gesto inutil; le era tan imposible mover la losa como detener al sol y la luna en su viaje por los cielos, pero la desesperacion eliminaba el razonamiento y con las patas escarbo frenetica en la delgada linea que separaba la losa de su vecina.

De improviso, una sombra se movio bajo el recipiente del fuego votivo.

Grimya dio un brinco como si le hubieran disparado y se agazapo en una posicion defensiva, mostrando los dientes en un grunido asustado. Contemplandola desde el pedestal, donde habia estado sentada con las piernas cruzadas en solitaria vela, descubrio a Uluye.

Se miraron la una a la otra, ambas sorprendidas, ambas llenas de cautela. El incienso utilizado para la ceremonia se habia convertido en cenizas ya, pero los efectos permanecian y la mirada de Uluye parecia drogada. Habia estado en un semitrance soporifico hasta que el escarbar de la loba la habia sacado de el, y en estos momentos no estaba muy segura de si lo que veia ante ella era real o una ilusion optica. Por su parte, Grimya se enfrentaba a un terrible dilema. Ni le gustaba Uluye, ni confiaba en ella; despues de todo, habia sido la obsesion de la Suma Sacerdotisa por su propio poder y estatus lo que habia originado el desastre. Sin embargo, reconocia al mismo tiempo que solo Uluye podia ayudarla ahora. En esto, sin duda, serian aliadas y no enemigas. Tenia que recurrir a la mujer; no tenia a nadie mas.

La loba se estremecio. Se irguio sobre las cuatro patas, y empezo a balancear la cola con vacilante esperanza. Luego, ante la total sorpresa de Uluye, abrio las mandibulas y, con voz gutural pero clara, dijo:

—U... luye..., neeecesssito tu ayuda, Indigo esta enpe... eligro. ?Y la muchacha que penetro en el Pozo nnno esss Yima!

CAPITULO 15

—No lamento lo que he hecho. —Los ojos de Shalune brillaron con algo de su antigua fiereza al mirar a Indigo—. La Dama Ancestral no elige a su Suma Sacerdotisa, lo hacemos nosotras. Pero, en este caso, la eleccion era equivocada. —Se senalo al pecho con el dedo indice—. Yo se que era equivocada; conozco a Yima mejor que su madre, y tambien conozco a Inuss. Yima jamas quiso ser Suma Sacerdotisa. Sabia que no conseguiria alcanzar los niveles marcados por Uluye, y ni siquiera deseaba intentarlo. Pero Uluye no queria escuchar a nadie; estaba decidida a que continuara su dinastia, sin importar si era sensato o lo que fuera a costar. Jamas permitio que Yima se marchase... aunque fuera por un corto espacio de tiempo para tener un hijo..., porque sabe que la muchacha se le podria escapar. Echo la cabeza a un lado como si fuera a escupir, pero lo penso mejor.

—Uluye tiene miedo. Miedo de envejecer, de perder su poder y ser derrocada. Cree que yo quiero ocupar su lugar, y tambien en eso se equivoca. Solo deseo lo que es correcto para todas nosotras, y eso significa una candidata digna de la Dama Ancestral, con capacidad para gobernar sabiamente en la ciudadela. — Hizo una mueca despectiva—. Uluye no es sensata. Poderosa, si; demasiado poderosa para bien de los demas en algunas ocasiones. Y esta consagrada a la voluntad de la senora, eso no me atreveria a negarlo ni por un momento. Es su interpretacion de la voluntad de la senora lo que pongo en duda.

Su interpretacion de la voluntad de la senora... Eso, penso Indigo, era el quid de la cuestion. El relato de Shalune le confirmaba muchos de sus sentimientos con respecto a Uluye, en especial su convencimiento de que la tiranica actitud de la Suma Sacerdotisa ocultaba un profundo y agudo sentimiento de vulnerabilidad. Su determinacion de que su hija debia sucederia era, en palabras de Shalune, la forma en que Uluye se aseguraba de que su poder no seria puesto jamas en duda, y habia aplastado de forma sistematica toda oposicion a sus planes, incluida la oposicion de la misma Yima. Incapaz de persuadir a su madre de considerar siquiera que ella podria tener algo que decir sobre su futuro, Yima habia acabado por volverse hacia Shalune en busca de ayuda. Sabia que esta secretamente favorecia a Inuss como candidata al manto de Suma Sacerdotisa, y Shalune prometio utilizar toda su astucia para persuadir o, si era necesario, obligar a Uluye a reconocer que no era el unico arbitro de la cuestion. Tenian otra aliada en la persona del oraculo del culto, pero su muerte y la subsiguiente llegada de Indigo habian arrojado, en palabras de Shalune, una serpiente al interior del kemb.

