una joven demasiado borracha para defenderse. Por otra parte, hacia mucho tiempo para el y su reaccion tenia sentido.

– Todavia no, carino.

– Ah, ?y podemos besarnos?

– Supongo que podriamos. -Miro su cara manchada por las lagrimas. Ella tenia una boca bonita, ancha y voluptuosa, con un tentador arco de cupido en el medio de su labio superior. Inclinando la cabeza, la cubrio con su boca.

Ella besaba como una adolescente en su primera cita, y su inocencia y excitacion lo molestaron. No estaba bien que una mujer de treinta anos no tuviera mas experiencia con los hombres. El comenzo a mover su lengua sobre su boca, solo un poco, para mostrarle como usarla.

Ella aprendio rapidamente, y Bobby Tom no tardo mucho en intentar abrir del todo sus labios. Con un suave suspiro, lo dejo entrar.

Ella sabia a fruta y lagrimas. El la acaricio con su lengua, al tiempo que sus manos continuaban disfrutando el puro placer de acariciar unas caderas femeninas que no fueran tan musculosas como las suyas. Mientras disfrutaba de su pequeno cuerpo suave, se olvido de su naturaleza autoritaria y de sus modales irritantes. Lo hacia recordar exactamente cuantos anos habian pasado desde que el habia estado con una virgen.

Bobby Tom sintio sus gemidos contra su boca, y la lengua de Gracie emprendio su propio viaje. Su cuerpo reacciono violentamente. Sacando las manos de sus bragas, la levanto cogiendola por la parte posterior de sus muslos. Ella abrio automaticamente las piernas y las envolvio alrededor de sus caderas. Cuando lo agarro por los hombros, el se percato de que habia comenzado a transpirar. Si no se detenia en ese momento, se iba a olvidar de quien era ella y la tomaria alli mismo, en el suelo de la sala de estar de su madre. Una habitacion, se recordo a si mismo, con unas puertas sin cerrojo y con el retrato de un nino observandolos.

– Gracie… -Puso las manos en sus caderas para bajarla, luego las subio para soltar sus brazos.

– Carino, vamos a tener que ir un poco mas despacio.

– No quiero. Quiero que me ensenes que pasa despues.

– Eso ya lo veo. Pero lo cierto es, que no estas preparada para nada mas que besos ahora mismo. -La aparto firmemente de el y se agacho para recoger sus ropas, dandole la espalda despues de facilitarselas porque no queria ponerla nerviosa.

Le dijo que se vistiera y no habia pasado un segundo desde que termino de cerrarse la falda hasta que las puertas se abrieron y entro su madre.

– ?Como esta ahora?

Antes de que el pudiera contestar, Gracie dio un fuerte suspiro y dijo:

– Tu hijo no es un caballero. Se nego a mantener relaciones sexuales conmigo.

Suzy palmeo su brazo, con los ojos bailando de diversion.

– Las palabras apropiadas para calentar el corazon de una madre.

Bobby Tom definitivamente habia tenido suficientes mujeres alrededor por una noche. Miro a Gracie.

– Escuchame, carino. Dormiras aqui esta noche y no quiero que te preocupes de nada. Willow vendra a verte a primera hora de la manana.

Otra vez, Gracie desplazo su mirada de el a Suzy.

– ?No tendras alguna peli porno en casa?

Suzy dirigio a su hijo una mirada desaprobadora, luego enlazo su brazo con el de Gracie.

– Lo que vamos hacer es irnos arriba ahora mismo.

Para su alivio, Gracie fue con ella sin protestar.

El las siguio al vestibulo y cogio su sombrero de la percha. Cuando comenzaron a subir las escaleras, el miro a su madre.

– ?Cuantas copas de vino tomo?

– Tres -contesto Suzy.

?Tres! Bobby Tom no se lo podia creer. Despues de solo tres copas de vino, ella se habia quitado la ropa y le habia propuesto mantener relaciones sexuales con ella.

– ?Mama? -Se puso el sombrero.

– Si, carino.

