direccion al puchero—. Ahi hay sopa calentandose. Tendrias que beberte un tazon, y luego seguir el ejemplo de tu Grimya y dormir un rato.

—No creo que pueda. Me quedare y te hare compania... pero deja que antes le lleve un poco de sopa a Carlaze. Se quedara arriba hasta que Rimmi se duerma.

—Es muy amable por tu parte. Carlaze es una buena chica.

Livian echo unos cucharones de sopa en un tazon y lo coloco sobre una pequena bandeja de madera junto con dos pedazos de pan de la hornada del dia anterior, Indigo tomo la bandeja y cruzo con ella el vestibulo oscuro. La ventisca empeoraba por momentos; la oia ahora como un centenar de almas en pena aullando alrededor de la granja y aparto de su mente pensamientos angustiantes sobre como les iria a Veness y a. Kinter en medio de h oscuridad y la tormenta de nieve. Saben lo que hacen, habia dicho Livian, y tenia que conseguir creerlo tambien ella. Regresarian. Estarian bien. Tenian que estarlo.

El descansillo estaba aun mas oscuro que el vestibulo y avanzo a tientas con mucho cuidado sobre el suelo desigual en direccion al lugar donde una delgada linea de luz brillaba por debajo de la puerta de Rimmi. Mientras mantenia la bandeja en precario equilibrio con una mano, alzo el picaporte con la otra y abrio la puerta.

Y Carlaze, inclinada sobre la cama sosteniendo una almohada contra el rostro de Rimmi, se incorporo de un salto como un conejo asustado.

CAPITULO 15

Indigo y Carlaze se miraron mutuamente, Indigo oyo el tazon de sopa que tintineaba sobre la bandeja por el temblor de la mano a causa de la sorpresa.

—Carlaze. —Pronuncio el nombre de la muchacha, insegura, aunque en lo mas profundo de su ser sabia que sus ojos no la habian enganado. Y algo empezaba a encajar de una forma horrible y aterradora—. Carlaze. ?Que estas haciendo?

Las mejillas de Carlaze pasaron del rojo violento a una palidez mortal.

—Yo... —Su boca se movio en medio de un espasmo y su rostro se volvio repentinamente feo—. Ella... ?Oh, Indigo, creo que Rimmi se esta muriendo! —Habia levantado la almohada y la apretaba ahora contra su pecho; luego la arrojo a un lado y junto las manos en una pose dramatica—. Empezo a dar bocanadas, y yo... no se como se habia dado la vuelta, y se ahogaba... su rostro... aparte la almohada, pero...

La voz de Indigo interrumpio sus balbuceos como un cuchillo recien afilado, cuando sus sospechas se convirtieron en certeza.

—?Embustera!

Carlaze se quedo rigida. Sus ojos se abrieron de par en par, pero detras de la supuesta sorpresa y ultraje Indigo vio algo mas. Astucia... y los primeros signos de temor.

Arrojo la bandeja a un lado. Se estrello contra el suelo con estrepito, y la sopa caliente salpico el marco de la puerta y tambien su brazo; pero ni se dio cuenta de la quemadura. La colera empezaba a apoderarse de ella y eclipsaba cualquier otra consideracion ahora que la pieza del dibujo, el hilo del tapiz, aparecia con toda claridad, y comprendia con aterradora certeza lo que Carlaze habia intentado hacer.

—Tu... —Su voz era un grito salvaje— ..., ?intentabas matarla!

—?Que? —Carlaze era una buena actriz, tenia que reconocerlo—. ?Matarla? ?De que estas hablando? Indigo, que...

Indigo dio un paso hacia el interior de la habitacion.

—?Acaba con esta farsa, Carlaze! ?Vi perfectamente lo que intentabas hacer!

Y de improviso todo encajo: las suplicas medio incoherentes de Rimmi, el temor que habia luchado por comunicar. Y algo mas. Algo de lo que Indigo no se habia dado cuenta hasta entonces; algo que Carlaze habia dicho provocandole una extrana impresion en su subconsciente. Algo sobre que a Gordo no se lo habia encontrado. Pero ?como podia saber Carlaze que se sospechaba que Gordo estuviera involucrado? Habia afirmado que Kinter no le habia dicho nada; que no habia habido tiempo para explicaciones ni detalles. Y sin embargo se habia aferrado a la idea de implicar a Gordo, como si lo hubiera sospechado —o, quiza, sabido— todo el tiempo. Y habia hablado como si esperara que hubiera un segundo cadaver junto al de Moia...

