Sus gritos sacaron a Indigo de su paralisis y salio en pos de Carlaze, que se dirigia a la escalera.

Cogio a la muchacha en lo alto de la misma y la golpeo de lleno en el rostro, haciendo caso omiso del grito ultrajante de Livian. Carlaze se tambaleo hacia atras, resbalo y bajo rodando algunos peldanos antes de que sus manos consiguieran asirse a la barandilla para detener su impetuosa caida, Indigo llego junto a ella en el acto, lista para patearla, golpearla, arrojarla rodando por el resto de las escaleras hasta el suelo de piedra. Otra voz se unio a la confusion cuando Grimya, sacada de su sueno, llego a todo correr, ladrando en voz alta, excitada, mientras, al mismo tiempo, le gritaba tambien telepaticamente a Indigo que se detuviera, que aguardara, que le dijera que sucedia. Y entonces, de improviso, abriendose paso entre el alboroto, llego el rugido de una poderosa voz masculina.

—Por los ojos de la Madre, ?que sucede aqui?

Era Reif. Salia de la cocina como una aparicion con la cabeza, los hombros y las botas totalmente blancos de nieve. Vio a Carlaze acurrucada a mitad de las escaleras con los brazos sobre la cabeza para protegerse, vio a Indigo de pie encima de ella con el puno levantado y una mirada asesina en los ojos, y su boca se abrio con ultrajado asombro.

—?Que crees que estas haciendo? —Se arranco el abrigo, lo arrojo al suelo y avanzo hacia la escalera.

Carlaze levanto la cabeza.

—?Reif! —grito con voz lastimera—. ?Reif, oh, ayudame! ?Es ella, es Indigo; esta loca!

Convencida de que Indigo no se atreveria a atacarla en presencia de Reif y Livian, se puso pesadamente en pie y huyo como un conejo asustado en direccion al vestibulo, pero dio un traspie en los ultimos tres escalones y quedo tendida cuan larga era sobre el suelo de piedra; Reif corrio en su ayuda, y ella se aferro a el como una criatura asustada.

—?Reif, esta loca, es peligrosa! —Carlaze temblaba, con los ojos muy abiertos, en una convincente demostracion de terror, balbuceando las palabras en el rostro de Reif. ?No lo sabiamos! ?Todo este tiempo hemos estado hospedando a una serpiente entre nosotros, y no lo sabiamos!

—?Embustera! —escupio Indigo, furiosa—. ?Perra embustera!

Carlaze estallo en ruidosos sollozos y farfullo:

—?Ha intentado matarme! Dijo que me arrojaria al fuego... ?Oh, y, oh, Reif, creo que ha intentado matar a la pobre Rimmi!

—?Que?

Furioso, Reif levanto la mirada hacia Indigo, y esta comprendio desesperada que solo unas pocas palabras bien escogidas y una actuacion melodramatica de Carlaze habian bastado para envenenarle la mente contra cualquier cosa que ella pudiera decir. Tenia que convencerlo de la perfidia de la muchacha antes de que el veneno calase demasiado hondo y no pudiera hacer nada.

—Reif, miente. —Respiraba entrecortadamente, pero su voz era clara y firme—. Ella intento matar a Rimmi... ?La encontre apretando una almohada contra el rostro de Rimmi!

—?No es verdad, no es verdad! —gimio Carlaze, intentando volver a atraer la atencion de Reif hacia ella.

—?Reif, escuchame, te lo suplico! —Indigo empezo a bajar las escaleras—. Carlaze y Kinter..., ?los dos son traidores a esta casa! Kinter sabia que el conde Bray escuchaba cuando te conto lo de Moia... Carlaze y el planearon todo esto entre los dos. ?Querian que el conde cogiera esas malditas armas! Y ahora Veness ha salido en persecucion de tu padre con Kinter... ?Reif, esta en peligro!

La hostilidad furiosa de los ojos de Reif parecio vacilar al oirla, Indigo comprendio que sin proponerselo habia dado en el blanco. Se habia equivocado con respecto a Reif; no era un traidor, por el contrario era profunda y ferozmente leal a su hermano mayor. Y aquella lealtad era ahora su unica esperanza.

—?Peligro...? —pregunto Reif con suspicacia.

—?Si! ?Creo que Kinter quiere matarlo!

