– ?A que hora acabaste?
– A las tres.
– ?Y luego te fuiste a la cama?
Bakari asintio.
– Lo cual significa que esto lo dejaron en algun momento entre las tres de la madrugada y ahora. -Rodeando con los dedos el mango del cuchillo, Philip extrajo el arma de la mesa y luego coloco la brillante hoja bajo la luz que entraba por la ventana-. Es identico al que encontre en el almacen despues del robo.
– Si -confirmo Edward-. Y eso significa que no tiene ninguna senal especial. Es el tipico cuchillo que lleva la mayoria de hombres.
Philip recogio el sobre y saco la nota de su interior. «Aquellos a los que quieres estan sufriendo. Y tu tambien sufriras.»
A Philip se le helo la sangre.
– ?Que dice la nota? -pregunto Andrew.
Con la cabeza dandole vueltas, le paso la nota.
– Es la misma escritura de las otras dos notas.
– ?La reconoces? -pregunto Andrew.
– No.
– Lo cual significa que se trata de alguien a quien no conoces -dijo Edward.
– Quiza -dijo Philip-. O puede que se trate de alguien a quien conozco, pero que ha cambiado la letra para que no pueda reconocerle. -«Aquellos a quienes quieres estan sufriendo», penso-. Primero Edward, ahora Andrew, por todos los demonios… ?a quien estara planeando hacer dano ahora? -En el momento en que estas palabras cruzaban sus labios, Philip se quedo helado-. Maldicion. ?Planea hacer dano, digo? ?Habra hecho dano ya a alguien a quien amo? Tengo que hablar inmediatamente con Catherine, con mi padre y con Meredith.
Sono la campanilla de la puerta de entrada. Los tres intercambiaron una rapida mirada y salieron de la habitacion con Philip a la cabeza. Pasando rapido por el vestibulo, Philip se lanzo hacia la puerta. Catherine estaba en el porche. Al ver su cara palida sintio que algo andaba mal.
En el momento en que ella cruzo el umbral, Philip la agarro por los hombros.
– ?Estas bien, Catherine?
– Si. -Pero su labio inferior temblaba y aparecio un brillo en sus ojos que dejaba claro que mentia.
– Pero ha pasado algo -dijo Philip, con las entranas encogidas de preocupacion.
– Eso me temo. ?No te ha enviado nuestro padre una nota esta manana?
– No. -Philip miro a Bakari interrogativamente y su amigo nego con la cabeza.
– Sin duda habra pensado que ya te habias ido al almacen. Yo he preferido pasar por aqui de camino a su casa esperando que no te hubieras marchado todavia. Nuestro padre fue atacado anoche cuando volvia a su casa desde el club.
Las manos de Philip se apretaron sobre los hombros de su hermana y lucho para controlar la rabia que aumentaba en el. «El muy mal nacido», penso.
– ?Son graves las heridas?
– Tiene un brazo roto. El doctor le ha colocado el hueso en el sitio, pero es muy doloroso. Tambien tiene un gran chichon en la parte de detras de la cabeza. En la nota que me envio me decia que acababa de salir del White cuando alguien le ataco por la espalda. Recuerda que le golpearon en la parte posterior de la cabeza, y luego nada mas, hasta que volvio a despertar, en un sillon del White, donde era atendido por el doctor. Un caballero que salia del club se encontro con papa tirado en la calle. -Ella arrugo la barbilla y parpadeo-. Con su fragil salud, ha sido una suerte que sobreviviera.
La mirada de Philip se poso en Andrew, cuyos labios estaban apretados formando una delgada linea. Edward y Bakari tambien les miraban preocupados.
– Me temo que hay algo mas -dijo Catherine llamando de nuevo su atencion-. Anoche entro un intruso en mi dormitorio.
Philip se quedo helado hasta los tuetanos, y por un momento no pudo decir nada mientras una colera feroz fluia por sus venas. Antes de que pudiera volver a hablar, su hermana continuo:
– Me desperte al oir un ruido en el balcon. Primero pense que debia de ser el viento, pero entonces vi una sombra negra entrando en el dormitorio por la puerta del balcon.
