Lo recordare esta vez. Se que me olvido a menudo, pero lo recordare. Gra..., gracias. Eres siempre tan amable... No se por que.
Niahrin lo miro alejarse y vio como el juego de luz y sombras del bosque lo ocultaba mientras se marchaba. Habia dejado atras el baston de endrino, y ella lo recogio y lo dejo apoyado contra la verja. A lo mejor se acordaria y regresaria en su busca, o tal vez se limitaria a cortarse otro con aquel terrible cuchillo suyo. Sacudiendo la cabeza, triste por el aunque a la vez perdida toda esperanza, Niahrin regreso a la casa.
Entro... y en el umbral recibio un sobresalto. La loba herida habia conseguido darse la vuelta y se encontraba medio caida, medio sentada con las patas delanteras clavadas en el suelo y los pelos del lomo totalmente erizados, los dientes al descubierto y los ojos llameantes. Un hilillo de saliva resbalaba de sus mandibulas, y, cuando la sombra de Niahrin oscurecio la entrada, gruno amenazadora.
Niahrin se quedo muy quieta, sorprendida y asustada, Empezo a preguntar:
—?Que... ? —Pero antes de que pudiera pronunciar otra palabra la loba dijo, con voz gutural pero con elocuente claridad:
—?Echalo! ?Echa fuera al demonio!
El cuerpo de la bruja se cubrio de gotas de sudor caliente y frio.
—Has hablado...
—Sssi. He hablado. ?Echalo! ?Por favor! —Entonces, romo si le llegara como una espantosa revelacion, anadio—: ?Oh, me duele... me... duele!
Grimya no habia querido hacerlo. Se habia sentido indecisa, demasiado temerosa de confiar en la bruja a pesar de lo que el instinto y la evidencia le decian, y habia dado gracias por la interrupcion que le habia evitado verse forzada a tomar una decision. Pero, al escuchar las voces que sonaban en el exterior de la casa, otro instinto se habia despertado en su interior. Quien fuera que estuviera ahi afuera y lo que fuese que estuvieran diciendo, Grimya sentia miedo. No, mas que eso: estaba aterrorizada. Y sintio un ramalazo de amargo odio como jamas lo habia sentido en su vida, ni siquiera cuando siendo un cachorro su jauria se habia revuelto contra ella, la habia atacado y la habia expulsado por ser diferente. El hombre de alli fuera tambien era diferente, pero en lugar de compasion ella no sentia mas que un intenso horror y repugnancia, y con ellos una espantosa sensacion de vulnerabilidad. Habia conseguido mantener el control cuando Niahrin regreso por unos instantes en busca de agua, hierbas y vendajes, pero, cuando la bruja salio otra vez, el sofocante temor empezo a crecer y crecer hasta que Grimya ya no pudo contenerlo. Habia maldad en el exterior, una amenaza terrible, y presa del panico habia dominado el dolor para prepararse a rechazar su ataque. Ahora, sin embargo, no habia ningun ataque y el dolor se habia apoderado de ella; no tenia fuerzas para luchar contra el ni para ocultar su angustia. Ni le importaba haberse delatado, pues el dolor que sentia eclipsaba todo otro pensamiento.
La respuesta de Niahrin fue rapida y eficiente. Dio a Grimya un potente sedante y apaciguo su dolor en el descanso del sueno. Cuando la loba volvio a despertar, le habia vuelto a arreglar las tablillas y renovado los vendajes, y ella yacia otra vez en posicion comoda frente al fuego. La bruja estaba sentada en el suelo con las piernas cruzadas al otro lado de la chimenea, contemplandola, y en cuanto vio que Grimya estaba despierta
pregunto:
—?Se ha ido el dolor?
Grimya parpadeo; luego recordo que su secreto habia sido descubierto y que no habia necesidad de fingir que no comprendia.
—sssi —respondio con voz ronca y, tras una pausa, anadio avergonzada—: Gracias...
Niahrin paso entonces a darle una amable pero severa conferencia sobre su estupidez. ?No se daba cuenta de lo malherida que estaba? Un hueso de su pata trasera derecha estaba roto y los cuartos traseros habian quedado algo aplastados. Padecia magulladuras y golpes demasiado numerosos para poderlos contar, habia sufrido conmocion y los efectos del mal tiempo y era solo gracias a un milagro de la Madre del Mar que no se habia ahogado. Asi pues, ella le agradeceria que fuera tan amable de no estropear todo el trabajo de Niahrin, que al fin y al cabo era solo por su bien, comportandose como un cachorro insensato e intentando ponerse en pie cuando unicamente estaba en condiciones de permanecer tumbada muy quieta hasta que se le dijera lo contrario. Grimya acepto el rapapolvo en silencio y con las orejas caidas; lo cierto es que no se habia dado cuenta del alcance de sus heridas y ni siquiera ahora estaba segura de lo que significaba una pata rota ni de cuanto tiempo tardaria en curar. Pero, cuando la reprimenda finalizo, la expresion y actitud de la bruja cambiaron.
