ensancho cuando detecto el olor calido de un animal.
Sus ojos se esforzaron por mirar hacia arriba, luego se concentraron en un punto.
Y su voz se quebro llena de asombro y temor mientras murmuraba:
—Por la Diosa...
Era tres veces el tamano de
Indigo no se movio. Estaba hipnotizada por la serena y sanguinaria mirada del tigre, y no podia hacer otra cosa que pensar, de una forma espantosamente ilogica que superaba todo instinto por su propia supervivencia, que era la criatura mas hermosa que habia visto nunca. En algun lugar, en otro universo, era consciente de que en cualquier momento podia saltar sobre ella y destrozarla: pero de todas formas era hermoso. Y ninguna otra cosa tenia el menor sentido.
El tigre parpadeo, y de repente el loco trance de Indigo se rompio. Un temor real y fisico la atraveso como una punalada en el estomago, sacandola bruscamente de su hipnosis y llenandole la boca de bilis. Con un violento gesto reflejo sintio que sus manos aranaban el suelo, su boca se abria para dejar salir todo el horror acumulado en un grito. Pero antes de que el grito saliera, el tigre alzo el peludo hocico; luego su cabeza giro a un lado, se dio la vuelta con elegante soberbia, tenso los recios musculos y se lanzo muy lejos de alli. Con los ojos abiertos de par en par y sorprendidos, Indigo lo contemplo mientras se perdia en la ventisca cada vez mas potente. En tanto el animal corria, los sentidos aturdidos de la muchacha registraron otra cosa: una forma oscura que corria sobre dos piernas —
CAPITULO 3
Durante algun tiempo no tuvieron aliento para hablar, y ahora, penso Indigo sombria, al menos ella no tenia siquiera fuerzas para hacerlo. Sujeto con mas
La ventisca ganaba fuerza. Al principio, mientras avanzaban pesadamente a lo largo de la orilla del lago, no era demasiado violenta; incluso con el viento en contra y la nieve que se estrellaba en sus rostros habian conseguido avanzar bastante, Indigo se animo cuando por fin llegaron al final del lago y emprendieron la marcha en direccion a la granja que, segun el mapa, estaba solo a unos kilometros de distancia. Pero a medida que se acercaba la puesta de sol el tiempo empeoro bruscamente, y al poco rato Indigo no podia ver mas que a un palmo de distancia mientras una lobrega oscuridad inundaba el mundo y el aullido del viento arrojaba nieve y aguanieve sobre ellas, en un salvaje ataque horizontal. La nieve empezaba a acumularse peligrosamente, en algunos lugares era demasiado espesa para vadearla; en dos ocasiones Indigo se encontro hundida hasta la cintura y solo consiguio salir de la trampa con la ayuda de
Pero ?que esperanza tenian, se pregunto Indigo, sin el caballo? Se lo habian jugado todo a la carta de llegar hasta la granja que el mapa prometia; sin embargo temia que su apuesta hubiera fracasado, ya que parecia que llevaran una eternidad abriendose paso entre la ventisca, y todavia no habian visto senales de ningun lugar habitado. En estas condiciones podrian facilmente pasar de largo la granja sin verla siquiera; unos cuantos metros serian suficientes para alejarlas de la unica posibilidad de encontrar refugio y de toda esperanza de rescate. Y con el caballo se habian ido todas sus provisiones. No tenian comida, combustible ni refugio. En medio de la locura de la tormenta no habria un solo ser viviente que pudiera ayudarlas.
Se tambaleo de pronto y se irguio bruscamente con un tremendo esfuerzo de voluntad, al darse cuenta de que habia estado a punto de caer de cara sobre la nieve. En un momento de delirio le parecio tan seductora como una mullida cama de plumas, y deseo arrojarse sobre su adormecedor y frio suelo, cerrar los ojos y dejar que la embargara el sueno. Furiosa y asustada, se clavo los dientes con fuerza en el labio inferior en un intento por despertar los sentidos, pero tenia los labios azulados, entumecidos, y no sintio nada, ni siquiera cuando la sangre empezo a resbalar lentamente para mezclarse con el hielo que habia formado una mascara grotesca sobre su rostro.
El grito silencioso de
«?Grimya...?» De regreso momentaneamente a la racionalidad, advirtio que empezaba a invadirla el panico.
La voz mental de la loba era debil y vacilante, pero habia una nota nueva en ella. ?Excitacion? Indigo se estremecio sin atreverse a albergar esperanzas.
Dio unos pasos vacilantes y de repente vio a la loba.