– ?Y tu que hiciste? -pregunto Philip sintiendose golpeado por el ultraje que alguien, fuera quien fuese la persona que queria hacerle dano, estaba consiguiendo infligirle. «Si me quieres a mi, ven a buscarme, maldito mal nacido», penso.
– Salte de la cama, agarre el atizador del fuego y le golpee con todas mis fuerzas. Pero como estaba muy oscuro no se donde le di, aunque creo que debi de golpearle en la parte superior del brazo. Cuando volvi a levantar el atizador para golpear de nuevo, el salio corriendo. Salto del balcon al jardin y desaparecio en un abrir y cerrar de ojos. -Ella coloco una mano sobre el pecho de Philip-. Deja de mirarme tan preocupado. No llego a hacerme nada, te lo aseguro.
A pesar de la tension que le encogia el estomago, la sombra de una sonrisa aparecio en sus labios.
– ?Asi que le atizaste con el atizador? Buena chica, diablillo. Siempre has sido un fierabras.
Catherine dejo escapar una risotada.
– En aquel momento quiza, pero al cabo de unos instantes estaba temblando y, me da un poco de pena decirlo, bastante llorosa. No podia dejar de pensar en lo que podria haber pasado si no me hubiera despertado en aquel instante.
Ella se estremecio y Philip la abrazo con carino besandole la frente.
– Siempre has sido la muchacha mas valiente que he conocido. Y ya sabes que hasta los guerreros mas valientes lloran despues de haber ganado la batalla.
– ?Esta usted segura de que no le han hecho dano, lady Bickley? -pregunto Andrew con voz suave.
Catherine se volvio hacia el.
– Si, yo… -Separandose del abrazo de Philip, se acerco hacia Andrew con la mirada llena de sorpresa y preocupacion-. Por Dios, senor Stanton, me parece que esa pregunta se la tendria que haber hecho yo a usted.
– Tambien atacaron a Andrew anoche -comento Philip.
En pocas palabras le conto lo que habia sucedido y las notas amenazadoras que habia recibido. Justo cuando estaba acabando su relato, volvio a sonar el timbre de la puerta. Bakari fue a abrir, y al momento volvio con una nota para Philip, quien despues de romper el sello leyo las pocas lineas que contenia y se sintio mucho mas aliviado.
– Es de Meredith; dice que piensa pasar a visitarme esta manana, dentro de una hora -explico sacando el reloj del bolsillo y consultando la hora-. Dice que Goddard la acompanara hasta aqui, de modo que estara a salvo y bien acompanada, gracias a Dios. -Volviendose hacia Edward, Andrew y Bakari, dijo-: Voy a acompanar a Catherine a casa de nuestro padre, para ver como se encuentra. Vosotros tres podeis ir al almacen y continuar con la busqueda en las cajas que quedan alli, y que de paso asi protegereis. Yo me reunire con vosotros mas tarde, despues de hablar con Meredith. Cuando hayamos acabado con las cajas que quedan en el almacen, iremos juntos al muelle a esperar la llegada del
– ?El
– Si. He recibido un mensaje esta manana que dice que llegara a puerto esta tarde.
Mientras todos se ponian aprisa los abrigos, Philip dijo:
– Andrew, vosotros podeis utilizar mi carruaje.
– ?Y tu como vas a venir? -pregunto Andrew.
– Yo ire con el coche de Catherine hasta casa de mi padre y desde alli tomare un coche de alquiler. -Agarro su baston del estante de porcelana del vestibulo y salio hacia la calle-. Tened cuidado, nos veremos pronto -les dijo a sus amigos, y a continuacion salio con Catherine hasta el coche, que los esperaba en la puerta.
Como la casa de su padre estaba a poca distancia, el camino lo recorrieron en apenas cinco minutos. Durante ese tiempo, Philip no dejaba de sostener la mano de Catherine entre las suyas, a la vez que daba gracias a Dios por que no la hubiesen herido. O algo peor.
Cuando llegaron a casa de su padre, Catherine fue inmediatamente acompanada por el ayuda de camara hasta el dormitorio, mientras Philip se detenia un momento a hablar con el mayordomo,