Indigo lo interrumpio antes de que el mal genio de Constan tuviera tiempo de hacerse oir.

—Ven a la ventana.

Habia esperado no tener que hacerlo, al menos aun no; pero ahora comprendio que su esperanza habia sido vana. La paciencia de Constan y su aquiescencia a dejarse manipular se acababan alli. Habian conseguido chantajearlo para que aceptara colaborar en su plan hasta un cierto punto; pero mas alla de aquel limite su credibilidad habia sobrepasado la medida y por alli ya no pasaba. La muchacha ya no se atrevia a seguir utilizando el guante de seda o perderia el terreno ganado. Constan tenia que ver la verdad por si mismo.

—Por favor, Constan. Haz lo que te pido. —Su voz era dura—. Solo por esta vez.

Durante un tenso momento Constan siguio mirandola furioso. Luego, despacio, se adelanto, e Indigo reunio toda la fuerza de voluntad de que fue capaz, mientras rogaba en silencio que no se hubiera equivocado y aquello saliera bien.

—Primero, necesitamos luces —anuncio la joven, y se volvio hacia la ventana.

Abajo, en la plaza, aparecieron de la nada seis retazos de palida y parpadeante luz naranja. Todavia resultaban debiles e inestables, pero la muchacha se concentro con mas fuerza, y de repente la perezosa luz tremula se convirtio en seis llamaradas que se alzaron hacia el firmamento desde la parte superior de los postes en seis llamaradas que se alzaron hacia el firmamento desde la parte superior de los postes de las antorchas.

Constan lanzo una exclamacion incoherente y retrocedio asustado, Indigo le sonrio tranquilizadora.

—Asi que, ya tenemos luces —dijo—. Y ahora, el escenario.

Era una replica perfecta del escenario sobre el que —parecia que hubiera transcurrido una eternidad desde entonces— la Compania Comica Brabazon habia actuado durante la Fiesta de Otono. La luz de las antorchas bailaba sobre las tablas vacias y arrojaba sombras sobre las cortinas corridas; y mas antorchas diminutas ardian en hilera en la parte delantera de la plataforma.

—Y —siguio Indigo—, tenemos todos los disfraces que necesitemos.

Constan se volvio hacia ella boquiabierto, con los ojos a punto de salirsele de las orbitas, intentando poner en palabras las preguntas que se agolpaban en su asombrada mente. Ella le dedico otra sonrisa, y Constan se encontro frente a una criatura de dulces ojos dorados ataviada con todas las tonalidades verdes de la primavera, cuyos cabellos poseian el color de la tierra fertil y cuyo rostro era mas bello que el de cualquier cosa humana...

—?Ah!

Constan se tambaleo hacia atras al tiempo que se cubria el rostro con un brazo como para protegerse. Esti le sujeto el otro brazo para evitar que perdiera el equilibrio e Indigo se quedo helada al darse cuenta de lo que habia hecho.

?No habia sido su intencion adoptar aquella forma! Habia surgido de forma espontanea y sin que ella lo hubiera deseado en absoluto: su unica intencion habia sido mostrar a Constan una imagen de si misma ataviada con uno de los familiares disfraces teatrales. Pero alguna otra cosa se habia apoderado de su voluntad, anulando su conciencia, para convertirla en la imagen del emisario de la Madre Tierra.

—Yo... —Pero no podia expresarlo en palabras. ?Comopodia haber sucedido? Le habian arrebatado el control; no habia, deseado aquello; no esa imagen precisamente...

—Indigo, ?te encuentras bien?

Era Fran, que la habia visto tambalearse y corrido a su lado.

—S-si... es... estoy... —Indigo recupero el control con un gran esfuerzo—. Estoy bien.

—Nos has sobresaltado a todos; no solo a papa. —Fran miro al otro extremo de la habitacion donde Constan se habia sentado pesadamente con Esti a su lado—. La imagen resulto tan real...

Indigo aspiro con fuerza varias veces a gran velocidad.

No queria que nadie se enterase del sobresalto que habia sufrido. Deseaba poder alejarse, estar sola durante unos pocos minutos para recuperar la calma y la compostura.

Reprimio un deseo de salir corriendo de la habitacion y, en un intento de mantener al menos una apariencia de normalidad, dijo a Fran:

—Lamento haber tenido que hacerlo. Pero fue lo unico que se me ocurrio para convencerlo.

—?Oh, se pondra bien! —Esti le dedico una leve sonrisa—. Dale unos minutos para que se recupere de la sorpresa, y se lo explicaremos todo. Tenia que hacerse, Indigo.

—Si. Pero ahora que conoce la verdad, ?como le afectara eso?

