para arruinar el bienestar de un pueblo entero no merecia llamarse ser humano.

Con un golpecito de la muneca, Way lanzo su cono apenas sin comer sobre el cesped quemado.

– ?Como llevas la retirada?

– Si hubiera sabido que me divertiria tanto, lo habria dejado hace un par de anos -dijo Bobby Tom con expresion dura.

Sawyer se chupo el pulgar.

– He oido que vas a convertirte en una estrella de cine.

– Alguno de nosotros dos tiene que traer dinero al pueblo.

Sawyer sonrio y saco un juego de llaves del bolsillo.

– Hasta la vista, Denton.

– ?Bobby Tom, eres tu? -El chillido de mujer provenia de un Olds azul que justo acababa de entrar en el aparcamiento. Toni Samuels, que habia jugado al bridge con su madre durante anos, corrio hacia el y luego se detuvo al ver con quien estaba hablando. Su cara paso de la bienvenida a la hostilidad. Nadie ocultaba que Way Sawyer era el hombre mas odiado de Telarosa, en el pueblo lo consideraban un paria.

A Sawyer no parecio importarle. Palmeando las llaves, le dirigio a Toni un saludo cortes con la cabeza y luego se giro hacia el BMW granate.

Treinta minutos mas tarde, Bobby Tom aparcaba delante de una gran casa blanca de estilo colonial en una calle sombreada de arboles. La luz que salia de las ventanas delanteras salpicaba la acera cuando se acerco. Su madre era como una lechuza, lo mismo que el.

El que nadie en el DQ hubiera visto a Gracie habia aumentado su preocupacion y habia decidido detenerse y ver si a su madre se le ocurria alguna idea mas de como localizar a una persona desaparecida antes de visitar a Jimbo. Conservaba una copia de la llave debajo de la maceta de geranios, pero llamo al timbre porque no queria asustarla.

La espaciosa casa de dos pisos tenia los postigos negros y una puerta roja como los arandanos y una aldaba de laton. Su padre, que habia levantado una pequena agencia de seguros que durante anos fue la mas exitosa de Telarosa, habia comprado la casa cuando Bobby Tom fue a la universidad. La casa donde Bobby Tom habia crecido era una pequena casa de un solo piso que el consejo municipal habia cometido la tonteria de querer convertir en atraccion turistica, y que estaba al otro lado del pueblo.

Suzy sonrio cuando abrio la puerta y lo vio.

– Hola, cielito.

El se rio del nombre con el que lo llamaba desde que podia recordar y, entrando, la cogio por la barbilla. Ella coloco sus brazos alrededor de su cintura y le dio un abrazo.

– ?Has comido algo?

– No se. Supongo.

Ella lo miro con tierna reprimenda.

– No se por que tuviste que comprar esa casa cuando yo tengo tantas habitaciones vacias. No comes bien, Bobby Tom. Se que no lo haces. Ven a la cocina. Me ha quedado algo de lasana.

– Suena bien. -Lanzo su sombrero a la percha del laton en la esquina del vestibulo.

Ella lo miro, arrugando el ceno inquisitivamente.

– Lamento molestarte, ?pero por que no hablas tu con el del tejado? Tu padre se ocupaba siempre de ese tipo de cosas y no estoy segura de que tengo que hacer.

Oir ese tipo de dudas en la mujer que competentemente supervisaba el presupuesto de la escuela publica preocupaba a Bobby Tom, pero reprimio sus sentimientos.

– Le llame esta tarde. Te da un buen precio, y creo que deberias hacerlo.

Por primera vez se percato que las puertas que llevaban a la sala de estar estaban cerradas. No podia recordar haberlas visto nunca cerradas por completo y las senalo con la cabeza.

– ?Que pasa?

– Come primero. Te lo dire mas tarde.

El comenzo a seguirla, pero se paro en seco al oir un sonido extrano y amortiguado.

– ?Hay alguien durmiendo ahi?

En cuanto solto la pregunta se percato de que su madre estaba vestida para dormir, con una bata de seda azul claro. Sintio una punzada dolorosa. Ella nunca habia mencionado nada sobre que viera a otros hombres desde que su padre habia muerto, pero eso no queria decir que no lo hiciera.

Se dijo a si mismo que era su vida, y el no era quien para interferir. Su madre era todavia una mujer bella, y merecia toda la felicidad que pudiera encontrar. El ciertamente no queria que estuviera sola. Pero por mas que trataba de convencerse a si mismo, le rechinaba la idea de su madre estando con cualquier hombre que no fuera su padre.

El se aclaro la voz.

– Oye, si estas con alguien, lo entiendo. No tenia intencion de interrumpir nada.

Ella parecio alarmada.

– Oh, no. En serio, Bobby Tom… -Se apreto el cinturon de la bata-. Gracie Snow esta durmiendo alli.

– ?Gracie? -El alivio lo invadio, casi seguido inmediatamente por la colera. ?Gracie lo habia asustado de muerte! Y mientras el la imaginaba en una zanja en alguna parte, estaba en casa de su madre.

– ?Y como acabo aqui? -pregunto en tono seco.

– La recogi en la carretera.

– ?Estaba haciendo autostop? ?Lo sabia! De todas las malditas tontas…

– No hacia autostop. Me detuve cuando la vi. -Suzy vacilo-. Como probablemente puedas suponerte, esta algo enfadada contigo.

– ?Pues no es la unica que esta enfadada! -Se giro hacia las puertas correderas, pero Suzy lo detuvo poniendo la mano sobre su brazo.

– Bobby Tom, ella ha estado bebiendo.

La miro.

– Gracie no bebe.

– Desafortunadamente, no me di cuenta de eso hasta que ya le habia ofrecido vino frio.

La idea de Gracie bebiendo vino lo puso todavia mas enfadado. Rechinando los dientes, dio otro paso hacia las puertas, solo para que su madre lo detuviera otra vez.

– Bobby Tom, ?sabes esas personas que se ponen contentas y mareadas cuando beben?

– Si.

Ella levanto una ceja.

– Gracie no es una de ellas.

capitulo 7

Gracie estaba acurrucada en el sofa con sus ropas arrugadas y su pelo color cobrizo suelto y revuelto. Tenia la cara manchada y los ojos y la nariz roja. Algunas mujeres podian ser bonitas cuando lloraban, pero Bobby Tom se dio cuenta de inmediato que Gracie no era una de ellas.

Parecia tan desgraciada que su colera se desvanecio. Mientras la observaba, encontro dificil creer que esa lastimosa mujer fuera la misma hembra punzante y mandona que habia hecho el peor striptease de la historia, se habia tirado como una bala humana sobre la puerta de su coche, habia saboteado su T-Bird y le habia largado a Slug McQuire una abrasadora conferencia sobre el acoso sexual despues de que le hubiera dado una palmada demasiado fuerte en el trasero a una de las camareras de Whoppers.

Normalmente, habria huido de una mujer llorando como de un enjambre de abejas asesinas; pero esa mujer era Gracie y de alguna manera se habia convertido en su amiga, asi que hizo una excepcion.

Suzy lo miro con impotencia.

– La invite a pasar la noche. Estaba bien en la cena, pero cuando volvi de la Junta, me la encontre asi.

– Saldra adelante.

Al oir su voz, Grade levanto la mirada, mirandolo con ojos llorosos y hipando.

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