Entonces, con un gesto elegante aunque con algo de reptil, la senora volvio la cabeza. Miro primero a Shalune, luego a Inuss, y sus negros labios se abrieron.
—Levantaos —dijo.
Tenia una voz potente, pero a la vez fria y curiosamente sin vida. Despacio, temblorosas, las dos mujeres se levantaron hasta quedar de rodillas. El rostro de Inuss quedaba oculto, pero a traves del velo de la sacerdotisa Indigo pudo distinguir la expresion transfigurada de Shalune, que combinaba una extraordinaria mezcla de terror y de amor desvalido. La senora las contemplo con fijeza.
—Habeis recorrido un largo camino para encontrarme. ?Que traeis a mi reino?
Shalune habia ensayado el discurso ritual cientos de veces bajo la feroz direccion de Uluye, pero, ahora que el momento habia llegado, el valor la abandono. Lucho por recuperar la voz, titubeo, junto las manos, volvio a titubear, se quedo de rodillas temblando como un animal aterrorizado, y no consiguio pronunciar una sola palabra.
—Responded. —La voz de la Dama Ancestral mostraba ahora un matiz de impaciencia.
—Gran senora —empezo Indigo de improviso al darse cuenta de que Shalune no podria seguir adelante. Conocia las palabras prescritas, o al menos su esencia; si Shalune no podia pronunciarlas entonces debia de hacerlo ella—.
Os traemos a nuestra candidata para tomar, a su debido tiempo, el manto de vuestra Suma Sacerdotisa. Nosotras la avalamos y sancionamos, y hemos recorrido el sendero entre vuestro mundo y el nuestro para conducirla a vuestra presencia, con la esperanza de que la aceptareis como a una de las vuestras.
—?Ah! —dijo la figura en tono distante, volviendo de nuevo hacia ella sus ojos ribeteados de plata—. Mi oraculo habla por si misma. Alza tu velo, oraculo. Deseo ver tu rostro con mas claridad.
Consciente de que Shalune la observaba con atencion, Indigo se llevo las manos al velo y lo echo hacia atras. Los labios de la senora se tensaron en una sonrisa apenas perceptible, aunque los ojos no la reflejaron.
—Te han disfrazado con carbon y cenizas, pero veo lo que hay debajo de todo esto —dijo—. ?Tienes un nombre, oraculo?
—Mi nombre, senora, es Indigo... —Indigo callo unos instantes y luego anadio—:... como creo que ya sabeis muy bien.
Shalune ahogo una exclamacion, horrorizada ante tal osadia. Un nuevo silencio invadio la caverna mientras Indigo y la negra figura se contemplaban la una a la otra, e Indigo se dio cuenta con un principio de inquietud de que la evaluacion inicial de este ser habia sido erronea. Desde el principio habia percibido que la Dama Ancestral poseia poder, pero, creyendo saber quien era en realidad, habia dado por sentado que su poder se erigia sobre una base falsa. Tenia buenos motivos para creerlo: en el pasado, al enfrentarse con los demonios del Charchad y de Simhara, y mas tarde al tener que verselas con el espectral devorador de vida de Bruhome y con la monstruosa pero intangible maldicion del conde Bray de El Reducto, habia descubierto que los demonios no eran nunca exactamente lo que parecian. Su poder era real, desde luego, pero en cada enfrentamiento sus limitaciones habian demostrado ser mucho mayores de lo que ella habia creido. Tapicerias tejidas con enganos, telaranas de ilusiones e intrigas... que sin embargo no poseian mas sustancia que una autentica telarana, pues toda su estructura se habia hecho pedazos al revelarse la verdad oculta bajo sus supercherias.
Pero este demonio era diferente. Por que lo percibia asi y por que lo creia, no podia decirlo con certeza, pero cada vez estaba mas segura de que el poder que la Dama Ancestral poseia no era una simple ilusion. Esta criatura poseia sustancia. Era real, tan real como ella misma... y de repente Indigo se sintio perdida.
Por fin los oscuros labios de la Dama Ancestral volvieron a abrirse.
—Creo que empiezas a comprender, Indigo —dijo—. Todavia te queda un largo camino por recorrer, pero un principio es mejor que nada. ?Me tienes miedo?
El calor sofoco la garganta de la muchacha; abrio la boca para negar la pregunta pero descubrio de improviso que las palabras que queria no estaban alli. La peculiar fria sonrisa de la negra figura centelleo una vez mas.
