– ?Carino? -Pero ella ya no pudo hablar. Estaba al borde de algo inexplicable.
El levanto la mano de su pecho y la deslizo entre sus piernas. Ella sintio el calor de su contacto a traves de la delgada tela de las bragas cuando el movio la palma de su mano contra su centro.
En ese momento, ella exploto.
capitulo 9
Bobby Tom permanecia de pie en medio de la caravana y miraba fuera por la ventana trasera mientras esperaba que Gracie terminara de ducharse para poder hacerlo el. Estaba mas sorprendido por lo sucedido de lo que queria admitir. Con su amplia experiencia en mujeres, nunca habia visto nada parecido. Apenas la habia tocado y ella habia llegado al climax.
Luego, habian limpiado el suelo en silencio. Gracie se habia negado a mirarle, y el habia estado tan contrariado con ella que no habia querido hablar. ?Como demonios habia permanecido virgen todo ese tiempo? ?No sabia que era demasiado sensual para haberse negado uno de los placeres basicos de la vida?
Se pregunto cual de los dos estaria mas loco. El habia necesitado todo su autocontrol para no desgarrar esa pequena braguita y tomar todo lo que le ofrecia. ?Y por que no lo habia hecho? Porque era Gracie Snow, maldita sea, y habia dejado de follar por lastima hacia mucho tiempo. Era demasiado complicado.
En ese mismo momento tomo una decision. Ahora que su deseo sexual habia retornado con fuerza, iba a volar a Dallas en cuanto tuviera oportunidad. Cuando llegara, tenia intencion de llamar a una bella divorciada que conocia y que vivia la vida de manera tan despreocupada como el y que estaba mas interesada en mantenerlo desnudo que en cenas a la luz de las velas y largas conversaciones. En cuanto dejara de vivir como un monje, dejaria de sentirse tentado por Gracie Snow.
Recordo que no habia cogido la maleta en el T-Bird como le habia prometido y salio de la caravana. A lo lejos, vio a algunos miembros del equipo de rodaje en el corral. Se alegro de que estuvieran lo suficientemente lejos para no tener que explicar por que estaba de helado hasta las cejas.
Mientras abria el maletero del coche, oyo una voz arrastrada a sus espaldas.
– Claro, eras tu. Creia haber olido a mierda de perro. ?Que cono llevas encima?
El saco la maleta sin volverse.
– Me alegro de verte, tambien, Jimbo.
– Es Jim.
Bobby Tom se giro lentamente para encararse con su peor pesadilla. Jimbo Thackery parecia tan grande y tonto como siempre, incluso de uniforme. Sus cejas oscuras practicamente se unian en el centro, y llevaba la misma barba crecida que Bobby Tom juraba recordar de la guarderia. El jefe de policia no era estupido, Suzy le habia hablado sobre el buen trabajo que estaba haciendo desde que Luther lo habia contratado, pero no lo podria asegurar viendo su cuerpo corpulento y su enorme cabeza. Tenia demasiados dientes y exhibia cada uno de ellos en una amplia sonrisa ofensivamente empalagosa que provoco que Bobby Tom quisiera hacerle un poco de odontologia creativa con el puno.
– Supongo que si todas esas damas te pudieran ver ahora, Don Estrella de cine, no te verian tan machote
Bobby Tom lo miro con exasperacion.
– ?Pero aun me guardas rencor por lo de Sherri Hopper? ?Fue hace quince anos!
– Joder, no. -Camino hasta el frente del T-Bird y puso el pie en el parachoques-. Ahora mismo te tengo rencor porque pones en peligro a los ciudadanos del pueblo conduciendo un coche con un faro roto. -Saco una libretita rosa y sonriendo ampliamente, comenzo a redactar una multa.
– Estas mal de la cabeza… -Bobby Tom se detuvo. No solo tenia roto el faro izquierdo, sino que los cristales estaban sobre la tierra justo debajo, dandole una pista bastante buena de que lo habian roto de una patada-. Eres un hijo de…
– Cuidado, B.T. Por aqui, tienes que vigilar lo que le dices al representante de la ley.
– ?Lo rompiste tu, bastardo!
– Hola, B.T., Jim.
Jimbo detuvo lo que estaba haciendo y dirigio una amplia sonrisa a la mujer de pelo oscuro y tintineantes brazaletes plateados que se acercaba a sus espaldas. El dia anterior en un intento de llamar su atencion, Connie Cameron, antiguo ligue de Bobby Tom y encargada del camion de aprovisionamiento, habia hecho de todo menos desvestirse. Ahora, mientras veia como el amor brillaba tenuemente en los ojos de Jimbo, se resigno a tener otro follon mas.
– Hola, carino. -Jimbo rozo su boca con sus labios-. Tengo que cumplir con mi deber unos minutos mas, luego nos vamos a cenar. B.T., ?sabias que Connie y yo estamos comprometidos? Nos prometimos el dia de accion de gracias y esperamos que nos hagas un buen regalo de boda. -Jimbo le dirigio una falsa sonrisa y siguio redactando la multa.
– Enhorabuena.
Connie miro a Bobby Tom con ojos hambrientos.
– ?Que te paso? Parece como si te hubieras estado revolcando con los cerdos.
– Ni te acercas.
Ella lo miro suspicazmente, pero antes de que le pudiera hacer mas preguntas, Jimbo puso bruscamente la multa en su mano.
– Puedes pagarla en el ayuntamiento.
– ?Que es eso? -pregunto Connie.
– Tuve que ponerle una multa a B.T… Tiene un faro roto.
Connie estudio el faro y luego los cristales que habia sobre la tierra. Con una mirada de disgusto, tomo la multa de los dedos de Bobby Tom y la rompio en dos.
– Ni lo pienses, Jim. No vas a pelearte con B.T. otra vez.
Parecio como si Jimbo fuera a explotar, pero al mismo tiempo, Bobby Tom se dio cuenta de que no queria hacerlo delante de su novia asi que se limito a pasar el brazo sobre los hombros de Connie.
– Hablaremos mas tarde, Denton.
– Te estare esperando.
Jimbo le lanzo una mirada fulminante, luego se volvio hacia Connie. Bobby Tom miro los fragmentos de la multa sobre el suelo y tuvo el presentimiento de que Connie no le habia hecho precisamente un favor.
– No entiendo porque no me dices lo que ha pasado con ese faro.
– Porque no es asunto tuyo, ?entendido? -Bobby Tom, cerro de golpe la portezuela cuando salio del coche.
Gracie estaba tan ofendida por su obstinacion que ni siquiera miro la casa mientras lo seguia por el camino de acceso. El estaba recien duchado y arreglado con una camisa azul con las mangas enrolladas; junto con sus vaqueros perfectamente decolorados y su stetson gris lo hacian parecer un modelo de Guess. Mientras, ella se habia visto forzada a ponerse calladamente una falda arrugada de color amarillo verdoso y una blusa estilo safari que habia comprado y que no le pegaba nada.
Despues de lo sucedido entre ellos en el remolque, ella parecia necesitar una buena pelea. Toda la satisfaccion alcanzada habia sido memorable, pero no era lo que buscaba. Ella queria dar, no solo tomar y estaba muy asustada de que el pudiera llegar a sentir piedad por ella. Entre como se habia avalanzado sobre el la noche anterior, y lo sucedido esa tarde, ?que otra cosa podia pensar?
Empezo a correr tras el hasta alcanzarlo.
– Fui la ultima persona en conducirlo.
El le dirigio una mirada intimidatoria por debajo del ala del stetson.
– Tu no rompiste el faro.
– Entonces, ?por que no me dices que paso?
– ?No quiero hablar de eso!