—Shalune..., una pregunta.
—Pregunta —repuso ella alzando los ojos.
—Ya debes de saber que no consigo recordar nada de lo que sucede durante mis trances. ?Sucedia tambien eso con el antiguo oraculo?
Shalune vacilo. Este era el factor que la hacia dudar de su propio escepticismo con respecto a Uluye y sus maquinaciones. Deseaba que Indigo no hubiera hecho la pregunta, pero se sintio obligada a ser honrada con ella... y consigo misma, reflexiono con ironia.
—Bueno..., no —respondio—. Siempre recordaba todos los detalles... — fruncio los labios en una rapida y debil sonrisa— ... al igual que todos los oraculos que hubo antes. Eres un enigma para nosotras, Indigo. Pero yo no dejaria que eso me preocupara. Despues de todo, no somos nosotras las que hemos
de cuestionar la forma de hacer las cosas de la Dama Ancestral.
Indigo contemplo como Shalune se alejaba a su aposento situado en un nivel inferior del sistema de cuevas; luego dejo caer la cortina y atraveso la habitacion para sentarse en una silla. No hablo, pero
—Indigo, ?en que piensas? ?Que te prrreocupa?
La muchacha alzo la cabeza como quien sale de un sueno. No sin cierta timidez,
—No creo que tampoco le guste a Uluye —repuso
Se puso en pie y fue hasta el anaquel situado sobre el hogar. Mientras que ver comer al oraculo era tabu entre las sacerdotisas, beber con ella no lo era, y la contribucion de Shalune a la reunion vespertina habia sido una jarra de un zumo de frutas fermentado ligeramente alcoholico. Todavia quedaba un poco; Indigo lo vertio en una copa y tomo un sorbo.
—Esa manana, junto al lago —siguio—, acuse a Uluye de utilizarme para enganar a su gente de modo que aceptaran todo lo que ella considerara oportuno decirles. Tambien me pregunte si no habria tenido ella algo que ver con mi falta de memoria; no me habria sorprendido si ella tuviera el poder para hacerlo. Pero me equivocaba. Lo comprendi por su reaccion.
—Te llamo... blas... blasfema —recordo
—Si, y fue eso lo que hizo que me diera cuenta de que mi acusacion era injusta. Uluye no estaba simplemente asustada en ese momento, estaba
—?Ah! —exclamo
Indigo se volvio a sentar. Arrugo la frente en profunda concentracion mientras hurgaba en su memoria.
—En ocasiones anteriores —dijo—, los demonios con los que nos enfrentamos no nos desafiaron jamas directamente. Siempre esperaron a que hicieramos los primeros movimientos (a que fueramos en su busca, de hecho) antes de estar dispuestos a mostrarse. Esta vez, sin embargo, empiezo a preguntarme si nuestro adversario no tendra intencion de tomar la delantera.
—No com... prrrendo esa frrrassse «tomar la de... delantera» —repuso
Indigo sabia por larga experiencia que, a pesar de toda , su sencillez,
—?Por que querra este demonio efectuar el primer movimiento? —pregunto—. ?Que espera obtener revelando su presencia de forma tan patente? Es como si nos arrojara el guante. Sin duda tendria que preferir permanecer oculto el mayor tiempo posible.
—No creo que eso sea cierto —replico
—No..., no se si podrrre explicarlo bien. No es en las cosas corrientes. Sigues siendo la misma Indigo; todavia piensas y sientes como siempre. Eso no ha cambiado. Pero, en lo mas profundo, algo es diferente.
La pregunta fue como una sacudida, pues Indigo habia olvidado por completo la extraordinaria capacidad para cambiar de aspecto que habia poseido en una ocasion. Habia descubierto aquel poder latente a poco de conocer a
—Si lo intentaras ahora —continuo
?Podria? Incluso los medios que utilizaba para extraer el poder de su subconsciente no eran ahora mas que un nebuloso recuerdo. Seguro que podria recordarlos con un esfuerzo de concentracion; pero ?seguiria funcionando?
Creia conocer la respuesta a tal pregunta, y
—Me pa... rece —dijo la loba sabiamente— que a lo mejor lo has dejado atras, igual que un cachorro deja atras sus ruidosos juegos cuando ya no los necesita para aprender. Convertirte en lobo te ayudo al principio; y en especial te ayudo cuando necesitaste escapar, huir del peligro. Pero ahora posees armas diferentes, armas mas fuertes y mejores, y ya no necesitas huir. ?De que te puede servir ahora convertirte en lobo?
Indigo no respondio inmediatamente sino que se levanto y se dirigio a la entrada de la cueva, sintiendose sofocada y necesitada de aire fresco. En el exterior la noche estaba en calma y el lago, envuelto en niebla. No soplaba la menor brisa. Trago saliva y le parecio como si la garganta se le contrajera. Intuia que