Se escucho una voz que contestaba y se oyeron pisadas sobre los desnudos peldanos de madera. Esta vez Indigo estaba mejor preparada para la sorpresa, pero el corazon todavia le dio un vuelco cuando lo vio entrar en la habitacion agachando un poco la cabeza para pasar por el dintel con su elevada estatura. El parecido era increible: podria haber sido el hermano gemelo de Fenran. Aquella cabellera negra, los ojos grises, el tipo, incluso la forma de moverse... y debia de ser exactamente de la misma edad que Fenran.

La edad de Fenran. Pero eso fue hacia casi medio siglo. Si Fenran estuviera vivo ahora, tendria casi setenta anos...

Hizo un esfuerzo por recuperar el aliento y calmarse mientras el hombre moreno cuchicheaba con la mujer y se acercaba a la cama. Preciso de todo su valor y fuerza de voluntad para obligarse a mirarlo a la cara... Pero al hacerlo, vio algo que le permitio, de repente, aferrarse a una apariencia de cordura y perspectiva. El hombre tenia una cicatriz. No lo afeaba ni tampoco era muy evidente; solo una linea desigual bajo la mandibula, la secuela de algun viejo accidente. Sin embargo fue suficiente para asegurarle, por fin, que no era su amor perdido.

El hombre se agacho junto a la cama y poso una mano con suavidad sobre su hombro.

—?Como te encuentras? Mi tia dice que pareces un poco aturdida.

—Es... estoy bien, creo. Gracias. Solo fue...

—?Mencionaste a alguien llamado Fenran?

—Yo... —Se mordio el labio— ... me equivoque. Cuando te vi, pense... —Le fue imposible terminar la frase.

—Bueno, como dice mi tia, no hay nadie aqui con ese nombre. —Le dedico una leve sonrisa—. Hemos tenido muchos Fenrans en nuestra familia en el pasado, pero ninguno desde hace tiempo, de hecho desde antes de que naciera mi padre. Yo me llamo Veness y mi tia, Livian. ?Y tu? —Su sonrisa se volvio mas abierta—. No tenemos la menor idea de quien eres.

—Me llamo... Indigo. —En un impulso loco estuvo tentada de dar su nombre autentico, Anghara.

—Indigo. Tu no eres de El Reducto, ?verdad?

Nego con la cabeza y Livian dijo con dulzura:

—No le hagas demasiadas preguntas ahora, Veness. Ya habra tiempo manana.

Este asintio, dando su conformidad, y se puso en pie.

—Bien, Indigo, me alegro de que consiguieras llegar hasta nosotros. Es casi un milagro que no pasaras la granja de largo en medio de la tormenta. Oh, y... en cuanto a Grayle, a Morvin y a los otros... Mira, solo he oido su version de la historia, pero tengo una idea bastante clara de lo que sucedio y quiero pedirte disculpas en su nombre. Estaban borrachos; son buenos ganaderos pero mas impulsivos de lo que les convendria por su propio bien. Se sienten reprimidos con este tiempo y eso, combinado con algunas otras cosas, descontrolo un poco su fogosidad. —Hizo una pausa y luego siguio—: No los estoy disculpando, creeme que no lo hago. No tenian por que andar por ahi con la tormenta a punto de caer, y mucho menos atacar a una desconocida. No te culpo en absoluto por dispararle a Corv, y tampoco lo hara el cuando haya tenido tiempo de despejarse y reflexionar.

—?No... esta malherido? —La verdad era que no le importaba pero la generosa disculpa de Veness le hacia sentir remordimiento.

—No es mas que un rasguno; mucho ruido y pocas nueces. El y los rostros se disculparan personalmente por la manana.

—No es necesario.

—Lo es, y me ocupare de que lo hagan y de que lo hagan con sinceridad. Despues de todo eres nuestra invitada, a pesar de que esa no fuera tu intencion. —Le sonrio de nuevo y a Indigo le parecio detectar cierta tension en su rostro.

La muchacha asintio despacio.

—Gracias. Eres muy amable.

—Creo que ya es suficiente, Veness —intervino Livian—. In... Indigo, ?no es asi? Bueno, pues Indigo tendria que dormir ahora. Hay un poco de caldo en los fogones. Dile a Rimmi que traiga un cuenco de caldo aqui arriba junto con un poco de pan, y luego no quiero que se moleste mas a Indigo por esta noche.