—Claro que me tienes miedo —declaro, respondiendo a su propia pregunta antes de que Indigo pudiera ordenar sus pensamientos—. ?Quien no? Aun no he encontrado a un ser humano que no tema lo que le espera mas alla de la muerte.
—No sois la muerte...
—No; pero la muerte y yo somos companeras desde hace mucho tiempo, y lo que la muerte empieza, yo llevo a su conclusion. Existen muchas conclusiones posibles, oraculo. Los pocos que realmente me complacen en vida obtienen la paz en mi reino, y el sueno que no conoce suenos. A otros se les concede otra clase de vida y forman parte de mis muchos sirvientes, y eso, tambien, puede ser una bendicion. Pero siempre existen aquellos que, por sus actos o palabras, blasfeman contra mi y se niegan a aceptarme como su senora. Para ellos no hay otra cosa que el ansia estupida y perpetua de los
Indigo sintio como su corazon latia con fuerza, el pulso rapido y doloroso, pero hizo un esfuerzo para no mostrarse acobardada.
—No escogeria ninguno —repuso—. Mi lealtad... y mis creencias... se inclinan hacia otro lado.
—?De veras? —La Dama Ancestral inclino la cabeza, cu un curioso gesto que recordaba al de un ave—. Ya lo veremos, oraculo. Ya lo veremos.
Entonces volvio la cabeza, y la mirada negra y plateada se clavo en Shalune e Inuss. Ambas se encogieron sobre si mismas; Inuss temblaba como una hoja, mientras que Shalune tampoco parecia estar mucho mejor. Todo el coraje de ambas se habia hecho polvo.
—?Por que lloras, candidata? —La voz de la Dama Ancestral tomo de repente un tono cruel—. ?Que se esconde en tu corazon que tus lagrimas delatan? ?Es amor? ?O es temor? —Hizo una pausa y luego ordeno—: Sacate la mascara.
Inuss profirio un sonido terrible, a medio camino entre un gemido y un grito de dolor. Con gesto tembloroso tiro de la mascara de madera y rompio los cierres en su torpe precipitacion; varios de los adornos de hueso cayeron al suelo de piedra en el forcejeo hasta que por fin consiguio sacarsela, y el rostro aterrorizado de la joven — sudoroso y crispado por la tension— contemplo a la diosa.
—Traeme la mascara, hija mia —ordeno la figura—. Ponia entre mis manos.
Inuss no queria acercarse a ella, pero no se atrevia a desobedecer. Se incorporo vacilante y avanzo arrastrando los pies hasta la orilla del lago. El bote estaba demasiado lejos para alcanzarlo extendiendo las manos; pero la senora aguardaba implacable, y por fin Inuss se decidio a penetrar en el agua, Indigo la oyo aspirar con fuerza cuando el liquido elemento empezo a arremolinarse alrededor de sus rodillas, sus muslos y sus caderas. La muchacha vadeo hasta el bote, y levanto la mascara con un gesto desesperado y suplicante, inclinando la cabeza.
La diosa extendio una mano, y los largos dedos de negras unas tocaron la mascara. Las ventanillas de su nariz se hincharon; luego despacio, muy despacio, retiro la mano. Un horrible resplandor, frio como la aureola de sus ojos, rodeo su cuerpo y la convirtio por un instante en una negra silueta, y entonces hablo con una voz que a Indigo le helo la sangre en las venas.
E Con un alarido de terror, Inuss solto la mascara, que fue a caer dentro del bote, y se cubrio el rostro con las manos. Shalune clavo la mirada a sus pies, los brazos extendidos en actitud suplicante.
—Senora, os ruego... —empezo a decir. —
Solo queremos lo que es mejor, lo que es correcto... —?Correcto? —Cientos de novas llamearon en las profundidades de los ojos de la Dama Ancestral—. ?Como te atreves a juzgar lo que es correcto, Shalune? Te has opuesto a la voluntad de tu Suma Sacerdotisa, a quien yo misma escogi. La has enganado... y por lo tanto me has enganado a mi. Respondeme, Shalune: ?quien sanciona lo que debes hacer para servir a tu diosa? ?Quien es el avatar de tu diosa en el mundo de los mortales?
Las mandibulas de Shalune se movieron espasmodicamente, antes de que pudiera por fin pronunciar: —Ul... Uluye... es vuestro avatar. —?Y en nombre de quien habla Uluye? ?Quien juzga lo que es correcto, Shalune?