—?No! —exclamo Carlaze—. ?No ves lo que intenta, Reif? ?Intenta volverte en contra de Kinter,, en contra de tu propio primo! Quiere dividir a la familia..., quiere a Veness para ella, ?para ella sola! —Entonces, como si hubiera sido golpeada por una repentina y terrible revelacion, abrio los ojos aun mas y apreto con fuerza los pequenos punos—. ?Dulce Madre, por eso debia de querer matar a Rimmi! ?Sabe que Rimmi esta enamorada de Veness, y no estaba dispuesta a tolerar la presencia de ninguna rival que pudiera disputarle su afecto! —Giro en redondo y se aferro a Reif—. Reif, por favor, tu eres el cabeza de familia mientras Veness esta fuera: ?tienes que hacer algo! ?Es peligrosa..., encierrala, matala si tienes que hacerlo! ?Oh, por favor, me ha hecho tanto dano, tengo miedo de lo que pueda hacer!

Indigo se dio cuenta de que Reif vacilaba. Todos sus instintos le decian que confiase en Carlaze; y, se pregunto, ?por que no habria de aceptar la palabra de la esposa de su primo, un honrado miembro de su propia familia, en lugar de la de una intrusa y virtual desconocida? La unica sombra de duda estaba en su temor por la seguridad de Veness; pero se trataba de una ligera sombra, demasiado pequena para resistir durante mucho tiempo la oleada de suplicas y argumentos de Carlaze.

De improviso, Reif tomo una decision. Aparto suavemente a Carlaze —Livian corrio a consolarla— y avanzo hacia la escalera, al tiempo que posaba su mano sobrenla empunadura de la espada que le colgaba de la cintura, Indigo retrocedio un peldano; y, de repente, Grimya se interpuso entre ambos, el lomo erizado, grunendo.

Reif se detuvo y miro a la loba.

—Apartate.

Fue una orden incisiva, autoritaria, la orden que podria haberle dado a un perro; pero Grimya se mantuvo firme, y el grunido adopto tintes mas amenazadores. Reif levanto la vista hacia Indigo.

—Llamala, Indigo. —Su voz era dura—. No quiero hacerle dano: piensa que cumple con su deber y no me gustaria castigar a un animal por obedecer a su dueno. Pero te lo advierto: llamala.

Indigo permanecio inmovil.

—Cree que piensas matarme.

Reif lanzo un suspiro de exasperacion.

—?Maldita sea, no tengo la menor intencion de hacer tal cosa, a menos que me obligues! Pero no confio en ti. Y pienso encerrarte en una habitacion segura hasta que Veness y Kinter regresen y podamos llegar al fondo de este asqueroso embrollo.

Indigo vacilo, preguntandose si debia hacer un ultimo esfuerzo para convencerlo. Pero seria inutil: no la creeria. Sin embargo no podia permitirle que hiciera lo que para el resultaba razonable, porque si lo hacia, estaba segura de que la verdad jamas llegaria a oidos de Veness. Carlaze y Kinter se ocuparian de que asi fuera.

Su vacilacion fue una forma de ganar tiempo; exactamente los pocos segundos que tardo en decidir lo que debia hacer. Ahora hablo:

—No, Reif. Lo siento, pero no puedo dejar que me encierres. Tengo que encontrar a Veness antes

de que sea demasiado tarde. —Y mentalmente dijo a la loba:

«Grimya..., corriendo cuando yo haga mi movimiento. ?Y disponte a huir!»

— ?No intentes ningun truco conmigo! — repuso Reif enojado — . Obedeceras mis ordenes, y esperaremos a que Veness...

No pudo decir mas porque, sin advertencia previa, Indigo salto sobre el. La escalera le dio la ventaja de la altura y, como un gato montes tendiendo una emboscada a su presa, lo derribo y cayeron al suelo. Ella quedo encima. Reif lanzo un rugido; Carlaze grito; luego, subitamente, Indigo se puso en pie, evitando el intento de Reif por sujetarle las piernas. Recogio el abrigo que el habia tirado y corrio en direccion a la puerta principal. Mientras luchaba con la barra y los cerrojos lo oyo correr hacia ella, luego escucho el grunido de advertencia de Grimya, el juramento de Reif y el tintineo metalico de la espada al salir de la vaina.

«?Grimya!» Indigo lanzo una desesperada mirada por encima del hombro. «?Ten cuidado!»

«?No quiere hacerme dano!»

La loba gruno otra vez y, mientras el ultimo cerrojo se descorria, Indigo se volvio y la vio manteniendo a Reif a distancia. Carlaze empezo a gritar:

—?Mata a ese animal! ?Matalo! —Pero Reif no le hizo.

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