Mas adelante, cuando la Dama Ancestral hablo por medio de Indigo y ordeno: «Ven a mi», Uluye aprovecho la ocasion, lo que habia obligado a Shalune a actuar con rapidez. No habia sido su intencion enganar a Indigo, dijo, pero al mismo tiempo no se atrevia a confiar en que Indigo no la traicionaria ante Uluye.

En el ultimo minuto, cuando se dejo a solas a la candidata para el ultimo momento de meditacion, Inuss ocupo el lugar de Yima y, oculta por la mascara y toda aquella ropa, ni Uluye habia descubierto el cambio. Habia sido asi de sencillo.

Indigo miro a Inuss, quien durante toda la diatriba de Shalune habia permanecido en silencio contemplando a su mentora. Luego volvio a posar la mirada en la gruesa sacerdotisa. Curiosamente, a pesar de no poder afirmar que la conocia bien, no dudaba de la sinceridad de Shalune ni de su afirmacion de que ella misma no tenia el menor interes en arrebatar a Uluye el puesto de Suma Sacerdotisa. Sospechaba que Shalune habria encontrado otra , forma de obtener la supremacia de haberlo deseado. De todos modos, no obstante, algo en sus afirmaciones sonaba a falso, y, cuando Indigo volvio a mirar a la mujer y luego a Inuss, sus sospechas tomaron forma.

—?Y crees que Inuss tendra exito alli donde Yima habria fracasado? — pregunto, sin dejar que su voz traicionara sus pensamientos.

—Lo se —la respuesta de Shalune fue categorica—, no puedo equivocarme. He sido su maestra desde que era un bebe que empezaba a andar.

«Ahh...», penso Indigo, y en voz alta inquirio con suavidad:

—?Solo su profesora?

—Es la hija de mi hermana —respondio Shalune con franqueza— Cuando mi hermana murio, trajeron a Inuss a : la ciudadela y me converti en su tutora. No. —Volvio la cabeza con rapidez cuando Inuss intento interrumpirla— No hay motivo para que Indigo no deba conocer toda la verdad, Inuss. No tengo razones para ocultar que deseo lo mejor para quien lleva mi propia sangre. ?Quien no lo haria? —Se volvio una vez mas hacia Indigo— E Inuss es la mejor. La Dama Ancestral se dara cuenta. Ella no desea una servidora forzada; aceptara a Inuss y le dara su aprobacion. ?Crees que permitiria que Inuss se enfrentara a la prueba si no estuviera segura?

No —repuso Indigo, con la mas debil de las sonrisas—. Conociendote a ti, no creo que lo hicieras. —Bien, pues. —Por un momento Shalune parecio turbada; luego su expresion se animo— No soy una gran sentimental, y, si me conoces como dices, te habras dado cuenta de ello, pero siento lastima por Yima. Se lo que es desear algo con tanta intensidad que no importa ninguna otra cosa en el mundo. Yo sentia lo mismo con respecto a mis ambiciones para servir a la senora. Yima quiere a Tiam. No se como consiguio conocerlo para empezar, ni que clase de desobediencias ideo para seguir encontrandose con el; jamas me lo ha contado y yo no le he preguntado. Pero lo ama, Indigo. ?Por que no podia tener su oportunidad igual que yo tuve la mia? —Hizo una pausa, contemplando a la joven con atencion, y anadio—: Sospecho que si tu hubieras estado en mi lugar, habrias hecho exactamente lo mismo.

Indigo tuvo que admitir para si que desde luego lo habria hecho. No se hacia ilusiones ahora con respecto a los motivos de Shalune, pues se daba perfecta cuenta de que, con la sobrina confirmada como la siguiente Suma Sacerdotisa, Shalune obtendria suficiente ches —el termino que el culto empleaba para indicar posicion y respeto— como para disfrutar de una gran influencia. ?Pero, seria eso una mala cosa? Indigo no lo penso asi; y, en la cuestion de la sucesora de Uluye, el que el interes propio hubiera sido antepuesto a la filantropia no tenia por que hacer menos valido el juicio de Shalune. Uluye habia estado demasiado ciega para darse cuenta de que obligaba a Yima a seguir un camino que la muchacha era fundamentalmente reacia a recorrer. Si ahora se podia corregir tal error, y presentarse una candidata mejor, ?quien era ella para poner en duda la sensatez de todo ello?, se pregunto Indigo.

Una vez mas, una debil sonrisa aparecio en sus labios cuando respondio:

—Uluye no estara muy satisfecha cuando regresemos.

—Uluye puede echar pestes y encolerizarse hasta que se canse, pero sera demasiado tarde —replico Shalune—. Una vez que Inuss tenga la bendicion de la Dama Ancestral, ni siquiera Uluye se atrevera a objetar.

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