Vinar palmeo la mano de Indigo con suavidad aunque con cierta torpeza.
—Bueno, no hay que preocuparse de ello por el momento. A lo mejor es esto lo que necesitas: ver a
—Os espera, me dijo el capitan, en... —se produjo una vacilacion, tan breve que ni Indigo ni Vinar se dieron cuenta de ella; luego el joven finalizo—: en Carn Caille.
—?Carn Caille? —Vinar estaba estupefacto—. Pero... —Se devano los sesos, convencido de que lo que creia saber sobre las Islas Meridionales debia de estar equivocado—. Pero yo creia que eso era...
—Es la ciudadela del rey. —Jansa, que estaba barriendo el suelo y habia escuchado gran parte de la conversacion, se detuvo con la escoba en el aire y contemplo al mensajero con curiosidad—. ?Estas seguro de que eso es correcto, muchacho? ?Estas totalmente seguro de que es lo que dijo tu capitan?
Por un instante la seguridad del muchacho se tambaleo y casi, pero no del todo, parecio recordar que el capitan Brek le habia dado unas instrucciones completamente distintas. Pero enseguida el recelo desaparecio. Carn Caille, habia dicho el capitan; no habia duda. Y el sueno que habia tenido la noche anterior, el sueno que Niahrin habia
enviado a todos los que buscaban a Indigo, permanecio bien oculto en las profundidades de su subconsciente.
—Desde luego que fue Carn Caille —aseguro, plenamente convencido—. El mensaje provenia de una de las mujeres sabias del bosque de esa zona, y ellas nunca se equivocan.
—Eso es cierto. —La voz de Jansa tenia un cierto tono atemorizado—. Pero el lugar donde vive el rey... ?Es sorprendente!
Vinar estallo en una inesperada carcajada que los sobresalto a todos.
—?Esa
El muchacho se encogio de hombros. Empezaba a desconcertarlo toda aquella charla sobre brujeria y el rey.
—Quiza las brujas lo saben —apunto.
—Lo sabrian —intervino Jansa—. No debes temer que esten equivocadas, Vinar; esta dentro de sus poderes el averiguar de donde salio vuestra loba mascota y que pertenece a un humano. Lo que realmente me asombra es como fue a parar tan lejos de Amberland. Aqui hay mas de lo que ninguno de nosotros sabe aun, apostaria cualquier cosa.
—Si, si, creo que tienes razon —Vinar asintio solemne. Su mirada se torno pensativa y una cautelosa lucecita ansiosa empezo a aparecer en ella—. Y eso puede significar algo mas, ?eh? Eso podria significar que alguien de este Carn Caille sabe algo de la familia de Indigo. A lo mejor incluso alguien de alli
—Podria ser, Vinar. Si, creo que podria.
Durante esta conversacion Indigo no habia vuelto a hablar, pero ahora extendio el brazo y poso una mano sobre la de Vinar.
—Estoy casi asustada, Vinar —dijo en voz baja—. Asustada de tener esperanzas, por si...
—Lo se. Lo comprendo.
Se inclino como si fuera a rozarle los labios con los suyos; luego vacilo y retrocedio, como hacia siempre. Desde que habia perdido la memoria, penso Indigo, no la habia besado ni una sola vez; aunque antes, sin duda, debia de haber sido diferente. Y ahora le decia que habia tenido una mascota, una loba domesticada, a la que habia querido tanto como lo queria a el. Pese a que no podia comprenderlo, aquella informacion le hacia mas dano que el abismo que mediaba entre ella y el hombre al que estaba prometida.
—Quiero ir alli —declaro de improviso—. Quiero ir a Carn Caille. Tal vez haya alli alguien que pueda ayudarme. Y quiza si veo a esta loba, esta...
Los dedos de Vinar aferraron con fuerza los de ella, pero su mirada estaba clavada en la mesa, no en la muchacha. Habia esperado tener un poco mas de tiempo; tiempo para que las emociones de ella despertaran, y para que el se sintiera mas seguro de ella. Pero no podia negarle esto. No queria negarle nada; por encima de todo deseaba que fuera feliz, ya que esto formaba parte de su amor y era probablemente la parte mas valiosa.
—Si —dijo, y con un ligero esfuerzo se deshizo de las dudas y el miedo, para volverse por fin hacia ella y sonreirle con afecto—. Si, iremos. De hecho nos marcharemos hoy, en cuanto estemos listos, ?eh? —Vio como su rostro se iluminaba y eso lo compenso—. ?Vamos en busca de
CAPITULO 8
Todos los que dormian a corta distancia de la torre redonda del ala norte de Carn Caille despertaron a causa de los gritos que salian del dormitorio de la reina. El rey Ryen abandono sus propios aposentos y se encontro con que los criados corrian ya hacia el piso superior de la torre. Ryen avanzo hacia la escalera a grandes pasos y, con voz potente y llena de enojo, grito a los agitados criados que retrocedieran, y corrio escalera arriba hasta la puerta de su esposa, acompanado de un solo hombre armado.
Cuando se acercaba, la puerta se abrio y una mujer alta de piel cetrina que llevaba un camison con un chal de lana encima salio al exterior. Ketrin, doncella personal de la reina, vio a Ryen y realizo una reverencia algo forzada.
—No hay de que asustarse, senor. —Su voz poseia el melodioso acento costero, pero traslucia cierta dureza—. La reina ha tenido una pesadilla, nada mas.
—?Otra vez? —Aunque intento sofocarla, Ryen sintio como reaparecian la vieja irritacion y el resentimiento, y su tono de voz lo delato—. ?Hay alguien con ella? ?No la habras dejado sola?
—Su alteza esta aqui, senor. Vino al momento y dijo que se ocuparia en persona de la reina.
Ryen mascullo algo en voz baja y la aparto para entrar
—Con calma, Ryen; no hay motivo para precipitarse en la habitacion como un toro desmandado.
Ryen hizo caso omiso de la reprimenda.
—Ketrin dice que ha tenido otra pesadilla.
—Asi es, pero no arreglaras las cosas hablandome en ese tono, o no dirigiendote a Brythere. —La mirada gris azulada de Moragh escudrino su rostro mientras hablaba; luego se deslizo expresivamente hasta la joven de la cama, y la colera de Ryen murio.
—Lo siento, lo siento... Fue el sobresalto de ser despertado, el miedo a que... —Se trago el resto de lo que habia estado a punto de decir y, acercandose al lecho, extendio las dos manos hacia su esposa.
Brythere lo miro, con el rostro cubierto de lagrimas y aire vacilante, y el continuo:
—Perdoname, corazon mio. No queria ser rudo. —Se sento en la cama mientras Moragh se apartaba para hacerle sitio—. ?Que fue?, ?lo mismo?
Brythere asintio con la cabeza.
—Estaba aqui. —Le temblo la voz—. El estaba