– ?Cenar contigo? -pregunto ella con una mirada llena de cautela.

– Si. -Los labios de el se doblaron hacia arriba-. Estoy seguro de que no te parece tan horroroso como aparentas. Te prometo que no te servire empanadas.

Philip no podia aceptar que ella estuviera intentando rechazar su invitacion, de modo que, antes de que pudiera hacerlo, el anadio:

– Esa puede ser una perfecta oportunidad para seguir conociendo mas a fondo a algunas de las damas de la fiesta de anoche.

Ella parpadeo dos veces, a lo que le siguio una mirada de innegable alivio que a el le parecio de lo mas descorazonados. Inmediatamente ella cambio su expresion por lo que parecia ser un destello de desilusion que el encontro muy estimulante.

– Oh, ya. ?Quieres decir invitando a otras personas tambien?

– Yo mismo enviare las invitaciones. Creo que ocho sera un buen numero para una cena animada: tu y yo, y otras seis jovenes. Echare un vistazo a la lista de la fiesta de anoche y elegire. ?Puedo contar contigo?

– Si, estare encantada.

– Excelente. Enviare a Bakari para que te recoja en mi carruaje. ?Te parece bien a las siete en punto?

– Eso sera perfecto. -Se lo quedo mirando durante varios segundos, y luego anadio en voz baja-: Philip… me alegro de que estes dando pasos para conocer mas a fondo a esas jovenes damas. Cualquiera de ellas seria una admirable y respetable esposa para ti.

– Cuento con ello, Meredith. Ambos queremos que elija a una admirable y respetable esposa, y quedate tranquila, estoy intentando que ambos consigamos exactamente lo que queremos.

Cuando Philip llego a casa, Bakari le informo de que Andrew habia pasado el dia en el museo y todavia no habia regresado. Philip pidio que le prepararan un bano caliente y, mientras esperaba que la banera estuviera lista, se retiro con Bakari a su estudio privado y engano a su apetito con varias rebanadas de pan fresco y unas lonchas de queso.

Despues de haber informado a Bakari de los acontecimientos del dia, le dijo:

– Tengo el mal presentimiento, Bakari, de que ese «barco» que falta es precisamente lo que estamos buscando. Y ya sabes tu de que manera suelen tender a cumplirse mis malos presentimientos.

– La tormenta de arena en Tebas, la tormenta de Chipre, el robo de las tumbas en El Cairo, no se lo recuerde a Bakari -dijo el mayordomo estremeciendose.

– Me parece muy extrano que sea el unico objeto que falta, y ya sabes que no soy alguien que crea en las coincidencias. Si no fuera asi, no andaria compartiendo mis preocupaciones, ya que no quiero que los demas se preocupen. Aunque me niego a perder la esperanza. Todavia quedan nueve cajas en el almacen y la proxima semana espero que llegue el Sea Raven con el cargamento de los objetos que aun faltan. Puede que ese «barco de yeso» aparezca entre los objetos que estan por llegar. -Se hurgo los cabellos con las manos-. Por todos los demonios, tendria que haberme dado cuenta. Espero que este no acabe siendo el error mas caro de toda mi vida.

– Bakari reza por ello -dijo el pequeno hombre con ese tono grave que tan bien conocia Philip.

Era la tipica frase de Bakari: «Rezare por todo lo que valga la pena rezar, aunque probablemente no arregle mucho las cosas». Por todos los demonios.

Tras acabar con la ultima rebanada de pan, Philip dijo:

– Hay algo mas que quiero comentar contigo. Quiero que dispongas una pequena cena intima para manana por la noche. De estilo mediterraneo.

– ?Intima? -Los ojos de Bakari brillaron.

– Si. -Philip le dio las instrucciones para la cena, sabiendo que Bakari las memorizaria y las llevaria a cabo al pie de la letra. Cuando acabo de dictarle las instrucciones, se levanto-. Mi bano debe de estar casi preparado. Cuando acabe ya habra llegado Andrew. Ya es casi la hora de cenar y el no es de los que se pierden una cena.

Cuando Philip, arreglado, lavado y vestido con ropa limpia, entro en el comedor, con cuarenta y cinco minutos de retraso, Andrew estaba ya sentado a la mesa de cerezo disfrutando de un tazon de lo que parecia una reconfortante sopa. Haciendole una sena al camarero para que le trajese lo mismo, Philip se sento en la silla que habia enfrente de Andrew, cuyo pelo y ropa evidenciaban rastros de polvo y suciedad.