—Bien, pues —dijo—. Creo que podemos dejarlo ahi por ahora, siempre y cuando tenga tu promesa de que me obedeceras.
No tenia demasiada eleccion, se dijo Grimya, incomoda; de modo que se paso la lengua por el hocico y contesto: —Sssi. Lo prrrometo.
—?Estupendo! Ahora, creo que tu y yo tenemos mucho que contarnos la una a la otra, ?no es asi? —Niahrin le dedico su peculiar sonrisa torcida, y la ceja sobre el ojo sano se enarco profundamente—. Una loba que habla con voz humana... ?Sabes, querida, que en un principio crei que estaba equivocada? —Vacilo—. Es decir, si realmente eres una loba, y no alguna quimera. —Soy una loba. Nada mas.
Y, consciente de que no podia esquivar la verdad, o al menos una buena parte de ella, Grimya conto a Niahrin la mutacion con la que habia nacido y que la habia convertido en una proscrita entre los de su raza. La bruja escucho comprensiva, y dio la impresion de que no tenia dificultades para aceptar su historia, a pesar de lo extrana y fantastica que era. A Grimya le costaba admitir su evidente aceptacion y por fin se interrumpio y pregunto vacilante:
—?Me... crees?
—?Creerte? —Niahrin parecio sorprendida—. Desde luego. ?Por que no tendria que hacerlo? Solo un loco cree que la creacion de la gran Madre tiene limites... Y, ademas, tengo la evidencia de mis propios oidos y ojos, y no existe nada que me convenza mas que eso. —Su curiosa sonrisa se transformo de repente en una mueca—. ?A menos que no seas un ser vivo sino un duendecillo travieso que ha venido a tomarme el pelo! —No lo soy... — empezo Grimya, angustiada. —?Tranquila, querida, tranquila! No era mas que una broma mia, solo una broma. Se lo que eres. No tengo ninguna duda. Pero me desconcierta que no nos hayamos encontrado antes. Me gusta pensar que conozco a mis lobos, y estoy segura de que habria observado la presencia de uno diferente. ?No eres de esta parte del bosque? —No —admitio Grimya—. No..., no soy ni de este pais. —?No eres de las islas? ?Ah! —Niahrin junto las manos—. Entonces es lo que yo sospechaba: estabas a bordo del barco; ?el barco que embarranco en los arrecifes de Amberland! Grimya no podia llorar, no podia derramar lagrimas como lo habria hecho un humano, pero de improviso sus ojos ambarinos mostraron tal desolacion que Niahrin se inclino al frente con una debil exclamacion de pena.
—Querida, ?que es lo que he dicho? ?Que te ha trastornado? —Entonces recordo el incidente en la casa del pueblo, y la palabra que la loba habia pronunciado en su delirio: Indigo. No era un lugar, penso Niahrin, y tampoco un objeto. Empezaba a comprender.
»Grimya —agrego, confiando en haber entendido bien el nombre—, ?quien es Indigo?
—?Que..., que sabes de ella? —La loba se puso rigida. «Ella... » Bueno, asi que habia estado en lo cierto; y ahora sabia un poquito mas.
—No —dijo la bruja—, no se nada, pero tu pronunciaste su nombre mientras dormias, la llamaste. —Extendio la mano para tocar la cabeza de Grimya con suma dulzura, acariciante, consoladora—. ?Quien es, carino? Confia en mi, y cuentamelo todo.
Grimya confiaba en ella. Tenia la mente mas despejada ahora, y percibia con su infalible instinto que esta mujer no la traicionaria, ni la utilizaria ni intentaria sacar provecho de ella en ninguna forma. Sus anteriores temores carecian de fundamento; y resultaria un alivio, un gran alivio, confiarse a un espiritu amigo, a alguien que quiza tuviera el poder de ayudarla.
Hablo a Niahrin de Indigo. No dijo toda la verdad, ya que la cautela permanecia aun y era una antigua regla que ni ella ni Indigo revelaran jamas todo su secreto a ningun ser viviente. Indigo era su querida e intima amiga, explico, y desde su fortuito encuentro en el Pais de los Caballos, el lugar donde ella, Grimya, habia nacido, las dos habian viajado juntas durante..., bueno, hacia ya muchisimo tiempo. Habian visto gran parte del mundo, pero finalmente se habian cansado de vagabundear y habian planeado