aguas, con la cabeza martilleandole y miles de luces centelleando ante sus ojos, supo que solo podria resistir unos pocos segundos mas antes de verse obligada a abrir la boca e intentar respirar. Entonces, justo antes de que la presion resultase demasiado fuerte para resistirla, su cabeza habia surgido de entre la arremolinada oscuridad al caos de la tormenta; trago aire con una poderosa y jadeante aspiracion y sintio como la lluvia le golpeaba el rostro, y, en tanto las palpitaciones y las lucecitas empezaban a desvanecerse, encontro sin saber muy bien como la serenidad necesaria para flotar hasta la orilla y arrastrarse fuera del lago, para tumbarse en la arena tosiendo y boqueando con los relampagos centelleando a su alrededor y el trueno rugiendo en sus oidos.

Todavia estaba mareada, y sentia la garganta como si estuviera en carne viva; pero la implacable realidad fisica de la tormenta iba eliminando su desorientacion, cosa que le agradecia. Inmortal o no, preferia no hacer conjeturas sobre lo que podria haberle sucedido de no haber alcanzado la superficie cuando lo hizo. Pero ahora estaba de regreso. Estaba a salvo. Y habia tanto que contar...

Grimya estaba algo mas tranquila, pero seguia rebosante de preguntas.

«.?De donde has salido, Indigo?», pregunto. «He estado intentando establecer contacto, pero no te encontraba, ?no te oia!»

—Espera un poco, carino; deja que respire.

Un nuevo retumbo eclipso las palabras de la joven, que aprovecho para acariciar el pelaje de la loba. Durante otro minuto o mas, permanecieron abrazadas bajo el aguacero. Los relampagos eran menos frecuentes ahora, aunque la lluvia seguia cayendo con la misma fuerza, y, mientras sus vacilantes sentidos empezaban a regresar a un orden mas racional, Indigo penso: «Oh, Diosa, ?por donde empezar?». Habia tanto que contar, tantos hilos sueltos que desenredar... Pero entonces recordo la primera cosa, la mas terrible de todas, y cerro los dedos con fuerza alrededor del pelaje de la loba.

Grimya, hay algo que debes saber. Shalune e Inuss... estan muertas.

El trueno volvio a sonar, y los ojos del animal se ensombrecieron.

«Lo se.»

—?Lo sabes? —Indigo la miro con sorpresa.

«Si.» Grimya hizo una pausa, y luego anadio con tristeza: «El agua arrastro sus cuerpos a la orilla durante la noche. Las sacerdotisas dicen que se convertiran en hushu. Pero, Indigo, todavia hay mas. Yima...».

—Se lo de Yima; se lo que intentaba hacer. Shalune me conto toda la historia.

«Pero la han capturada, Indigo. Van a matarla, ?y es culpa mia!»

—?Culpa tuya? —Grimya fue a explicarse, pero Indigo la interrumpio alzando ambas manos—. No, Grimya, espera, espera. Debemos juntar todas las piezas desde el principio, o lo volveremos todo aun mas confuso.

«Quiza no habra tiempo. ?Yima y su companero moriran al ponerse el sol, y las ceremonias ya han empezado!»

Indigo miro rapidamente en direccion al otro extremo del lago, pero el zigurat situado en la otra orilla resultaba invisible bajo la cortina de agua y oscuridad. Durante una breve tregua en la tormenta, el sonido de los cantos de las mujeres floto debilmente sobre las aguas por encima del siseo de la lluvia, y fue entonces cuando su mente se dio cuenta de lo que significaban.

—?Cuanto falta para el crepusculo? —inquirio con voz tensa.

«No lo se; la tormenta hace que me resulte imposible saberlo. Creo que aun deben de faltar dos horas o mas hasta el anochecer. Pero si hemos de hacer algo...»

—No —volvio a interrumpirla Indigo—. Hay tiempo. Penetremos en el bosque, busquemos refugio, y luego juntemos nuestros respectivos relatos. Es vital que cada una disponga de toda la informacion.

Se pusieron en pie y corrieron a trompicones bajo el diluvio en direccion a los arboles. Una vez alli, refugiadas bajo la amplia copa de un gigante de hojas enormes, procedieron a relatar lo sucedido a cada una, y toda la fea historia salio a la luz. Grimya explico su descubrimiento de que otra candidata sustituia a Yima, y como, temiendo por la seguridad de Indigo, se habia dirigido a Uluye, desesperada, en busca de ayuda. Relato la historia de la captura de Yima y Tiam, y la sentencia de Uluye de que debian ser ejecutados para apaciguar a la Dama Ancestral.

«Esta dispuesta a matar a su propia hija», dijo la loba llena de afliccion. «No lo comprendo, Indigo... ?No comprendo como puede hacer algo tan horrible!»

—?Ah, pero yo si! —repuso la joven, sombria—. Y eso forma parte de mi historia. Veras, he descubierto cual es la naturaleza del demonio que buscamos, y no se trata de la criatura que se llama a si misma Dama Ancestral.

«?No lo es?»

—No. En realidad, la Dama Ancestral es esclava de este demonio, Grimya; y tambien lo son todas sus mujeres, y los habitantes de la Isla Tenebrosa que le deben fidelidad.

Y conto a la loba lo acaecido en el reino de la Dama Ancestral. Grimya la escucho con los ojos muy abiertos, sin interrumpirla, y, cuando la muchacha finalizo su relato, la loba gimoteo en voz baja.

—?El de... monio es el miedo? —Lo dijo en voz alta, y se percibia gran preocupacion en su voz—. Pero ?como podemos vencer a eso, Indigo? El miedo carece de cuerpo; no es algo que ssse pueda ca... apturar y matar. Todos los otros... el Charchad y la ssserpiente devoradora, incluso el demonio de Bruhome... eran cosas, y podiamos verrr-los y enfrrrentarnos a ellos.

—Lo se. Pero creo que se lo puede vencer, Grimya, aunque ahora me doy cuenta de que tendremos que utilizar armas muy diferentes de las que hemos utilizado hasta hoy.

—Indigo clavo la mirada en los preocupados ojos de la loba—. ?Recuerdas lo que me dijiste no hace mucho, sobre los aspectos en que yo habia cambiado desde que empezamos a viajar juntas?

—Eso crrr... eo.

—Ese dia me preguntaste si creia seguir poseyendo el poder de cambiar de aspecto. Bien, ahora conozco la respuesta. La descubri por casualidad cuando la Dama Ancestral intento utilizar esas tres imagenes contra mi: Nemesis, el Emisario y mi propia personalidad de lobo. Cuando hice desaparecer la imagen del lobo, cuando se la arrebate a ella, supe que, aunque formaba parte de mi y siempre lo haria, ya no podia utilizarla. —Sonrio entristecida—. Es como tu dijiste: el cachorro deja atras sus juegos cuando ya no le sirven para aprender. No necesito transformarme en lobo para derrotar a este demonio. Creo que ahora he aprendido como invocar otros poderes.

—?Otros poooderes? —inquirio Grimya con expresion vacilante.

—No estoy muy segura de poder explicartelo; ni siquiera estoy segura de poder explicarmelo a mi misma. Simplemente... lo percibo, Grimya. Algo ha cambiado; algo muy fundamental. —Levanto los ojos hacia el cielo, y reprimio un escalofrio que la recorrio a pesar del sofocante calor—. Ese dia, tambien dijiste que tenias la impresion de que tal vez Nemesis me tenia miedo ahora. Eso no es cierto; al menos no en la forma que tu querias decir; pero me parece, Grimya, me parece, que yo ya no tengo motivos para temer a Nemesis. Carece de poder real sobre mi; solo posee el poder que yo he sido lo bastante estupida como para permitirle usurpar.

—No comprrren... do —dijo Grimya meneando la cabeza.

—No.

Indigo comprendio lo inutil de intentar expresar lo que sentia en palabras que tuvieran sentido. Las palabras no podian transmitirlo; la sensacion —la conviccion— era demasiado informe. No obstante, era una conviccion, y, al intentar desafiarla y vencerla, la Dama Ancestral le habia hecho, sin querer, un gran servicio. Si pudiera aferrarse a lo aprendido, aferrarse a ello y utilizarlo, entonces podria derrotar al demonio y salvar las vidas de Yima y Tiam.

«Si», penso. Ese era el imponderable. Todavia tenia que poner a prueba su poder, y quedaba muy poco tiempo. Pero en su cerebro empezaba a tomar forma el esquema de una estrategia y, con la ayuda de Grimya, estaba segura de poder prepararse con la suficiente rapidez para lo que debia hacer. Pobre Grimya; la loba se culpaba a si misma por la situacion en que se encontraba Yima, y se sentia terriblemente culpable y avergonzada. Moveria montanas y bosques, si pudiera, para

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