– Ha sido un empate -repuso Robert riendo. Se puso en pie y se quedo junto al sofa, con la mirada clavada en Allie. Y aunque los separaba la mitad de la habitacion, Allie sintio como si la acariciara.

Caroline se incorporo y Allie se obligo a apartar la mirada de los absorbentes ojos de Robert. Caroline tomo a cada nino en una mano y dedico, alternativamente, de su hermano a Allie una sonrisa inocente que no disimulaba sus especulaciones.

– Si me disculpais -dijo Caroline-. Me llevare a estos expertos jinetes para que me ayuden a convencer a la cocinera de que les de unas galletas como recompensa por sus esfuerzos. -Miro hacia la ventana, tras la cual seguia cayendo la lluvia-. Luego propongo que visitemos el invernadero y cortemos unas flores para llevarselas a Lily y a su mama.

– Flores para mama -asintio James, tirandole de la mano.

Allie dio las gracias a Caroline con un movimiento de cabeza, y esta condujo a los animados ninos fuera de la sala. Sus voces se fueron haciendo mas debiles hasta que reino el silencio.

Robert se quedo donde estaba, observando a Allie durante unos minutos. El corazon se le acelero por el simple hecho de estar en la misma habitacion. Lo unico que deseaba era cubrir la distancia y tomarla entre sus brazos, pero vio algo en los ojos de Allie, en su postura tensa e inmovil, que le inquieto. Como si estuviera ante un conejo que fuera a escaparse corriendo, se le acerco lentamente. Allie permanecio en su lugar, observandolo mientras se aproximaba. Robert se detuvo frente a ella, luego extendio el brazo mas alla, cerro la puerta y dio la vuelta a la llave, y el ligero sonido resono en toda la habitacion.

Esa seria mujer no era la misma criatura desvergonzada y risuena que habia tenido en sus brazos la noche anterior. Queria que aquella mujer regresara.

?Tendria remordimientos? Esperaba que no, porque el no los tenia en absoluto. La noche anterior habia sido… perfecta. La primera de las muchas noches perfectas que seguirian. Pero a juzgar por su expresion, resultaba obvio que tendria que convencerla de eso.

Alargo la mano para tocarla, pero ella se aparto al instante, poniendose fuera de su alcance.

– Necesito hablar contigo -dijo en un tono inexpresivo que redoblo la inquietud de Robert.

Allie se hallaba con la espalda a poco mas de un palmo de la pared, y Robert considero la posibilidad de aproximarse, cercandola, pero decidio dejarle el espacio que obviamente queria. Aunque no podia negar que se sentia herido por su frialdad.

– Te escucho -repuso, preparandose para oir una avalancha de recriminaciones y lamentos «del dia despues».

– Me mentiste.

Robert parpadeo.

– ?Disculpa?

– Me mentiste acerca de madame Renee. Acabo de enterarme de que su tienda es la mas cara de Londres y que cobra precios exorbitantes. Y de que los clientes deben esperar meses antes de recibir sus encargos.

Diablos. Sin duda tenia que agradecerselo a su hermana. Aun asi, parte de la tension de sus hombros se evaporo al ver que no se trataba de la noche anterior.

– Allie, yo solo…

– Mentiste. -Dos banderas rojas gemelas se alzaron en sus mejillas y la voz le temblo de rabia-. Y te agradecere que no pretendas negarlo. -Se cuadro de hombros-. Prepararas una lista completa de todo lo que has gastado subvencionando mis compras para que pueda pagarte.

Robert sintio una creciente irritacion.

– No hare nada parecido.

– Entonces me vere obligada a preguntarselo directamente a madame Renee.

– No te lo dira.

– Entonces le pedire a Caroline que haga un calculo aproximado de lo que te debo.

La confusion reemplazo a la irritacion.

– No me debes nada. El ladron destrozo tus vestidos. Simplemente te di los medios para reemplazarlos de una manera rapida.

– Mintiendome. -Casi se podian ver las chispas que saltaban de Allie-. ?Sabes que se siente cuando te mienten, Robert? -Antes de que Robert pudiera responder, Allie prosiguio-: Yo si que lo se. Es horrible. Y me niego a que se aprovechen de mi de esa manera nunca mas.

