mujeres sin saber adonde pensaban llevarla o que pensaban hacer con ella, pero ?como podia hacerselo comprender? ?Como podia expresar su protesta?
La aguardaban, y las espesas cejas de Shalune empezaron a juntarse en un principio de enojo, Indigo clavo la mirada en los duros ojos de la otra, y dijo con mucho cuidado en el idioma de la Isla Tenebrosa:
—?Que es esto?
Shalune parecio asombrada. Era la primera vez que Indigo se dirigia a ella en su propia lengua, y la pregunta la cogio totalmente por sorpresa. Recuperando la compostura, le dedico una profunda inclinacion con un amplio gesto de la mano y le respondio hablando con rapidez y gran enfasis.
«Grimya,
Shalune contemplaba a Indigo expectante pero tambien con desconfianza. Rapidamente y en silencio la muchacha pregunto a la loba:
Indigo asintio. Era lo que sospechaba, y sostuvo la mirada de la sacerdotisa sin pestanear.
—?Donde? —volvio a preguntar, y esta vez indico primero a su derecha y luego a su izquierda, las cejas ligeramente enarcadas en inequivoco gesto de interrogacion.
Shalune hizo una nueva reverencia y se volvio para indicar el sendero que
discurria junto al
—Por aqui —respondio, Indigo sabia lo suficiente para comprender sus palabras en esta ocasion—. Cinco dias de viaje a pie.
Indigo miro mas alla del dedo extendido de la mujer, y su rostro no traiciono nada del repentino aceleramiento de su pulso. Direccion nordeste. El aparentemente ambiguo mensaje de la piedra-iman quedaba explicado. Durante unos instantes, la muchacha permanecio muy quieta mientras una mezcla de emociones y reacciones se agitaba en su cerebro. Luego se dio cuenta de que, por encima de todo, se destacaba una clara intuicion que barria todas las dudas, todas las advertencias, toda otra consideracion.
Sus anfitriones la llenaron de regalos antes de permitir que la procesion se pusiera en marcha, Indigo no queria aceptarlos; la familia podia ser considerada discretamente prospera segun los criterios locales, pero desde luego no era rica y no podia permitirse el lujo de regalar toda la comida y utensilios y piezas de tela finamente tejidas que se amontonaban en la litera a sus pies. Nadie hizo caso de sus protestas, no obstante; todo lo que sus antiguos anfitriones deseaban —o, mas bien, anhelaban, al parecer cambio de su generosidad era que posase ambas manos . Sobre las cabezas de cada uno de ellos, desde la anciana senora de la casa hasta el mas pequeno nino de pecho.
Indigo se sintio como una curandera, pero no tuvo el valor de negarles el favor. Cuando la ceremonia de las bendiciones toco a su fin y, entre ruidosas despedidas, las cuatro mujeres se alejaron llevando en hombros la litera, la joven se dejo caer sobre los almohadones tras las multicolores cortinas sintiendose avergonzada y culpable. ?Que habrian contado Shalune y su sequito a estas confiadas personas? ?Que ella era un ser especial, imbuido del poder de traerles buena suerte? ?Lo creia en realidad Shalune? Y, de ser asi, ?por que? ?Que
Suspiro y aparto a un lado una de las cortinas, que convertian el ya recalentado aire del interior de la litera en al o sofocante e insoportable.
Indigo le sonrio con afecto y contesto:
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La loba volvio la cabeza y lamio el pegajoso aire con la lengua.
En contra de lo que esperaba, Indigo durmio gran parte del largo y monotono dia. Parecia como si las cuatro mujeres fueran incansables. Se detuvieron tan solo en una ocasion durante las horas diurnas, para comer una rapida comida y beber copiosas cantidades de agua, y la joven sospecho que debian de utilizar alguna droga hecha de hierbas para aumentar su resistencia mas alla de los limites normales. El continuo traqueteo de la litera, unido a la sensacion de claustrofobia engendrada por el sofocante aire y los ahogados pero incesantes ruidos del bosque, la arrullaban haciendola caer en un extrano letargo que de vez en cuando casi se semejaba a la fiebre.
Se detuvieron para pasar la noche cuando empezo a oscurecer y las sombras cayeron como una sabana sobre el bosque. No se veia senal de ningun lugar habitado, y, antes de ponerse a preparar una improvisada cena, las mujeres dieron vueltas en torno al lugar elegido, entonando canticos y depositando pequenos paquetes de comida en un amplio circulo alrededor de la litera.
El esquema del primer dia continuo durante los cinco dias y noches de su viaje, interrumpido solo por otros dos violentos temporales. En los momentos de mayor
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intensidad de las tormentas buscaban refugio, acurrucandose junto a la litera bajo una curiosa especie de arbol de tronco hinchado con hojas de dos metros y medio tan anchas como un hombre con los brazos extendidos, para luego seguir avanzando penosamente bajo la bochornosa humedad en cuanto amainaba el aguacero. Pasaron junto a vanos poblados durante el trayecto, y en cada ocasion se las recibia con una combinacion de respetuoso temor y alegria. Nuevos regalos se amontonaban sobre Indigo, y una vez mas los donantes solo querian su bendicion a cambio. Shalune presidia, repartiendo consejos y justicia, y luego, pasadas dos o tres horas, se volvia a