—No le afectara en absoluto —repuso Fran con una mueca—. No si yo conozco a mi padre. Es un hombre muy practico. Una vez ha visto algo con sus propios ojos, cree en ello. Ya no tendremos mas problemas con el ahora; y en cuanto averigue como se hace, lo mas probable es que nos superara creando sus propias ilusiones. Espera y veras.

Miro pensativo por la ventana. Las antorchas y el escenario se habian desvanecido; en su momento de furor mental Indigo habia perdido el control sobre aquellas imagenes y se habian desvanecido, pero Fran ni sabia ni le importaban los motivos de su desaparicion. No seria dificil recrearlos cuando llegara el momento.

—Realidad impuesta sobre la ilusion —dijo—. Podemos hacerlo, Indigo. ?Realmente podemos poner este maldito mundo patas arriba! Y cuando el demonio venga corriendo a nuestra trampa... ?morira! —Chasqueo los dedos.

Indigo apenas pudo disimular una sonrisa. La descripcion de Fran era simple, pero muy cercana a la verdad. El demonio habia declarado que no podia morir; sin embargo ella creia que no podia seguir viviendo en un mundo que era real. En eso se fundamentaba su esperanza. El demonio no tenia autentica vida propia, sino que existia tan solo a traves de las ilusiones que creaba. Si se desarmaba la estructura de aquellas ilusiones, y se las desperdigaba para reemplazarlas con la realidad de las cosas de carne y hueso, no quedaria nada para alimentar su vampirica voracidad.

Podian hacerlo. Poseian el poder. Quiza se le ocurrio con cierta inquietud, despues de la imagen que habia creado involuntariamente, pero poseian mas poder del que creian. Ahora, todo lo que les quedaba era utilizarlo, y utilizarlo bien.

—Lo mejor sera que hablemos con tu padre —dijo Indigo. Su mirada se encontro con la de Fran y le sonrio—. Este es el ultimo acto de la obra. ?Aseguremonos de que sea la mejor representacion que la Compania Comica Brabazon haya ofrecido jamas!

Esti lo apodo el Consejo de Guerra, y nadie se sintio inclinado a llevarle la contraria. Constan, tal y como Fran habia predicho, llevo la voz cantante en la discusion; la jugada de

Indigo habia dado muy buenos resultados, y la actitud de Constan habia pasado del escepticismo y desconcierto al mas sincero entusiasmo. Si le hubieran dicho desde un principio que era todo aquello —habia dicho, algo herido en su amor propio—, podrian haberse ahorrado un sinnumero de inutiles discusiones. Al oir esto, Esti se habia visto obligada a taparse la boca con la mano para reprimir una carcajada, mientras que Indigo y Fran cruzaban una maliciosa sonrisa.

Pero a medida que el consejo se volvia mas serio, la atmosfera no tardo en calmarse. La conversacion poseia un aire peculiar: superficialmente podrian haber estado discutiendo planes para cualquier representacion normal de los Brabazon; pero por debajo de las conocidas discusiones sobre cuestiones practicas existia el conocimiento tacito pero enfatico de que mediaria un gran abismo entre aquello y cualquier otra cosa que hubieran realizado con anterioridad. Pero por fin las ideas fragmentarias empezaron a tomar forma hasta ofrecer una imagen coherente; y finalmente Constan, que en aquellos momentos habia retomado su acostumbrado papel de jefe de la compania, mando hacer un alto.

—Hemos dicho todo lo que se podia decir. —Junto las manos con una palmada; un gesto que, por larga experiencia, todos sabian significaba que no aceptaria mas discusiones—. Esti esta medio dormida ahi sentada., oh, claro que si, criatura —Esti intento protestar y ahogar un bostezo al mismo tiempo—, y no tengo la menor duda de que al resto de nosotros le convendria algunas horas de sueno. Se acabo la charla. Sabemos lo que vamos a hacer, asi que a descansar, y luego empezaremos. —Escudrino los rostros que lo rodeaban—. ?Algo que objetar a eso?

Nadie discutio. Lo que Constan sugeria era de sentido comun: todos estaban agotados, y seria una temeridad enfrentarse a lo que les aguardaba sin haber descansado. Los armarios de la ropa blanca del Tonel de Manzanas ofrecieron una abundante provision de mantas, y transportaron una buena cantidad de ellas al desvan sobre las que se acomodaron para dormir.

Y, mientras dormia, Indigo sono con Grimya.

En el sueno, la loba la llamaba y ella corria por un interminable paramo negro tras ella. En algunas ocasiones

Вы читаете Nocturno
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату