las tareas. Constan estaba firmemente convencido de que seguia en el mundo real y de que el negro bosque a cuyo interior el y Cari y
Habian intentado razonar con el, hacerle comprender la autentica verdad, pero Constan era obstinado. La teoria se habia convertido en su mente en una realidad solida y se negaba incluso a considerar los fallos logicos que contradecian su creencia, Indigo se habia retirado bruscamente de la discusion y Fran tambien se dio por vencido al fin cuando comprendio que nada iba a conseguir.
Pero existia una cuestion que Constan estaba del todo dispuesto a aceptar; ya que, como cualquier oriundo de las tierras del sudoeste, Constan no dudaba de la existencia de demonios. Cuando Fran le conto —escogiendo las palabras con cuidado— su encuentro con el ser que mantenia a Bruhome bajo su poder y el desafio que aquel ser les habia lanzado, la chispa de indignacion que habia ayudado a Constan a superar su miedo durante todo aquel tiempo prendio y se encendio hasta convertirse en furiosa colera. Constan solo tuvo una respuesta ante aquella colera: buscar la causa, y eliminarla.
Asi pues, empezo a pasear por la estrecha habitacion como un perro jabalinero enjaulado, al tiempo que le tomaba carino a su idea. El demonio