Vio una cinta azul sobre la alfombra del lado de la cama donde ella habia dormido anoche y se agacho para recogerla. Una oleada de calor se estrello directamente contra su ingle al reconocer sus bragas. Aplasto el pequeno trozo de tela con el puno y contuvo el deseo de atravesar el patio hasta el apartamento, desnudarla por completo y enterrarse en su cuerpo, donde estaba su sitio.
Tras la novedad de iniciar a una virgen, deberia comenzar a perder interes en el lado sexual de su relacion, pero continuaba pensando que innovaciones queria mostrarle, senal de que no se habia cansado de ella en absoluto. Amaba la manera en que se aferraba a el y esos pequenos sonidos tan suaves que hacia; amaba su curiosidad y su energia, como la avergonzaba sin proponerselo y, maldita sea, como ella le hacia avergonzarse a el algunas veces con su insaciable curiosidad por su cuerpo.
El exactamente no lo entendia, pero habia algo en la manera en que se sentia cuando estaba profundamente enterrado dentro de ella que era perfecto, no solo para su polla, sino para todo el. Penso en las docenas de mujeres con las que se habia acostado. Con ninguna se habia sentido como con Gracie.
Con Gracie era perfecto.
Algunas veces ella hacia esa cosita despues de que hubieran hecho el amor. Cuando la sostenia contra su pecho, medio dormido y relajado hasta las puntas de los pies, ella hacia esa pequena X sobre su corazon con la yema del dedo. Solo una pequena X. Sobre su corazon.
Estaba bastante seguro de que Gracie creia estar enamorada de el. No era raro. Estaba acostumbrado a que las mujeres se enamoraran de el, y salvo algunas memorables excepciones, habia aprendido a ser honrado con ellas sin romperles el corazon. Una de las cosas que mas apreciaba de Gracie era que entendia que ella no era su tipo y era lo suficientemente honrada para aceptarlo sin follones. Gracie podia montarle escenas por cosas que no eran asunto suyo, como esa noche, pero nunca haria una escena sobre lo que lo amaba y lo que esperaba que la amara, porque era lo suficientemente realista para saber que nunca ocurriria.
Sin ninguna logica, en ese momento su aceptacion lo irrito. Puso el puro en la comisura de su boca y con las manos en las caderas se dirigio a la cocina. Si una mujer amaba a un hombre, deberia luchar por el en vez de rendirse sin resistencia. Maldita sea, si lo amaba, ?por que no luchaba por el con mas fuerza en vez de rendirse?
Segun empeoraba su humor, siguio anadiendo quejas sobre ella a su lista imaginaria, incluyendo que se habia vuelto una jodida coqueta. Estaba mas alla de su imaginacion saber cuantos de los hombres del equipo buscaban excusas para rondarla, y por lo que el sabia, era mas culpa suya que de ellos. No hacia mas que sonreirles como si fuesen irresistibles o como si cada palabra que salia de sus bocas fuera sagrada. Ignoro que era una oyente naturalmente buena. Tal y como el lo veia, una mujer comprometida deberia mostrarse mas reservada cuando tuviera otros hombres alrededor.
Cogio el tetrabrik de leche de la nevera y se echo un trago. Viendo que era el responsable de su “arreglo”, sabia que no podia culparla por completo por la manera en que los hombres la admiraban cuando ella no miraba, pero eso todavia lo irritaba mas. Incluso se habia visto forzado a cruzar un par de palabras con unos tios esa semana -por supuesto nada obvio porque no queria que se hicieran una idea equivocada y pensaran que estaba celoso- solo un amistoso recordatorio de que Gracie era su prometida, no un bomboncito sexual que podrian arrastrar a un motel para darse un revolcon.
Devolvio bruscamente la leche a la nevera, luego atraveso la casa, quejandose y sintiendose maltratado. Repentinamente, se detuvo. ?Que cono estaba haciendo? ?El era Bobby Tom Denton, por el amor de Dios! ?Por que permitia que ella le hiciera eso? El era quien llevaba las de ganar.