– Me alegro de que ya te encuentres mejor.

– No tanto como me alegro yo. -Su mirada se detuvo en las ropas y el pelo limpio de Philip-. Me da envidia el bano que has tomado. He pedido que me preparen uno, pero antes tenia que comer. Pense que al personal le horrorizaria que me sentara a la mesa con el aspecto de haberme estado arrastrando por un suelo polvoriento. Pero por suerte Bakari estaba aqui para hacer de intermediario, porque cuando llegue crei que me iban a echar a la calle.

Cuando el camarero hubo depositado el tazon delante de Philip, este lo despidio. Andrew y el cenaron en silencio concentrados durante varios segundos antes de que Philip comenzara a hablar.

– Como he visto que en el momento en que he entrado no has saltado sobre mi con la buena noticia de que habias encontrado el pedazo de piedra desaparecido, supongo que la busqueda de hoy en el museo ha sido infructuosa.

– Desgraciadamente, si. Solo quedan tres cajas. Edward me ha estado ayudando, al menos todo lo que le ha permitido su mano herida. Me ha contado lo que paso anoche. Un asunto muy desagradable. Ha tenido suerte de vivir para contarlo. Dice que cree que se rompieron algunas piezas durante el asalto.

– Por desgracia si, hay cinco piezas rotas. De todos modos, podria haber sido mucho peor.

Andrew lo miro con expresion interrogante.

– ?Robaron algo?

Philip le puso al dia de los acontecimientos, hablandole de la muerte del guardian y de la desaparicion del barco de yeso.

– Maldita sea, Andrew, tendria que haberlo supuesto.

– Yo tambien mire esos libros, al igual que Edward y Bakari. A ninguno de nosotros se le ocurrio, Philip. No te eches la culpa a ti solo.

– Esta claro que el responsable de las notas y del robo es la misma persona -dijo Philip asintiendo con aire ausente-. Tengo que descubrir su identidad antes de que alguien mas resulte herido. Por eso, he pensado en contratar a un detective de Bown Street para que investigue el caso. Creo que el responsable debe de ser alguien que navegaba con nosotros en el Dream Keeper. Alguien que conoce las antiguedades y el maleficio.

Andrew estudio su cara durante unos segundos y luego dijo:

– ?Por que no me dejas que dirija yo la investigacion? Edward puede dedicarse a buscar en el resto de cajas que quedan en el museo. Conozco a todos los que viajaban en el Dream Keeper, y ya sabes que soy capaz de sacarle a cualquiera toda la informacion que necesite.

– Si, la verdad es que ya lo demostraste al recuperar la estatua de Afrodita que nos habian robado en Atenas, y eres perfectamente capaz de defenderte solo de cualquier ataque. ?Estas seguro de que quieres hacerlo?

– Claro. Deseo detener a ese mal nacido tanto como tu. Empezare manana por la manana.

– Perfecto. Gracias. -Aliviado y confiando en que Andrew seria capaz de descubrir la verdad, Philip anadio-: Tambien he mantenido hoy una interesante conversacion con el amigo y mayordomo de Meredith, Albert Goddard. -Le hizo un breve resumen de lo que sabia y le conto de que manera habia llegado Goddard a vivir con Meredith.

– Goddard ha tenido mucha suerte de sobrevivir a una infancia tan horrible -dijo Andrew con cara apesadumbrada-. Esta claro que tu miss Chilton-Grizedale esconde mucho mas de lo que salta a la vista.

– Si. Esa dama es un enigma. Y ya sabes tu cuanto disfruto con los enigmas.

– ?Eso es lo que pretendes hacer? ?Disfrutar con ella?

– En realidad, he decidido seguir tu consejo.

– Como bien debias hacer ya que, ejem, yo raras veces me equivoco. Y ?que estrategia has decidido seguir, exactamente?

Miro a Andrew por encima de los cristales de sus gafas.

– Voy a cortejarla. Antes de conocer a Meredith estaba completamente decidido a casarme con una mujer a la que no conocia para cumplir el trato que hice con mi padre. Pero ahora que debo elegir a alguien como esposa,

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