—Shalune..., una pregunta.

—Pregunta —repuso ella alzando los ojos.

—Ya debes de saber que no consigo recordar nada de lo que sucede durante mis trances. ?Sucedia tambien eso con el antiguo oraculo?

Shalune vacilo. Este era el factor que la hacia dudar de su propio escepticismo con respecto a Uluye y sus maquinaciones. Deseaba que Indigo no hubiera hecho la pregunta, pero se sintio obligada a ser honrada con ella... y consigo misma, reflexiono con ironia.

—Bueno..., no —respondio—. Siempre recordaba todos los detalles... — fruncio los labios en una rapida y debil sonrisa— ... al igual que todos los oraculos que hubo antes. Eres un enigma para nosotras, Indigo. Pero yo no dejaria que eso me preocupara. Despues de todo, no somos nosotras las que hemos

de cuestionar la forma de hacer las cosas de la Dama Ancestral.

Indigo contemplo como Shalune se alejaba a su aposento situado en un nivel inferior del sistema de cuevas; luego dejo caer la cortina y atraveso la habitacion para sentarse en una silla. No hablo, pero Grimya percibio la agitacion de su mente. Al cabo de un rato, preocupada por el prolongado silencio, fue la loba quien hablo.

—Indigo, ?en que piensas? ?Que te prrreocupa?

La muchacha alzo la cabeza como quien sale de un sueno. No sin cierta timidez, Grimya se acerco y apreto el hocico contra la mano de Indigo. —Dimelo —insto melosa. —No se, Grimya —suspiro ella despacio—. Puede que no sea importante, pero... no comprendo por que no consigo recordar el menor detalle de mis trances. Ya oiste lo que dijo Shalune: todos los oraculos anteriores recordaban perfectamente sus experiencias. Pero yo soy diferente. No recuerdo nada. — Hundio los hombros—. Me hace sentir que alguien me utiliza sin que yo lo sepa, y desde luego sin mi consentimiento, y eso no me gusta; resulta amenazador, y no me gusta que me amenacen.

—No creo que tampoco le guste a Uluye —repuso Grimya, mostrando los dientes—. Cuando nos encontramos con ella la otra manana a la orilla del lago, tuve la impresion de que te tiene miedo. —Lo se; yo tambien me di cuenta. Pero no es a mi en realidad a quien teme, Grimya. Es la relacion que tengo, o que ella cree que tengo, con la Dama Ancestral. Eso es lo que la asusta.

Se puso en pie y fue hasta el anaquel situado sobre el hogar. Mientras que ver comer al oraculo era tabu entre las sacerdotisas, beber con ella no lo era, y la contribucion de Shalune a la reunion vespertina habia sido una jarra de un zumo de frutas fermentado ligeramente alcoholico. Todavia quedaba un poco; Indigo lo vertio en una copa y tomo un sorbo.

—Esa manana, junto al lago —siguio—, acuse a Uluye de utilizarme para enganar a su gente de modo que aceptaran todo lo que ella considerara oportuno decirles. Tambien me pregunte si no habria tenido ella algo que ver con mi falta de memoria; no me habria sorprendido si ella tuviera el poder para hacerlo. Pero me equivocaba. Lo comprendi por su reaccion.

—Te llamo... blas... blasfema —recordo Grimya.

—Si, y fue eso lo que hizo que me diera cuenta de que mi acusacion era injusta. Uluye no estaba simplemente asustada en ese momento, estaba aterrorizada. Aterrorizada de que la Dama Ancestral fuera a fulminarme por mi herejia, y a fulminarla a ella, tambien, por permitir tal declaracion, — Indigo tomo un nuevo sorbo del contenido de la copa y dirigio una sonrisa ironica a la loba—. Puede que no nos guste, Grimya, pero no creo que podamos negar que es sincera a su manera ciertamente peculiar. Asi pues, eliminada cualquier supercheria por parte de Uluye, me pregunto esto: ?quien o que puede tener un interes personal en que no recuerde mis trances?

—?Ah! —exclamo Grimya, sombria—. El demonio. Cla... claro.

Indigo se volvio a sentar. Arrugo la frente en profunda concentracion mientras hurgaba en su memoria.

—En ocasiones anteriores —dijo—, los demonios con los que nos enfrentamos no nos desafiaron jamas directamente. Siempre esperaron a que hicieramos los primeros movimientos (a que fueramos en su busca, de hecho) antes de estar dispuestos a mostrarse. Esta vez, sin embargo, empiezo a preguntarme si nuestro adversario no tendra intencion de tomar la delantera.