Recordarlo deberia haberlo apaciguado, pero no lo hizo. De alguna manera, su opinion era importante para el, puede que porque lo conocia bastante mejor que cualquier otra persona que se le pasara por la cabeza. Esa certidumbre lo hizo sentir tan vulnerable que fue repentinamente insoportable. Apagando el puro en un cenicero de porcelana china, tomo la decision de como iba a manejarla exactamente. Durante los siguientes dias, seria cordial, pero frio. Le daria tiempo para que meditara lo mal que se habia comportado y se diera cuanta de que lado estaban sus lealtades. Entonces, cuando entendiera quien mandaba en su relacion, le daria la espalda.
Su mente siguio dando vueltas. Saldrian con destino a Los Angeles inmediatamente despues del Festival de Heaven, y en cuanto estuvieran fuera de ese pueblo de locos, ella entraria en razon. ?Pero que ocurriria cuando terminaran de rodar la pelicula y ella ya no tuviera trabajo? Tal y como mantenia el contacto con los ancianitos que habia dejado atras y que hubiera adoptado otros cuantos de
La idea lo intranquilizo. Confiaba mas en ella que en cualquier ayudante que hubiera tenido y no tenia intencion de perderla. Simplemente le haria una oferta que no pudiera rechazar, asi trabajaria para el a tiempo completo. Una vez que estuviera oficialmente en su nomina con un buen sueldo, todas esas tontas discusiones sobre el dinero pertenecerian al pasado. Rumio la idea. Podia ponerse dificil cuando el se cansara del lado fisico de su relacion. Bueno, estaba bastante seguro que podia sacarla de su cama sin destruir la amistad que habia llegado a significar tanto para el.
Examino los posibles fallos de su plan, pero no encontro ninguno. Despues de todo, manejar a cualquier mujer, incluso una como Gracie, era mucho mas facil analizando con calma la situacion, y se felicito por su habilidad por hacer precisamente eso. Antes de darse cuenta, la tendria donde queria, acurrucada junto a el en su cama, dibujando pequenas X sobre su corazon.
capitulo 20
– ?Donde crees que deberiamos poner los llaveros, Gracie?
Gracie acababa de terminar de desenvolver el ultimo de los ceniceros blancos de porcelana con la forma de Texas que iban a vender de recuerdo. Llevaban un Cupido senalando la situacion de Telarosa y una nota en letra roja que decia:
HEAVEN, TEJAS
UN LUGAR EN EL CORAZON
La pregunta de los llaveros provenia de Toolee Chandler, presidenta del comite de la “Casa de Bobby Tom Denton” y esposa del dentista mas ocupado del pueblo. Toolee estaba al lado del mostrador de lo que seria la tienda de regalos, pero antes habia sido el porche cerrado de Suzy y Hoyt Denton. La transformacion de la que habia sido la casa de la infancia de Bobby Tom en una atraccion turistica no estaba aun terminada, aunque solo faltaban tres semanas para el Festival de Heaven.
Suzy y Hoyt se habian deshecho de la mayoria de los muebles anos atras, cuando se habian mudado, pero el comite habia buscado en sotanos y tiendas de segunda mano algunos similares e incluso en alguna ocasion habia logrado encontrar el original. Muchas de las casas de esa epoca estaban decoradas en los tonos verdes y dorados populares de esos anos, pero Suzy los habia matizado con brillantes detalles en rojo, muy poco convencionales entonces, pero que ahora daban un definitivo toque de encanto.
Incluso la responsabilidad de la organizacion del viaje y alojamiento de las celebridades dejaban a Gracie demasiadas horas libres. Desde que Bobby Tom y ella habian discutido, hacia casi tres semanas, habia pasado la mayor parte de las tardes en
Ahora miraba dudosa los llaveros. Como tantas otras cosas de la tienda de regalos, reproducian la imagen de Bobby Tom, aunque el no habia autorizado su uso. La foto situada en un disco de plastico naranja fluorescente le mostraba en plena actividad: Los pies en movimiento, el cuerpo curvado en una graciosa c y los brazos extendidos para coger un pase. Pero el uniforme azul y blanco de los Chicago Stars habia sido sustituido chapuceramente por el de los Dallas Cowboys y la frase escrita con letras brillantes rezaba: “Deberia haber sido un Cowboy”.
– ?Quiza sea mejor colgarlos detras de la puerta? -sugirio Gracie.