– Por el amor de Dios. Seguramente se estaban refiriendo a la proxima fiesta sorpresa de cumpleanos de lord Pickerill.
El pronuncio la unica palabra que le paso por la cabeza:
– ?Eh?
– La fiesta de lord Pickerill. Lady Pickerill la ha estado preparando durante meses y esta en boca de todos (excepto de usted). Con la intencion de mantener sus planes en secreto para que lord Pickerill no lo sepa, la gente se refiere a la fiesta como «ya sabe que».
– Bueno, pero eso no es lo que significa «ya sabe que» -replico el irritado-. «Ya sabe que» se usa para referirse a temas sexuales. Al menos, eso significaba cuando yo sali de Inglaterra hace diez anos. Por el amor de Dios, ?quien es el que se dedica a cambiar esas malditas reglas?
– La pregunta mas pertinente es ?como se le pudo ocurrir a usted hablar de ese tipo de temas en presencia de dos jovenes bien educadas? -pregunto ella echando fuego por los ojos.
– Usted me dijo que me mezclara con ellas. Y asi lo hice. Y todavia no esta contenta. ?No le han dicho nunca que es usted una persona muy dificil de complacer?
– Yo prefiero llamarlo simplemente supuesta conducta decorosa…
– Estoy seguro de que asi es. -…la cual, desgraciadamente, parece estar muy lejos de usted la mayor parte del tiempo,
– Bueno, puesto que parece que he dado un paso tan indecoroso, solo podemos alegrarnos de que usted llegara en el preciso momento en que lo hizo. De no haber sido asi, estoy seguro de que habria acabado ensenandoles los dibujos que tengo de los jeroglificos de los que estaba hablando.
– Si, debemos estar agradecidos -anadio ella soltando un suspiro-. De acuerdo, tranquilicese…
– Yo estoy completamente tranquilo. Sin embargo usted seguramente necesitaria un poco de laudano.
Ella le lanzo una mirada con la intencion de dejarlo fulminado en el sitio.
– Espero que haya alguna manera de arreglar esto. Porque, de lo contrario, ya estoy viendo los titulares del
– Esos dibujos son copias de antiguos jeroglificos-dijo el mirandola directamente a los ojos-. Y ni son indecentes ni he llegado a ensenarselos a las jovenes. Y lo dire por una ultima maldita vez: no soy impotente.
Aunque entendia claramente que el estuviera enfadado, Meredith no dio un paso atras. En lugar de eso, alzo la barbilla y anadio:
– Perfecto. Pero ahora debemos concentrarnos en arreglar esta situacion antes de que lady Emily y lady Henriette empiecen a hablar por ahi y arruinen nuestros planes. Nuestro mejor recurso es que apaguemos los rumores antes de que empiecen a correr de boca en boca. Y la mejor manera de hacerlo es con halagos. Montones de halagos. Vaya usted por toda la sala comentando lo inteligentes que son esas dos jovenes y lo interesante que es conversar con ellas. Aplauda sus temperamentos curiosos. -Ella levanto las cejas-. ?Imagino que sera capaz de hacerlo?
– Supongo que si, a pesar de que me temo que se me hara bastante dificil encontrar cosas halagadoras que decir de esas dos bobalicon…
– Lord Greybourne, debo recordarle que el proposito de esta velada es encontrarle una novia adecuada, no asustar a cualquiera de las candidatas que encuentre en esta sala. Y ahora vaya a reparar el dano que ha hecho. Y, por favor, intente contenerse.
Antes de que el pudiera replicar, ella ya se habia marchado, regia y altiva, dejandole alli con los dientes apretados. La observo mientras se alejaba, su vestido enmarco sus femeninas curvas. Maldita irritante, dictatorial, mandona y exasperante mujer. Una ligera sonrisa se esbozo en sus labios. No podia esperar a que acabara la maldita velada para decirle exactamente lo que pensaba de ella.
Cuando el ultimo de los invitados se hubo marchado, y la casa volvio a estar de nuevo en orden gracias al ejercito de sirvientes que Catherine habia enrolado trayendolos de la suya, Philip dejo escapar un suspiro de alivio. Acompano a Catherine hasta el camino adoquinado donde la esperaba su carruaje, seguido por Bakari.