Los ojos de Indigo se posaron en la mujer. Estaba cansada, terriblemente cansada. Pero...

—?Puede Grimya....? —empezo a decir.

—Subira con Rimmi y puede dormir aqui sobre la alfombra. Es la perra loba —explico Livian a Veness.

—Ah. Si. Y eso me recuerda... Esta bien, Livian, no voy a cansar mas a Indigo, pero debo hacer una ultima pregunta. —Volvio a mirar a Indigo y de repente sus ojos oscuros adquirieron una expresion mas intensa y parecieron muy preocupados—. ?Es cierto que visteis un tigre de las nieves ahi afuera junto a los lagos?

Indigo arrugo la frente y repuso:

—Si; es cierto. Es lo que hizo huir a tus... a los otros. Pense que iba a atacarme, pero... —Fruncio aun mas el entrecejo—. No lo hizo. Se limito a... mirarme, y luego se fue. —Recordo de repente la figura humana que habia vislumbrado corriendo junto al tigre, pero decidio no mencionarla. Veness no la creeria; pensaria que habia sufrido una alucinacion, y ahora ni ella estaba muy segura de que no fuera asi. Pero el tigre era real. No cabia la menor duda.

Veness asintio con semblante grave.

—Ya. Gracias. Queria estar seguro, y en estas circunstancias no podia confiar totalmente en lo que Corv y los otros dijeron. —Se dirigio hacia la puerta—. Espero que pases una buena noche. Te vere de nuevo por la manana. —Y la puerta se cerro tras el.

Indigo lanzo un lento y prolongado suspiro mientras los pasos de Veness se desvanecian por las escaleras. Livian se habia dirigido al otro extremo de la habitacion para atizar el fuego y anadir mas lena. Cuando se enderezo, Indigo le dijo:

—Lamento causaros tantos inconvenientes.

Livian la miro, de un modo un tanto curioso le parecio, y repuso:

—No digas tonterias. Cualquiera de esta zona habria hecho lo mismo. O casi cualquiera.

—Veness... ?Es el... el cabeza de familia?

Livian vacilo. Luego dijo:

—Si; supongo que lo es. Es el hijo de mi hermano, ?sabes?, y... —Se interrumpio, aparentemente aliviada, al oirse nuevas pisadas en la escalera y que alguien llamaba a la puerta con los nudillos. La puerta se abrio y Grimya entro corriendo; miro ansiosa a su alrededor, luego vio a Indigo y se precipito hacia ella.

«?Indigo! ?Dijeron que estabas bien, pero no sabia, si podia creerles!» Meneando la cola se alzo sobre las patas traseras para lamerle el rostro, Indigo la abrazo.

?Grimya!

Y en silencio, de modo que Livian no pudiera oirla, anadio:

«Estoy bien, carino, y me siento estupendamente. No tienes por que preocuparte.»

Vio que tras Grimya habia entrado una jovencita regordeta de aspecto ordinario, que llevaba una pesada bandeja. La curiosidad brillaba en sus ojos color de avellana, pero Livian solo le dio la oportunidad de echar una breve ojeada a la forastera antes de despedirla.

—Aqui esta. —Empujo a Grimya a un lado con firmeza y coloco la bandeja en equilibrio sobre el lecho—. Bebete este caldo, luego debes intentar dormir hasta manana. —Dirigio una rapida mirada hacia la ventana—. Solo la Madre sabe el tiempo que seguira soplando esta ventisca. Me da la impresion de que seguira igual algunos dias todavia. Asi que —se dio la vuelta, con expresion ligeramente divertida—, disfrutaras de nuestra hospitalidad durante un tiempo, quieras o no.

El caldo olia muy bien y era suculento, Indigo vio que tenia cebada, tuberculos y resultaba bastante apetitoso como para superar la ligera sensacion de nausea que aun sentia.

—Me siento muy agradecida —declaro. Luego anadio como si se le acabara de ocurrir—: Aunque no conozco el nombre de la familia con la que estoy en deuda.

Livian lanzo una carcajada.

—Oh, bueno, no somos demasiado ceremoniosos en cuanto a estas cosas —dijo sin darle demasiada importancia—. Y somos suficientes como para confundir a cualquier forastero. Pero si quieres darnos un nombre a

Вы читаете Troika
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату