Indigo asintio, tensando la cincha de la silla. El caballo, percibiendo su agitacion, empezo a patear el suelo y a moverse impaciente; pero llevaba la brida ya puesta e Indigo sujeto las riendas, hizo retroceder al animal fuera del pesebre y lo condujo al exterior. Una vez en el patio, el animal empezo a caracolear, agitando la cabeza, de modo que la joven perdio un valioso minuto tranquilizandolo lo suficiente como para que le permitiera montar. El caballo corcoveo al sentir que saltaba sobre su lomo; Indigo busco a tientas el segundo estribo, acorto las riendas, y el caballo, apenas bajo control, salio disparado con un galope peligroso en direccion al arco.
La nieve y el aire helado refrenaron la excitacion del caballo casi en cuanto dejaron atras la granja. Adopto el trote rapido y corto del animal entrenado para los inviernos de El Reducto. En la nieve se veian con claridad las huellas de cascos, bordeadas por las marcas de los patines.
El caballo habia superado ya su breve demostracion de rebeldia, y todo lo que deseaba era moverse despues de dias de ociosidad, Indigo solto las riendas al maximo y le permitio ir a su paso; podia confiar en que seguiria el camino marcado por
A pesar de estar acuciada por preocupaciones mas urgentes, ardia aun de colera a causa del ataque de Reif. Ahora que su mente se habia aclarado un poco, empezaba a hacerse la siniestra pregunta: ?por que? ?Que motivo podia tener Reif para demostrarle tan injustificada hostilidad? Apenas si la conocia: ella no habia hecho nada para perjudicarlo. Desde luego, nada de lo que fuera consciente... a menos que la llegada de un extrano a la casa hubiera introducido una desafortunada astilla en la rueda de alguna maquinacion secreta.
?Reif, el traidor? Recordo la disputa entre Reif y Veness a la hora de cenar despues de la primera e inesperada aparicion del conde Bray, y la sorprendente declaracion de Reif de que se debia permitir (animar, incluso) al conde para que se vengara del hombre que le habia robado a Moia. En aquel momento, no lo considero mas que un desafio irracional inducido por el enojo; y la verdad es que el enfado entre los dos hermanos no habia durado. Pero ?podria haber mas que eso? ?Podria Reif haber querido decir realmente lo que dijo... y podria acaso tener alguna razon oculta para desear que su padre diera aquel paso fatal? ?Celos, quiza? ?Celos del titulo de conde y su poder? ?Celos porque hubiera poseido a Moia? Cuando el conde inicio las negociaciones matrimoniales con el padre de Moia, habia dicho Veness, todos creyeron que iba a ser la novia de Reif. ?Seria ese el quid de la cuestion? ?Habria querido Reif a Moia para si?
Sabia que habia fallos en su razonamiento; pero de todas formas era el primer atisbo de un motivo que tuviera algun sentido y, mientras la semilla germinaba en su cerebro, penso con nerviosismo en lo que podria estar aconteciendo en la granja en estos momentos: el conde Bray borracho y enfurecido; Reif con el y posiblemente maquinando alguna maldad; y solo Brws, las tres mujeres y un par de peones para arreglarselas lo mejor que pudieran si las cosas marchaban mal.
La imagen, y sus implicaciones, la hicieron mirar temerosa en direccion al bosque, ahora visible en forma de linea oscura y borrosa en el horizonte. Anhelo espolear al caballo para que fuera a mayor velocidad pero resistio el impulso, consciente de lo peligroso de las prisas en aquellas traicioneras condiciones. Sin embargo, una voz interior le gritaba en silencio que llegara cuanto antes a su meta, encontrara a Veness y le advirtiera lo que ocurria.
En cuestion de minutos, que a Indigo le parecieron horas, el bosque que tenia delante habia crecido hasta llenar la linea del horizonte, y el campamento forestal era bien visible entre los arboles. Cuando llegaron mas cerca vio la troika de Veness junto a la cabana principal, con los tres caballos atados no muy lejos, pero no se veia a ningun hombre por alli y nadie saludo su llegada. El campamento, al parecer, estaba desierto.
El caballo aminoro el paso y
—No hay ni un alma aqui. —Probo la puerta de la cabana, que se abrio para revelar una
habitacion vacia—. ?Donde estan?
Bajo el hocico hasta el suelo helado, olfateo, busco y, al cabo de unos momentos, sus orejas se irguieron y agito la cola.
Indigo empezo a seguirla, luego vacilo:
—?No te importa entrar ahi?
Indigo le sonrio.
—Es muy valeroso por tu parte. Bien, pues... ve delante.
Penetraron en las densas sombras azul verdoso del bosque. Bajo sus pies el suelo era menos peligroso que en terreno abierto, pero las ramas de los arboles estaban cubiertas de nieve y colgaban bajas, dificultando el avance y la visibilidad, al menos para Indigo. En aquella parte del bosque se habian llevado a cabo algunas talas y desbroce de matorrales, pero no se veia senal de nueva actividad. Hasta que
Indigo presto atencion, y tambien ella capto el debil murmullo de voces masculinas no muy lejos de alli. Parecian agitadas. Siguio a la loba a toda prisa cuando esta giro bruscamente a la izquierda. Los arboles se hicieron mas escasos, entremezclados con arboles recien talados, y de repente vio un claro delante de ella, y vio tambien a los hombres. Estaban en el extremo opuesto del claro, donde se habian apilado gran cantidad de maleza y ramas cortadas hasta formar una elevada piramide. Veness estaba en el centro del grupo de lenadores, mientras Kinter permanecia de espaldas unos metros mas alla. No se habian dado cuenta de la presencia de la recien llegada. Cuando Indigo los llamo se volvieron sorprendidos.
—?Indigo! —Veness se separo del grupo y avanzo hacia ella a grandes zancadas—. ?Que haces aqui?
Los otros hombres se habian apartado un poco; lo suficiente para que ella pudiera ver lo que estaban mirando. Un agujero poco profundo en el suelo, junto al monton de maleza y ramas...
—Lo siento, Veness... Tenia que encontrarte; es urgente... —Su voz se apago al ver que el rostro del joven estaba mortalmente palido; vio tambien las sombrias expresiones de los lenadores—. ?Que pasa? ?Ha sucedido algo?
—Si —respondio Veness con voz tensa—. Algo ha sucedido... ?No, Indigo, no! —exclamo al ver que ella daba un paso adelante. La sujeto por un brazo—. Es mejor que no lo veas. No es un espectaculo agradable.
Indigo se detuvo, pero
Indigo desasio su brazo de la mano de Veness, y corrio a reunirse con la loba. Alguien advirtio: «No, senora, yo no lo haria...», pero fue demasiado tarde. Cuando Indigo miro y vio lo que
habia visto, toda idea de su urgente mision se le borro de la mente.
Quien fuera que hubiera cavado la fosa lo habia hecho muy mal (o con precipitacion), ya que apenas era lo bastante profunda para ocultar su macabro contenido. Aunque el intenso frio habia retrasado el proceso, el cadaver, envuelto en lo que parecia una capa manchada de moho, empezaba a descomponerse; el rostro tenia un tinte verde amarillento y los labios se habian hundido, dejando al descubierto los dientes en una mueca horrible. Una cabellera larga y oscura rodeaba la calavera como una aureola siniestra, empapada y cubierta de tierra. Un brazo quedaba al