los peldanos de dos en dos y avanzo pesadamente por el saliente hasta donde aguardaba Grimya.

—?Que sucede, Grimya?

Shalune estaba sin aliento, con los musculos del diafragma subiendo y bajando de forma alarmante. Grimya volvio a entrar en la cueva; Shalune la siguio y se detuvo al ver a Indigo.

—?En nombre de todos mis antepasados! ; —Shalune, ?que sucede? —Yima se abrio paso detras de ella.

—Esta en trance. —La sacerdotisa giro bruscamente la cabeza al escuchar como se acercaban las demas—. Echalas de aqui, Yima. Diles que regresen a sus habitaciones. Yo me ocupare de esto.

—?Voy a buscar a mi madre?

—No. No tardara en enterarse de todas formas, y yo necesito tu ayuda aqui.

Yima se apresuro a transmitir el mensaje de Shalune a la inquieta multitud que aguardaba en el exterior. En tanto las mujeres iniciaban la marcha, Shalune corrio junto al lecho de Indigo, intento sentarla, y lanzo un juramento:

—?Yima! Esta tiesa como un palo, y se esta ahogando.

?Deprisa, ayudame a volverla de costado! —Mientras hablaba introducia unos dedos expertos entre los rigidos labios de Indigo hasta penetrar en la boca—. Tengo que... impedir que se trague la... lengua...

Yima corrio a ayudarla e hicieron dar la vuelta a la muchacha. Grimya salto sobre la cama, gimoteando, pero Shalune la echo de alli.

—Vete, Grimya... La estamos ayudando, no haciendole dano. ?Apartate!

La loba retrocedio lloriqueando, y Shalune cerro una mano con fuerza y golpeo a Indigo entre los omoplatos.

—No respira —observo Yima.

—Lo se; es como si hubiera algo que obstruye su garganta... ?ah! —Volvio a golpear y escucho el ronco sonido gutural del aire al ser expulsado—. ?Eso es! Dale la vuelta ahora. La sentaremos si podemos.

—?Esta rigida como una piedra! ?Nunca habia visto algo igual!

—Tampoco yo —repuso Shalune con tono sombrio—. Trata de moverle los brazos. Si tan solo pudieramos... —Se echo hacia atras con un grito de sorpresa cuando, de improviso, el cuerpo de Indigo se volvio flaccido y se derrumbo hacia atras en la cama.

—?Por los ojos de la senora! —Yima se detuvo, anonadada—. ?Que ha sucedido, Shalune?

—No lo se, pero sera mejor que lo aprovechemos antes de que sufra otro espasmo. Trae mas almohadas, Yima, y colocalas detras de su espalda. No quiero arriesgarme a dejarla tumbada.

A modo de experimento, Shalune levanto el brazo derecho de Indigo y lo dejo caer. Momentos antes habia estado tan rigido como el granito; ahora parecia carecer incluso de huesos, y la sacerdotisa meneo la cabeza, perpleja.

Mientras Yima regresaba cargada con un monton de almohadones que habian estado repartidos junto al hogar, Grimya oyo acercarse a alguien y bajo la cabeza, poniendose a la defensiva. La cortina se hizo a un lado, y Uluye aparecio en el umbral.

—?Que sucede? —Su mirada abarco toda la escena: Shalune, Yima y la inconsciente Indigo.

Shalune volvio la cabeza por encima del hombro, con la antipatia bien patente en sus ojos.

—Ha caido en trance, pero algo no ha ido bien —informo a Uluye con sequedad.

—?En trance? —Uluye aspiro con fuerza—. ?Como sucedio?

—No tengo ni idea de como sucedio. ?Me entere cuando Grimya empezo a aullar con tanta energia como para hacer salir del lago a los mismisimos sirvientes de la Dama Ancestral! —le espeto Shalune—. Subi hasta aqui y la encontre en estado de trance y a punto de asfixiarse al mismo tiempo.

Uluye atraveso la habitacion, se inclino sobre el lecho y escudrino el rostro de Indigo. —?Respira ahora?

—Si, por fortuna, pero esta inconsciente. —?Que dijo? —Uluye miro fijamente a su subordinada.

Era, incluso desde lejos, Grimya pudo distinguir como el familiar brillo fanatico regresaba a sus ojos—. Dime.

—?De que hablas?

La boca de la Suma Sacerdotisa se crispo hasta formar ! una fina linea desagradable.

