– Nada. Es solo que… su voz. Habia en su voz algo que me parecia vagamente familiar.
– De modo que puede tratarse de alguien a quien conoces. ?Acaso alguno de los que navego con nosotros en el
– Es posible. Pero hay algo mas. -Se acerco a su chaqueta, metio la mano en un bolsillo y extrajo un trozo de papel doblado que tendio a Philip-. Encontre esta nota en mi bolsillo.
Philip echo un vistazo a la hoja y leyo el breve mensaje: «El sufrimiento empieza ahora».
– Esto no me gusta nada, Philip -dijo Edward-. Ese bastardo me hizo mucho dano, no hay duda de eso, pero no puedo dejar de pensar que se trata de algo mas… siniestro. ?Y por que iba a querer hacerme «sufrir»? Que yo sepa, no tengo enemigos.
– Me parece que esta nota no iba dirigida a ti -dijo Philip lentamente.
– Me gustaria creerte. Pero esa nota estaba en mi bolsillo y es a mi a quien han golpeado como si fuera un saco. ?A quien mas podria ir dirigida?
– A mi. -Philip le explico en pocas palabras que habia encontrado una nota similar en su escritorio junto a uno de sus diarios abiertos-. Pregunte a todos los miembros del servicio si alguien habia tocado mis diarios. Todos lo negaron, y no hay razon para que dude de ellos. La nota que has encontrado y el ataque que has sufrido da a entender que esa persona habla en serio. Seguramente ese canalla supuso que era yo
– Si, es posible que tengas razon -dijo Edward asintiendo lentamente con la cabeza.
Philip se sentia culpable por lo sucedido. Maldita sea, habian herido a Edward por su culpa. ?Habrian herido tambien al guardian -o acaso algo peor- por ser un testigo inocente, tambien por su culpa? La muerte de Mary Binsmore tambien le pesaba en la conciencia. ?Quien mas resultaria herido? ?Su padre? ?Catherine? ?Andrew? ?Bakari? ?Meredith? Por todos los demonios. Si alguien pretendia hacerle sufrir, ?que mejor manera de hacerlo que atacando a las personas que mas le importaban? «El sufrimiento empieza ahora.»
Se acerco hasta el escritorio para comparar la letra de la nota que el habia recibido con la que tenia entre las manos.
– Las dos han sido escritas por la misma persona.
– Me dio la impresion de que el tipo estaba buscando algo en concreto.
– ?Que es lo que te hace pensar eso?
– Es dificil decirlo. -Edward cerro los ojos-. Todo sucedio muy deprisa. Pero mientras peleabamos, el no dejaba de murmurar. Cosas como «Es mia» y «Cuando la encuentre estaras acabado». -Abrio los ojos-. Lo siento, no soy capaz de recordar nada mas. A juzgar por el chichon que tengo en la cabeza, debio de golpearme muy fuerte.
– Lo siento mucho, Edward. Pero gracias a Dios que tus heridas no son graves.
– Si, podia haber sido mucho peor. Por mucho que no quisiera ser el portador de malas noticias, Philip, creo que tenemos que plantearnos dos cuestiones: ?Que sucede si la cosa de la que hablaba era la «Piedra de lagrimas»? ?Y que sucedera si la encuentra?
Con las inquietantes preguntas que Edward le habia planteado dando vueltas todavia por su cabeza, Philip dio instrucciones a Bakari para que le buscara un medio de transporte a Edward.
– Antes de regresar a casa, ire al juzgado para denunciar todo lo que ha pasado esta noche -prometio Edward.
– Sigo pensando que deberia acompanarte -insistio Philip.
– No. No ganaremos nada con que dejes solos a tus invitados. Ya me encargare yo de eso y te contare como ha ido manana por la manana.
– De acuerdo -acepto Philip con reticencia-. Estare en el almacen justo despues del desayuno. -Coloco una mano sobre el hombro de Edward-. Averiguaremos quien te ha hecho esto.
Edward asintio con la cabeza y se marcho. En el momento en que la puerta se cerraba detras de el, Philip se volvio hacia Bakari.