– La velada ha sido un exito -dijo Catherine-. Los comentarios y la curiosidad que levantas van en aumento.
– Y supongo que eso es preferible a los rumores y los cotilleos.
– No tengas la menor duda -dijo ella riendo-. Hum… Miss Chilton-Grizedale me ha puesto al corriente de… -Se tapo la mano con la boca para sofocar la risa-… la escena de «ya sabes que» con lady Emily y lady Henrietta.
– Ah, vaya. No temas. Los insinceros halagos que he ido repartiendo entre las invitadas evitaran cualquier desastre.
– A juzgar por los rumores que he oido, algunas de las jovenes damas estan «moderadamente interesadas» por ti -dijo ella con una mirada divertida.
– No sabes cuanto me halaga saberlo.
Su tono seco de voz provoco en ella una sonrisa.
– Considerando lo dificil que estaban las cosas hace solo unos dias, hemos progresado. ?Te ha interesado alguna de las jovenes?
– Me puedes definir como «moderadamente interesado por una de ellas».
– ?De veras? -dijo en un tono de voz que mostraba cuan interesada estaba-. ?Por cual?
El le pellizco suavemente la barbilla, repitiendo un gesto infantil que nunca habia olvidado, y dijo:
– Si te lo digo ahora, diablillo, no vamos a tener nada de que hablar cuando vaya a visitarte manana.
Ella le saco la lengua, otro gesto infantil que tampoco habia olvidado.
– ?Eso es una mala jugada, Philip! No voy a poder esperar a manana para saberlo.
– Ya, bueno, pero ya sabes lo malo que he sido siempre.
– En realidad, yo era la mas mala de los dos. Pero me alegro de que te hayas fijado en alguien. Papa estara muy contento. Habia estado mucho mas animado estas ultimas semanas, esperando tu regreso a casa y tu boda.
– Me alegro.
– ?No habeis solucionado vuestras diferencias?
– Todavia no.
– No esperes demasiado, Philip. A pesar de que ahora este pasando por una «buena» temporada, esta un poco mas enfermo cada dia que pasa. No me gustaria que te quedaras con remordimientos o con cosas que no habias dicho cuando el nos abandone.
La tristeza, el sentimiento de culpabilidad y los remordimientos se mezclaron en su cabeza, mirandole con mala cara, pero el los aparto a un lado.
– No te preocupes, diablillo, hare las cosas bien. -Luego coloco sus manos sobre los hombros de ella y dijo-: Tengo algo que decirte. Alguien entro esta noche en el almacen y registro algunas de mis cajas.
– ?Robaron algo? -dijo ella con la preocupacion reflejandose en sus ojos.
– No lo se todavia. No quiero preocuparte, pero es posible que se trate de algo mas que un simple robo. Puede ser algo personalmente dirigido a mi. Prometeme que tendras especial cuidado y no iras sola a ninguna parte. Bakari te acompanara a casa.
– De acuerdo -dijo ella abriendo los ojos de par en par y asintiendo con la cabeza-. Te lo prometo. Pero ?y tu?
– Yo tambien tendre cuidado. -Cuando Catherine alzo las cejas de una manera expectante, el anadio-: Te lo prometo.
La ayudo a subir al carruaje, ofreciendole el brazo y recordandole que al dia siguiente pasaria a visitarla. Luego dio media vuelta para encontrarse cara a cara con el unico invitado que quedaba. En el momento en que cerraba la puerta a sus espaldas, Meredith entro en el vestibulo y sus miradas se cruzaron. Su corazon empezo a brincar como loco y Philip tuvo que apretar las mandibulas para no echarse a reir de si mismo, al darse cuenta de la reaccion que la simple vision de aquella mujer provocaba en el.
– La acompanare a casa en cuanto Bakari regrese con el carruaje -dijo el cruzando el pasillo de marmol pulido-. ?Puedo ofrecerle una copa mientras esperamos? ?Quiza un jerez?
– Gracias. Este rato juntos nos ofrecera tambien la oportunidad de cambiar impresiones acerca de la velada.