—«Fue Kinter.» ?Que queria decir Rimmi con eso, Carlaze?

Indigo atraveso de improviso la habitacion y la agarro, haciendola perder el equilibrio y apartandola del lecho. Sus dedos sujetaron un mechon de los cabellos de Carlaze, cerca de la sien, tirando de el hasta que Carlaze aullo de dolor.

—?Indigo! Para..., ?te has vuelto loca? ?No se de que hablas! ?Sueltame!

Pero Indigo no aflojo la presion.

—?Oh, ahora si que lo comprendo! —cuchicheo—. Fue Kinter. ?Que fue Kinter, Carlaze? ?Que

hizo Kinter? ?Contestame, maldita zorra!

Carlaze gimio y se debatio, pero Indigo era mucho mas fuerte que ella.

—?Responde! —rugio de nuevo—. ?Que hizo? Le dijo al conde Bray que Moia estaba muerta, ?verdad? ?Se lo dijo con toda intencion! ?Y quien mato a Moia, Carlaze? ?Quien la mato?

Carlaze chillo como un gato escaldado.

—?No se de que estas hablando! ?Estas loca, estas tan loca como el conde! Que sabes tu de nada; quien crees que eres, metiendote en...

Y de repente se interrumpio al darse cuenta de lo que habia dicho. Su rostro contraido contemplo a Indigo por un momento, y en ese instante todo quedo revelado: su culpa, su terror a ser descubierta, su determinacion de que nadie frustrara sus planes fuera cual fuese el precio que los demas tuvieran que pagar. Sus ojos la habian traicionado, y Carlaze lo sabia. Se quedo inmovil por una milesima de segundo; luego, con una energia que cogio a Indigo por sorpresa, se libero de un tiron y corrio hacia la puerta. Los dedos se cerraron sobre el picaporte, la abrio con fuerza y lanzo un alarido cuando Indigo la sujeto por la cintura y tiro de ella hacia atras. Carlaze giro en redondo, desafiante, Indigo estallo. Sin preocuparle en absoluto la fragilidad de la otra, con la misma decision que si en su condicion de mujer hubiera tenido que detener a un hombre, hundio la palma de su mano derecha contra la mandibula de Carlaze, y la envio rodando contra la pared. Carlaze se desplomo gritando, Indigo cruzo en dos zancadas la habitacion para ponerla en pie agarrandola de los cabellos.

—?Dime la verdad! —Golpeo la cabeza de la muchacha contra la pared—. ?Dime lo que habeis hecho o te hare pedazos!

Carlaze gimio y puso los ojos en blanco como si fuera a perder el conocimiento. Pero era un truco, otro engano, Indigo sentia la tension de sus musculos, a la espera de la menor oportunidad para huir. La sujeto por el cuello del vestido de lana y la arrastro en direccion al fuego.

—?El fuego quema, Carlaze, y duele! ?Dime lo que Kinter y tu habeis hecho, o te metere la cara en las llamas!

Lo decia en serio: la colera le habia hecho perder el control, estimulada por la subita conciencia de un nuevo temor por Veness, que se habia marchado en medio de la ventisca con Kinter, sin saber que viajaba con una serpiente venenosa al lado. Carlaze, en cambio, si lo sabia. Y Carlaze debia saber que era lo que planeaba hacer Kinter.

Carlaze se retorcio como una serpiente. Se escuchaban ahora otros ruidos; gritos procedentes de abajo un portazo, la voz de Livian llamando ansiosa. Pero Indigo los ignoro. Y de improviso Carlaze se revolvio entre sus manos, y levanto su rostro felino.

—?Has llegado demasiado tarde! —aullo como una salvaje—. ?Que sabes tu de nada..., ni tu ni tu precioso y condenado Veness? ?El sera el siguiente! ?Kinter acabara con el si no lo hace su padre demente, y nos habremos librado de todos ellos!

Indigo dejo de sacudirla, anonadada por sus invectivas histericas y perversas que se le clavaban en el corazon como punales. Carlaze aprovecho la ocasion, consiguio liberarse, gateo hasta la puerta y salio tambaleante.

—?Maldita seas! —chillo al llegar al descansillo—. ?Malditos seais todos vosotros!

—?Carlaze! —La voz de Livian les llego, aguda, desde el vestibulo—, ?Indigo! ?Que sucede ahi arriba?

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