– Allie… -Alargo la mano hacia ella, pero Allie se aparto de nuevo. Robert se paso los dedos por el cabello, cada vez mas frustrado. Maldicion, esta ver si que habia metido la pata-. Solo intentaba ayudarte. Es evidente que no lo he hecho bien, que te ha molestado, y por eso te pido disculpas. Pero creo que estas exagerando por unos simples vestidos.

Allie apreto los labios formando una linea fina y furiosa.

– No hay nada de simple. Yo no te pedi ayuda. Ni queria ni necesitaba tu ayuda. He sobrevivido por mi misma durante los ultimos tres anos, y pienso continuar haciendolo sin estar en deuda con nadie.

Sus palabras fueron como una bofetada.

– No me debes nada. Habria hecho lo mismo por cualquiera que me importase, sin esperar nada a cambio. No queria que lo supieras solo porque note que tu orgullo no te permitiria aceptar nada de mi, o de nadie mas. Y aunque puedo entender, e incluso admirar, ese sentimiento, en este caso estoy totalmente en desacuerdo.

– Tu elegiste por mi, una eleccion que yo no habria hecho si hubiera estado en posesion de toda la informacion. Y no la tenia porque tu me mentiste. ?Y que pasa con el otro vestido? El que acaba de llegar, enviado por madame Renee. ?Como arreglaste eso?

– Le escribi despues de que visitaras la tienda.

– Ya veo. Asi que obviamente ese vestido es algo que tu decidiste que tambien necesitaba.

Robert estudio el rostro de Allie durante varios segundos antes de responder.

– Creo que es hora de que dejes de llevar luto.

– Esa no es una decision que debas tomar tu.

No. Pero deseaba que lo fuera. Al infierno con no tocarla. Extendio el brazo y la agarro firmemente por los hombros. Allie se tenso, pero no se movio.

– Allie. Solo queria que tuvieras algo bonito que ponerte. Queria verte con algo que no fuera negro.

– No me puedo permitir un vestido asi. -Robert fruncio la frente.

– Es un regalo.

– No lo quiero. No puedo aceptar y no aceptare otro regalo de un hombre que me ha mentido.

Robert noto que algo se quebraba en su interior y la solto bruscamente, apartandose varios pasos.

– Maldita sea, yo no soy el. No soy David.

– ?De verdad?

Robert cubrio la distancia que los separaba de una rapida zancada. Allie se echo hacia atras, apretando la espalda contra la pared, y Robert estiro los brazos y puso las manos contra las placas de madera, una a cada lado de la cabeza de Allie, encerrandola.

– ?Tienes la menor idea de como me hace sentir esa comparacion? -Como Allie se limito a mirarlo con los ojos muy abiertos, Robert se acerco mas, sin siquiera intentar ocultar la furia y el dolor que mostraban sus ojos-. Permiteme que te informe. Es mas que insultante. Es extremadamente doloroso. Admito que tengo mis fallos, pero estafar, robar y hacer chantaje no se encuentran entre ellos. ?Dices que no toleras que te mientan? Muy bien. Eso es comprensible. Pero debes entender que yo no tolero que me compares con tu difunto marido. No tengo la costumbre de faltar a la verdad, pero con relacion a madame Renee, si, te menti. Solo puedo decir que mis intenciones eran buenas, ofrecerte mis disculpas y prometer no volver a mentirte.

Allie lo miro fijamente y trago saliva. Estaba enfadado. Y dolido. Esas emociones radiaban de sus ojos y de su cuerpo. Y ambos estaban demasiado cerca. Intento aferrarse a su propia furia, pero esta empezo a filtrarse, como la arena en un reloj, para ser reemplazada por un sentimiento de culpa por haberlo herido. Apreto los punos. No queria sentir eso… ese reblandecimiento de su indignacion. El le habia mentido. Ella tenia razon; el no.

Pero capto la ironia de que, mientras ella lo comparaba con David. Robert se estuviera comportando de una forma impropia de David. No podia recordar a David admitiendo nunca que tuviera fallos. O disculpandose. Y por supuesto no podia ni imaginarselo admitiendo abiertamente que hubiese mentido.

Una grieta de verguenza se abrio en su coraza. No le gustaba lo que Robert habia hecho, pero su pecado bien intencionado no podia compararse con los de David. Y aunque, al no poder hacer caso omiso de las sombras que

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