—No com... prrrendo esa frrrassse «tomar la de... delantera» —repuso Grimya bajando la cabeza al tiempo que la sacudia en senal de derrota—. Pero, si quieres decir lo que creo, entonces estoy de acuerdo contigo. —Levanto la cabeza para dirigir al rostro de la muchacha una mirada penetrante—. Las cosas cambian. Ha habido muchos cambios en ti desde que empezamos a viaj... viajar juntas. Asi pues, ?por que no habria de haber cambios tambien envios demonios?

Indigo sabia por larga experiencia que, a pesar de toda , su sencillez, Grimya era una observadora aguda y a menudo distinguia lo que se ocultaba en el fondo de una pregunta o un enigma con mucha mas claridad que ella misma.

—?Por que querra este demonio efectuar el primer movimiento? —pregunto—. ?Que espera obtener revelando su presencia de forma tan patente? Es como si nos arrojara el guante. Sin duda tendria que preferir permanecer oculto el mayor tiempo posible.

—No creo que eso sea cierto —replico Grimya—. En las montanas volcanicas, cuando estabamos con Jas... ker, y luego durante todos los anos pasados en Sss... Simhara, derrotamos a los demonios con la ayuda tan solo de la Madre Tierra. Pero, cuando fuimos a Bruhome, fue diferente. En Bruhome encontraste dentro de ti misma el poder para vencer a la criatura que hallamos alli. Y sucedio lo mismo en El Reducto: tu la derrotaste. No necesitaste pedir a la Madre Tierra que te ayudara. —Hizo una pausa—No se que poderes tienes ahora. Pero percibo..., siento, como siento el sol y la lluvia sobre mi pelaje, que eres mucho mas fuerrrte de lo que eras en esos dias. —Se paso la lengua por los labios y echo una mirada furtiva por encima del hombro en direccion a la entrada de la cueva—. El demonio lo sabe, y piensa que es mas sensato convertirse en el cazador en lugar de en la presa; de modo que utiliza tus trrrances para afectarte, intentando debilitarte antes de que puedas reunir las energias suficientes para atacarlo, y luego hace que olvides lo que ha hecho. —Volvio a hacer una pausa—. Puedo estar equivocada, no obstante. —No —murmuro Indigo—. Sospecho que tienes razon, Grimya. —Contemplo a la loba con repentina intensidad—. Dices que he cambiado, que soy mas fuerte ahora. ?Que quieres decir?

—No..., no se si podrrre explicarlo bien. No es en las cosas corrientes. Sigues siendo la misma Indigo; todavia piensas y sientes como siempre. Eso no ha cambiado. Pero, en lo mas profundo, algo es diferente. — Grimya vacilo antes de proseguir—: ?Eres capaz de recordar cuanto hace que no te has transformado en lobo?

La pregunta fue como una sacudida, pues Indigo habia olvidado por completo la extraordinaria capacidad para cambiar de aspecto que habia poseido en una ocasion. Habia descubierto aquel poder latente a poco de conocer a Grimya en el Pais de los Caballos, y en tres ocasiones habia demostrado ser un arma de vital importancia en su batalla contra los horrores a los que se habia enfrentado. Sin embargo, ahora le era imposible contar los anos transcurridos desde la ultima vez que lo habia utilizado. Ni siquiera se le habia ocurrido hacerlo en medio de las nieves de El Reducto, donde sin duda habria resultado inapreciable. Desde entonces, durante todos los anos de viajar que habian acabado por conducirla a la Isla Tenebrosa, no habia vuelto a recordar siquiera la existencia de tal poder.

—Si lo intentaras ahora —continuo Grimya timidamente—, ?crees que podrias volver a convertirte en lobo?

?Podria? Incluso los medios que utilizaba para extraer el poder de su subconsciente no eran ahora mas que un nebuloso recuerdo. Seguro que podria recordarlos con un esfuerzo de concentracion; pero ?seguiria funcionando?

Creia conocer la respuesta a tal pregunta, y Grimya la leyo en sus ojos cuando sus miradas se cruzaron.

—Me pa... rece —dijo la loba sabiamente— que a lo mejor lo has dejado atras, igual que un cachorro deja atras sus ruidosos juegos cuando ya no los necesita para aprender. Convertirte en lobo te ayudo al principio; y en especial te ayudo cuando necesitaste escapar, huir del peligro. Pero ahora posees armas diferentes, armas mas fuertes y mejores, y ya no necesitas huir. ?De que te puede servir ahora convertirte en lobo?

Indigo no respondio inmediatamente sino que se levanto y se dirigio a la entrada de la cueva, sintiendose sofocada y necesitada de aire fresco. En el exterior la noche estaba en calma y el lago, envuelto en niebla. No soplaba la menor brisa. Trago saliva y le parecio como si la garganta se le contrajera. Intuia que

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