Indigo y
silencio era el suave siseo de sus pies sobre la nieve.
—?Que sucede? —Indigo avanzo con esfuerzo por la nieve para reunirse con ella, y la loba levanto la cabeza. Tenia la boca abierta y ensenaba los dientes con fiereza, llena de terror. Se aparto unos pasos mientras Indigo se agachaba para examinar mejor las huellas.
Un animal grande..., muy grande. De pie almohadillado, y con las garras totalmente retraidas... Sintio que el pulso se le aceleraba al darse cuenta de que probablemente solo podia haber una clase de bestia en el bosque capaz de dejar aquel tipo de huella, y el terror de
—El tigre... —Lo dijo en voz baja mientras se incorporaba y miraba hacia el lugar donde las huellas se desvanecian bajo el dosel del bosque, luego se volvio ansiosa hacia la loba—:
—Todo va bien, carino. La verdad es que no creo que el tigre quiera hacernos ningun dano. Pero es como si... —Y se dio cuenta de que no podia explicarle a
Sin embargo no podia dejarlo asi. El tigre podria estar cerca: podria incluso estar observandolas en aquel mismo instante, aunque lo dudo, ya que
Se volvio de nuevo hacia la loba.
—
—Escuchame, carino. No puedo explicarte con claridad lo que esto significa, pero de la misma forma que tu instinto te dice que huyas del tigre, el mio me dice que vaya en su busca. Es importante.
—
—No lo se. Pero tengo la sensacion de que en alguna parte existe un vinculo entre el felino y nosotras. Cuando lo encontramos, nos ayudo, ?recuerdas? Alejo a Corv y a los otros en un momento en que podrian haber intentado matarnos.
—No creo que tengamos ningun motivo para temer al tigre de las nieves,
—No tienes por que venir conmigo —siguio diciendo con afecto, con dulzura—. Regresa al
campamento y esperame alli. No tardare.
—
—No estoy en peligro, —Indigo se agacho otra vez y tomo la cabeza de
Se quedo rigida. Sus ojos se clavaron
Indigo se volvio en redondo. A tres metros de distancia, enmarcados por los arboles y el revoltijo de matorrales cubiertos de nieve, unos ojos serenos y dorados la contemplaban desde un rostro inmovil cubierto de un pelaje color crema.
Estupefacta pero a la vez luchando por mantener la calma, intento transmitir tranquilidad a la loba; pero el intento llego demasiado tarde.
El tigre no se habia movido. Ahora podia verlo con mas claridad, a pesar de que su camuflaje entre el juego de sombra y luz del bosque era soberbio. Agitaba la cola y su aliento se condensaba en el aire frio en forma de vapor, pero aparte de estas pequenas senales de vida se lo habria podido tomar por una estatua. Entonces, sin advertencia previa, percibio que algo penetraba en su mente: una calida energia animal, aquella misma sensacion de inteligencia preternatural que ya habia experimentado en una ocasion, pero esta vez de forma mas acentuada, como si el enorme felino intentara comunicarse con ella, Indigo se esforzo por aminorar su rapida respiracion, intento adaptar su mente a las curiosas e inquietantes sensaciones que se agolpaban en ella. Pero no sabia como hacerlo; sus poderes telepaticos eran demasiado limitados y la conciencia del tigre demasiado distinta. No podia
De pronto el tigre alzo la cabeza con un movimiento brusco, al tiempo que echaba las orejas hacia atras, y el tenue lazo de union entre ellos se rompio. Sorprendida, Indigo se tambaleo, dando un traspie para recuperar el equilibrio y, mientras lo hacia, el tigre se dio la vuelta con ondulante elegancia y se alejo entre los arboles.
—?No! —Sus brazos se agitaron en el aire e hizo intencion de avanzar—. ?No, espera! ?Por favor!
El animal hizo caso omiso. La vegetacion se agito, y las sombras se tragaron la rayada figura. Desesperada, Indigo empezo a avanzar pesadamente por la nieve, intentando correr. ?No podia dejar que se fuera, ahora, despues de eso! Habia querido comunicarse con ella; no podia dejar que se le escapara de nuevo...
—?Espera! —Un monton de nieve que los ecos de su grito habian perturbado resbalo de una rama al lanzarse al interior del bosque y le cayo encima empapandola de gelida humedad—. ?Regresa!
?Por favor, regresa! —El sentido comun le dijo que el felino no la entenderia, pero siguio suplicando, persiguiendolo tambaleante mientras este la dejaba atras sin hacer el menor ruido.
Habia otro claro mas adelante. Por un instante la figura del tigre aparecio con toda nitidez ante ella, iluminada por la luz del sol que se filtraba entre las copas de los arboles, Indigo aspiro con fuerza al distinguir otra figura que se escabullia en medio de los arboles al otro lado para ir a reunirse con el animal. Solo percibio una brevisima impresion, pero fue suficiente para fijar la imagen de forma indeleble en su mente. Una figura humana, envuelta en cuero y pieles. Escucho un sonido, un ronroneo gutural, el saludo de un tigre. Luego, en su precipitacion, fue a dar contra una rama baja y, cuando consiguio apartarla y quitarse la nieve del rostro, ambos seres habian desaparecido.
Indigo penetro en el claro y se detuvo, mirando freneticamente a su alrededor. Los arboles y los matorrales