– ?Eran muy graves las heridas?
– Lo mas preocupante es el fuerte golpe de la cabeza y los cristales que se le metieron en la mano. Muy doloroso, pero curara.
Philip se tranquilizo un poco, pero no por eso dejo de estar preocupado.
– Puede que nos enfrentemos con… problemas. Quiero tomar precauciones especiales.
Bakari asintio simplemente con un gesto de la cabeza. Habia oido muchas veces esa peticion de boca de Philip durante las multiples aventuras que habian vivido juntos. Bakari sabia arreglarselas bien con los problemas y Philip tenia toda su confianza puesta en la habilidad de aquel hombre para evitarlos.
Bakari farfullo algo mirando con intencion hacia la puerta del salon y Philip asintio con la cabeza. Era hora de volver con los invitados. Respiro profundamente para tranquilizarse y regreso a la sala. Apenas habia puesto un pie en ella cuando Meredith se planto frente a el.
– ?Por fin le encuentro! ?Donde se habia metido?
– Esta a punto de comenzar el vals… -Ella fruncio el entrecejo-, ?Ha sucedido algo?
La mirada de el se detuvo en sus ojos preocupados y empezo a temblar por dentro. Nadie le haria dano a ella. Ni a ningun otro. El se encargaria personalmente de que asi fuera.
– Solo un pequeno asunto que requeria mi inmediata atencion.
Ella se quedo estudiando su expresion, y el intento dejar sus preocupaciones a un lado -por el momento- y poner una expresion neutra. Sin embargo, todavia dejaba entrever parte de su trastorno, porque ella le pregunto:
– ?No se tratara del senor Stanton, espero? Lady Bickley me ha dicho que estaba indispuesto…
– No. Andrew esta comodamente instalado en su dormitorio con uno de los remedios curativos de Bakari que le habra sanado para manana, se lo aseguro. -Echo una ojeada por la habitacion, sintiendo las miradas interrogativas que se posaban en el-. ?Se me ha echado de menos?
– Si, todos estaban preguntando por usted.
Philip volvio la cabeza y se quedo mirandola fijamente.
– Me referia a usted.
Los colores se le subieron a las mejillas, hechizandolo y haciendo que sus dedos desearan acariciar aquel seductor rubor.
– Bueno, por supuesto. No sabia donde se habia metido. Lady Bickley y yo estabamos a punto de organizar una partida de busqueda. Hay aqui una habitacion llena de mujeres que esperan que las invite a bailar un vals.
– Excelente. ?Me concede el honor de este baile?
– Por supuesto que no. Yo no estoy aqui para bailar. Yo he venido para…
– Para asegurarse de que todas esas jovenes damas crean que soy una especie de fascinante explorador y para lanzar indirectas al respecto de que los rumores sobre mi incapacidad de… cumplir son completamente falsos.
– Lo dice como si eso fuera algo malo -dijo ella levantando una ceja.
– Por supuesto que no. ?A que hombre no le gusta que una belleza insipida se quede fascinada por el?
– Exactamente.
– Y a ningun hombre le gusta que se piense de el que es incapaz de… cumplir.
– Precisamente.
– Entre esas dos premisas y el hecho de que conservo todos los dientes y todo el pelo, sin mencionar la ausencia de barriga, estoy seguro de que ya habre causado estragos entre las buenas damas que estan hoy en el salon.
– Sin duda.
– Aun asi, insisto en que baile conmigo. -Antes de que ella pudiera negarse, se acerco un poco mas y le dijo en tono de confidencia-. Me prestara usted un gran servicio. Me temo que no se bailar muy bien el vals. Si pudiera pulir con usted mis deficiencias, en lugar de pisotear los zapatos de alguna de mis potenciales futuras novias, y de ese modo ofenderlas… -El levanto las cejas con una expresion elocuente.
– Puede que tenga usted razon -anadio ella apretando los labios.
– Por supuesto que la tengo. Venga. La musica esta a punto de empezar. -Agarrandola con la mano por un codo, la condujo hasta la pista de baile.
