cuchillo, y... —Las palabras se ahogaron en un sollozo.
—Parece que no estaba solo esta vez —dijo Moragh en voz baja—. Cuando yo entre balbuceaba algo sobre una anciana inmovil a los pies de la cama que lo incitaba.
Ryen la miro fijamente.
—Hace algunos anos solia sonar con una anciana. Cuando eramos recien casados, y padre todavia vivia... Pero pensaba que esa pesadilla era cosa del pasado.
—Eso pensabamos todos, pero parece que estabamos equivocados. —Moragh hizo una senal a Ketrin, que habia seguido al rey y vuelto a entrar en la habitacion, y la doncella cruzo en silencio hasta una mesita, donde empezo a preparar una pocion—. Veia incluso a esa bruja durante el dia; en los pasillos a veces, ?recuerdas?, y en una ocasion le sobrevino un ataque de nervios porque segun juraba la anciana estaba entre los comensales en el gran salon. Ruego para que
Antes de que Ryen pudiera responder, Ketrin aparecio junto al lecho con una copa rebosante en las manos. Moragh la tomo con un gesto de agradecimiento, indico con la mano a la doncella que se retirara y se volvio hacia Brythere.
—Toma, criatura. Bebe esto, bebelo todo. Te serenara y calmara y te ayudara a dormir otra vez.
—?No lo quiero! ?Si regresa... ! —Los ojos de Brythere se abrieron de par en par, alarmados.
—No regresara, ya que no era mas que un sueno. Hace mucho tiempo que se fue de Carn Caille; probablemente haya muerto ya y en buena hora. No esta aqui, y no puede en ningun modo hacerte dano. Vamos. —Con el aire de alguien acostumbrado a ser obedecido, Moragh sujeto el brazo de su nuera y la obligo a permanecer quieta—. Haz lo que te digo, y bebe. Me quedare contigo hasta la manana y me ocupare de que no suceda nada, de modo que no tienes nada que temer.
Intimidada como lo estaba siempre por la autoridad de la reina viuda, Brythere tomo la copa de mala gana y empezo a sorber su contenido. Tras observarla en silencio unos instantes, Ryen suspiro y se puso en pie.
—Si hay algo que pueda hacer...
—Un momento, Ryen. —Los ojos de Moragh seguian fijos en Brythere pero hizo un gesto que lo obligo a detenerse—. Quiero hablar contigo en privado. No tomara mucho tiempo. —En voz mas alta ordeno—: Ketrin, cuida de la reina y ocupate de que tome la pocion. No tardare mas que un minuto o dos.
Brythere parecio incapaz de levantar la vista mientras los dos abandonaban la habitacion y no tuvo ni una palabra de despedida para Ryen. Fuera aguardaba el guarda; Moragh lo despidio y se volvio hacia su hijo. La luz de una antorcha que ardia en su soporte de la pared le oscurecia el aguileno rostro y la severa melena de cabellos canosos.
—Ryen, esto no puede seguir asi. ?Hay que hacer algo, y hacerlo pronto, o estos suenos y obsesiones de Brythere destrozaran tanto su vida como la tuya!
Ryen volvio la cabeza a un lado.
—Madre, ?que puedo hacer? He intentado todas las tacticas que se me han ocurrido pero me siento tan impotente como tu; probablemente mas, en realidad, puesto que ya no puedo llegar hasta ella. Ya lo acabas de ver... ?Que influencia puedo tener en ella?
—Bastante mas de la que pareces dispuesto a ejercer —replico Moragh con acritud; entonces la violenta llamarada de enojo se desvanecio y suspiro—: ?Oh! Quiza soy injusta contigo, hijo mio. Quiza la culpa fue de tu padre y mia, al escogerla a ella como tu esposa. Tal vez tendriamos que haber esperado, como tu querias, y no forzarte a un matrimonio prematuro. Pero existian muchas consideraciones, y Brythere parecia la
eleccion ideal...
—Lo era —interrumpio Ryen, impotente—. Era todo lo que podria haber pedido de una esposa. Y la amo, madre.
Moragh se sintio tentada de preguntar «?de veras?», pero se contuvo. Era un viejo tema espinoso sobre el que ella y su hijo habian discutido en muchas ocasiones, y ahora estaba segura de que Ryen era tan incapaz como ella de comprender por que su matrimonio habia resultado tan desastroso. En cuanto a Brythere... bien, Moragh tenia la franqueza suficiente para admitir que ella y su nuera no tenian en comun mas que sus lazos con Ryen, pero aquello no afectaba su opinion. La muchacha le gustaba bastante, y era indulgente con lo que consideraba debilidades de su naturaleza. En los primeros tiempos despues de la boda habian ido realizando progresos —lentos y cautelosos, es cierto— en direccion a una especie de amistad; hasta que, por desgracia, empezaron las extranas alucinaciones de Brythere y todo comenzo a ir mal.