– De ninguna manera la dejes cerca de un pack de cerveza.

*****

La aspirina ardia en el estomago de Gracie y el sol de ultima hora de la manana hirio sus ojos cuando se obligo a salir por la puerta trasera de Suzy Denton. La buganvilla crecia en el patio de la casa y la madreselva subia por la valla que cerraba el patio, oculto a medias por un magnolio. El patio era un lugar lleno de colorido: petunias rosas y blancas, geranios y margaritas, que invitaba a tomar el sol. Un aspersor siseaba cerca de una zona de arbustos bajos, y olia a limpio y fresco.

Su anfitriona, con unos pantalones cortos caquis y una camiseta con un loro de brillantes colores estampado en el frente estaba arrodillada en la tierra arrancado malas hierbas. Levanto la mirada y sonrio.

– ?Se marcho ya la senorita Craig?

Gracie saludo con la cabeza e inmediatamente lamento haber realizado un movimiento tan brusco con la cabeza. Se recupero y luego camino lentamente hasta el fondo del patio donde Suzy estaba trabajando.

– Willow quiere volver a contratarme -con mucho cuidado se sento sobre el ultimo escalon para conversar.

– ?Oh?

– Pero no como ayudante de produccion. Sino como ayudante de Bobby Tom.

– Ah.

– Le dije que me lo pensaria. -Gracie plego la falda de su apagado traje azul marino alrededor de sus piernas, lo unico que tenia para ponerse ya que su maleta seguia en el maletero del Thunderbird. Trago saliva-. Suzy, no puedo decirte cuanto siento lo que paso anoche. Despues de todo lo que has hecho por mi, deprecie tu hospitalidad y te avergonze en tu casa. Mi comportamiento fue inaceptable, lo mas inaceptable que he hecho en mi vida.

Suzy sonrio.

– Estabas muy alterada, ?no es cierto?

– No es excusa.

– Ayer tuviste un mal dia -dijo Suzy amablemente-. Cualquiera hubiera actuado igual.

– Me rebaje delante de el.

– Esta acostubrado, querida. Estoy segura que ya lo ha olvidado.

El orgullo de Gracie se rebelo ante la idea de que ella fuera simplemente otra en la larga lista de mujeres que se habian puesto en ridiculo delante de Bobby Tom, pero no podia negar la verdad.

– ?Siempre ha tenido ese efecto en las mujeres?

– Ha tenido ese efecto en casi todo el mundo. -Suzy tomo un pequeno azadon de la caja que tenia al lado y comenzo a aflojar la tierra en la parte del jardin que estaba arreglando-. De muchas maneras, la vida siempre ha sido facil para Bobby Tom. Desde nino, fue el mejor deportista y siempre ha sido un excelente estudiante.

Gracie se avergonzo interiormente, recordando la oferta de ayudarle a aprender a leer. Suzy aplasto una ramita de lavanda entre sus dedos y el olor que la envolvio la hizo dejar de pensar esas cosas. Gracie asumio que no le iba a contar nada mas y se sorprendio cuando Suzy se limpio la manos y siguio.

– Era popular entre los demas ninos. Les gustaba porque no trataba de intimidarles. Incluso en la escuela primaria, las chicas inventaban excusas para venir a casa. El lo odiaba, claro esta, especialmente en cuarto grado; fue cuando realmente hicieron que su vida fuera un desastre. Le enviaban notitas amorosas y lo seguian por el campo de entrenamiento. Los otros ninos se burlaron de el sin piedad.

Sostuvo el pequeno azadon entre sus manos y continuo hablando de una manera lenta y medida como si tuviera dificultad para elegir las palabras.

– Terry Jo Driscoll, ahora Terry Jo Baines, pinto un dia con tiza un enorme corazon rojo en el camino de nuestra casa donde se leia “Terry Jo ama a Bobby Tom”. Estaba decorandolo con flores cuando llego el con tres de sus amigos. Cuando Bobby Tom vio lo que ella estaba haciendo, recorrio el patio delantero a toda prisa y se avalanzo sobre ella.

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