—No finjas conmigo, Shalune. No lo tolerare. ?Cual fue el mensaje de la Dama Ancestral? .

Maldita sea, no hubo mensaje —contesto la otra, furiosa—. ?Ya te lo he dicho! ?Se estaba asfixiando! Uluye siguio mirandola con expresion suspicaz durante unos instantes; luego volvio a mirar a Indigo. —?Dices que ahora esta inconsciente? —Puedes verlo por ti misma —solto Shalune. —?Podria estar todavia en trance? —inquirio Uluye, haciendo caso omiso de su tono de voz.

Shalune se quedo mirandola con algo parecido a la incredulidad.

—?Es eso todo lo que te importa? ?Te repito, Uluye, que Indigo podria haber muerto! ?No es eso un poquitin mas importante que saber si esta o no todavia en trance?

Uluye abrio la boca para replicar pero de improviso se dio cuenta de la presencia de Yima, que permanecia inmovil al otro extremo de la cama, contemplandolas a ambas boquiabierta. La Suma Sacerdotisa alzo la cabeza. — Dejanos, Yima.

—Permite que se quede —tercio Shalune—. Podria necesitar... —Ahora, Yima —la corto Uluye.

—Si, madre. —El rostro de Yima se puso rojo como la grana; sin mirar a Shalune, la joven abandono a toda prisa la cueva.

—Bien —empezo Uluye con tono mordaz cuando Yima se hubo marchado—, quiero dejar una cosa muy clara contigo, Shalune. Cuando hago una pregunta, espero... —Se interrumpio, y las dos mujeres volvieron la mirada rapidamente hacia la cama.

Indigo habia proferido un sonido. No fue exactamente una palabra sino una larga silaba exhalada. Podria haber estado intentando decir: «Tu...» o «Tu has...». Para la vivida imaginacion de la Suma Sacerdotisa, la palabra podria haber sido: «Uluye».

—?Oraculo! —Uluye se precipito hacia ella y, adoptando junto al lecho una posicion acuclillada propia de un animal de presa, aferro el flaccido brazo de Indigo—. ?Habla, oraculo! Estoy aqui, te escucho. ?Que desea de mi la Dama Ancestral?

—No esta en condiciones. Dejala —dijo Shalune, enojada; dio un paso al frente con la intencion de apartar a Uluye.

En ese instante, los ojos de Indigo se abrieron de par en par.

—Ven a mi. —No era su voz, aunque poseia su inflexion y acento. Los ojos azul- violeta se clavaron en la mirada extraviada de Uluye, y a esta le parecio que los iris de Indigo estaban rodeados por una refulgente corona plateada—. Ven a mi, ?Te atreves? Entonces ven a mi.

Shalune retrocedio, profiriendo una exclamacion ahogada, y choco contra Grimya, que se habia adelantado al oir hablar a Indigo. Shalune sujeto a la loba por el pelaje del cuello, frenandola mientras Uluye se inclinaba todavia mas sobre la cama.

—?Senora, te escucho! ?Te escucho, pero no comprendo!

Los terribles ojos desconocidos siguieron clavados en los de ella, y la voz que no era la de Indigo siguio:

Pronto. ?Oh, si, muy pronto! Te atreveras. Se que te atreveras.

Como la rapida caida de un telon, la corona plateada se desvanecio, Indigo arrugo ligeramente la frente intentando sin exito enfocar el rostro de Uluye que se alzaba ante ella. Luego volvio la cabeza unos milimetros y dijo con voz perpleja pero totalmente natural: «?Grimya...?». Y, acto seguido, sus ojos se cerraron y empezo a respirar tranquila y suavemente.

Shalune se acerco a la cama muy despacio y la contemplo con atencion.

—Duerme —anuncio, incredula.

Uluye se puso en pie, con los ojos clavados todavia en el rostro de Indigo.

—?Duerme? —Parecia aturdida.

—Si; mirala. Duerme tan pacificamente como una criatura a la que acaban de amamantar. Uluye no parecia muy dispuesta a dejarse convencer, pero al cabo cedio y se alejo de la cama. Durante unos momentos reino el silencio.

—Trae a alguien que le haga compania —ordeno Uluye al fin—. Quiero hablar contigo en mi aposento.

Shalune ya esperaba algo asi, de modo que asintio con la cabeza al tiempo que contestaba:

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