Ryen se cruzo de brazos y clavo la mirada en el oscuro pozo de la escalera.
—Es este lugar —dijo malhumorado—, Carn Caille. Ya desde el principio Brythere no se sintio jamas feliz aqui, y ahora apenas si soporta permanecer entre sus paredes. Se volvio para mirar a su madre casi retador—. Cree que Carn Caille esta encantado.
—Ryen, ya te he dicho otras veces... —empezo a decir Moragh.
—No, no, madre; ya se lo que me has dicho y se lo que piensas. Pero los temores de Brythere no se diferencian de los que yo tenia de nino. Recuerdas tan bien como yo las noches en que tu o la vieja Lalty os veiais obligadas a permanecer toda la noche junto a mi cama, intentando convencerme para que volviera a dormirme a pesar de solo la diosa sabe que terrores.
—Pero eras un
—?Obligarla? —Ryen estuvo a punto de echarse a reir; luego su voz adopto repentinamente un tono salvaje —. ?Como haremos eso, madre? ?La encerraremos en su dormitorio y haremos que Ketrin le meta el sentido comun a golpes? ?O a lo mejor deberia apartarla de un modo u otro y tomar una nueva esposa mas sumisa?
—No seas ridiculo, Ryen; sabes muy bien que no estoy sugiriendo nada parecido. Quiero decir, simplemente, que Brythere ha tejido una telarana de miedos y fantasmas a su alrededor y se ha quedado atrapada en ella excluyendo iodo lo demas de su vida. Ya no asiste a las reuniones vespertinas, ya no cabalga a tu lado ni ocupa su lugar en las audiencias publicas; suplica que se la excuse de casi todos sus deberes y, como estamos preocupados por su bienestar, la hemos mimado demasiado. Bien, eso debe cambiar. Nuestra preocupacion ha ido demasiado lejos y esta haciendo mas mal que bien. Como tu consorte, Brythere tiene responsabilidades; se la deberia obligar a cumplir esas responsabilidades en lugar de permitirle que languidezca oculta como una invalida. ?No es una invalida! Es una mujer joven perfectamente sana, y la forma de hacer que lo comprenda es encargarnos de que pase mas tiempo en el mundo real y menos en su mundo privado lleno de apariciones.
Ryen suspiro. Era imposible discutir con Moragh en ninguna circunstancia, y en esta sabia que ella tenia razon. Pero era duro, tan duro... Su madre podia desechar los terrores de Brythere tachandolos de tonterias, pero eran totalmente reales para Brythere. Y habia algo mas, algo que Ryen no deseaba recordar, y mucho menos discutir con nadie. Una noche, al principio de su matrimonio, cuando todavia compartian el mismo lecho, Brythere habia despertado gritando en medio de la noche. Habia sido la segunda o tercera vez que tal cosa ocurria y, cuando Ryen, con los ojos hinchados y medio adormilado, habia intentado calmar a su sollozante esposa, vio —o creyo ver, ya que la imagen se desvanecio al momento— una figura apenas perfilada junto al poste de la cama. Con aspecto de anciano, de sexo indeterminado y el rostro oculto por la capucha de una larga capa, mantenia en alto una mano arrugada en actitud amenazadora, y sujetaba en esa mano un cuchillo de larga hoja.
Apartando a un lado ese recuerdo como siempre hacia, Ryen respondio con un esfuerzo:
—No se, madre. Tal vez tengas razon. Pero las cosas estan tan mal entre nosotros que no se si Brythere me escuchara.
—A mi me escuchara —replico Moragh en un tono que daba a entender que Brythere no tendria eleccion, y, antes de que el pudiera protestar, anadio—: Y desde luego no sere cruel con ella; solo firme. Eso es lo que necesita. La verdad es que pienso que los dos lo necesitais.
—?Debemos volver sobre esto otra vez? —Ryen desvio la mirada.
—No tengo intencion de insistir en ello, ya que no ganaremos nada y los dos necesitamos dormir esta noche. —Empezo a retroceder en direccion a la puerta de Brythere—. Pero lo mismo puedo decirlo que pensarlo.
Si tu y Brythere tuvierais un hijo eso ayudaria a curar vuestros males mas que cualquier cosa que yo espere conseguir por mis medios. Sin embargo, a menos que se realicen algunos cambios, no parece existir mucha esperanza de que eso vaya a suceder. El rostro de Ryen enrojecio violentamente. —El deseo de tener habitaciones