pezones aun mojados y erectos. Robert la penetro con un dedo y luego con dos, y apreto los dientes cuando el sedoso calor los rodeo. El aroma de su pasion, mezclado con la delicada fragancia de madreselva inundo los sentidos de Robert, y su ereccion temblo dentro de su encierro bajo los pantalones.

Robert queria esperar, queria prolongar el placer de ambos, tocarla, saborearla, pero al igual que la noche anterior, perdio el dominio de su cuerpo. Necesitaba estar dentro de ella. Inmediatamente.

Saco los dedos y, de ser capaz, hubiera sonreido ante el grito de protesta de la joven. Se coloco sobre ella y penetro su tenso y humedo calor de una sola embestida. Cualquier intencion que hubiera tenido de ir despacio se evaporo en cuanto ella le deslizo las manos por la espalda hasta las nalgas, urgiendolo a hundirse mas en su cuerpo. Apoyandose en los antebrazos, la penetro con embestidas rapidas y potentes. Allie tenia la cabeza echada hacia atras, mostrando la delicada curva del cuello, los ojos cerrados y los labios entreabiertos, y jadeaba al mismo ritmo que el.

– Ohhh -susurro Allie, y Robert contemplo como el orgasmo le tensaba el cuerpo mientras sus paredes internas le aferraban el miembro, lanzandolo al abismo junto a ella. Con un grunido animal, Robert echo la cabeza hacia atras y lanzo una ultima embestida, con la que derramo su simiente en lo profundo del cuerpo de Allie. Palpito en su interior durante un instante eterno e inconsciente, y luego se derrumbo sobre ella, ocultando el rostro en la fragante curva del cuello y apretando los labios contra su tembloroso pulso.

Tardo unos minutos en recuperar la cordura y la fuerza suficientes para alzar la cabeza. Sus miradas se encontraron y el corazon de Robert casi se detuvo al ver el brillo calido y satisfecho en los ojos de Allie.

Habia una docena de cosas que deseaba decirle, pero dudaba, en parte porque no estaba seguro de que ella estuviera preparada para oirlas, pero tambien porque aun no era capaz de hablar. Asi que dijo la unica palabra que consiguio formar con los labios.

– Allie.

Ella parpadeo un par de veces. Luego una lenta sonrisa se dibujo en su rostro, y Robert penso en el sol saliendo de entre las nubes. Ahi estaba la chica del dibujo. Allie murmuro otra palabra como respuesta.

– Robert.

Este sintio que le devolvia la sonrisa, incapaz de ocultar su felicidad. Ella era suya. Y nada ni nadie los podria separar.

En su alcoba, Allie estaba acabando de reparar los desperfectos que su sensual interludio con Robert habia ocasionado en su aspecto cuando llamaron a la puerta.

– Adelante.

Entro una doncella de edad mediana con una gran sonrisa y una jarra de agua.

– Con su permiso, senora Brown. Me llamo Mary. Solo venia a traer agua fresca y a ordenar la habitacion. Pero puedo volver mas tarde.

– Hola, Mary. Pase, por favor. -Estaba a punto de anadir que se disponia a salir del dormitorio cuando algo la detuvo. Con sus brillantes mejillas y su amplia sonrisa, penso que Mary seria simpatica. Quizas el tipo de mujer simpatica que podia responder a algunas preguntas…

Su conciencia la rino severamente. «No hace ni una hora que estabas furiosa con Robert por su falta de honestidad. Intentar sonsacar informacion a esta mujer no es que sea muy honesto.»

Acallo su conciencia convenciendose de que existia una diferencia entre la falta de honestidad y la curiosidad por el hombre al que habia tomado como amante. Y ella solo sentia… curiosidad. Ademas, era posible que la criada no supiera nada.

Se puso a hablar con Mary del mal tiempo y del bebe, mientras la mujer recorria el dormitorio esgrimiendo el plumero con una energica eficiencia. Luego Allie dirigio la conversacion hacia Elizabeth y el duque.

– Gente buena. No unos estirados corno suelen ser los de la nobleza -confio Mary, meneando la cofia mientras sacudia las almohadas-. Claro que toda la familia es de lo mejor. Llevo aqui, en Bradford Hall, veinte anos, ?sabe?

– Asi que debe de conocer al duque v a sus hermanos desde ninos.

– Claro. Todos listos como el hambre. -Solto una risita-. Pero el mas joven, lord Robert, ese si que era una buena pieza. Siempre haciendo alguna travesura. Aunque seria dificil encontrar un nino mas encantador.

El corazon de Allie latio mas deprisa al ver la oportunidad que, sin saberlo, le brindaba Mary para conducir la conversacion hacia donde ella queria.

– Si, es encantador -dijo. Bajo el tono y anadio con voz insegura-: Pero, que pena… lo que ocurrio…

Mary la miro confusa durante unos instantes, luego su mirada se aclaro.

– ?Asi que sabe lo del incendio? -Chasqueo la lengua y fruncio el ceno-. No puedo creer que la gente aun hable de eso, hace ya mucho tiempo que paso.

«?Un incendio?»

– Una tragedia terrible- murmuro Allie.

Mary lanzo un resoplido de contrariedad.

– No me importa lo que nadie diga. Si me lo preguntan, para mi fue una insensatez de juventud que salio mal. Ese chico es incapaz de hacer dano a nadie a proposito, nunca. Y pago todas las indemnizaciones, como prometio. Claro que casi nadie lo menciona ya, despues de cuatro anos. Y la familia no habla de ello para nada.

– Se entiende perfectamente -consiguio decir Allie, mientras la cabeza le daba vueltas a causa de las inconscientes revelaciones de Mary.

?Era Robert culpable de algun tipo de acto criminal?

– El cuarto ya esta listo, senora Brown. La dejo.

– Muchas gracias, Mary.

La sirvienta salio de la habitacion y Allie se masajeo las sienes, donde rapidamente se le estaba formando una jaqueca. Por suerte, se hallaba junto al sillon cercano a la chimenea y solo tuvo que dar un par de pasos para hundirse entre sus cojines. Sin duda no deberia sentirse como si alguien le hubiera cortado las piernas por las rodillas. Pero asi era.

Mary habia mencionado un incendio. E indemnizaciones. ?Cuales serian los detalles de tal incidente? ?Y de que manera estaba involucrado Robert? Porque era evidente que habia tenido algo que ver. Algo le vino a la memoria: la extrana reaccion de Robert en The Blue Iris cuando, durante el te, lady Gaddlestone habia mencionado un incendio. ?Que habria hecho? Sintio un estremecimiento de temor y se rodeo con los brazos para protegerse de un subito frio. Era evidente que habia mas cosas en la vida del hombre al que habia hecho su amante de lo que se habia esperado. ?Deberia seguir el consejo de Elizabeth y preguntarselo directamente? ?Realmente queria saber las respuestas? Y si se lo preguntaba, ?le diria la verdad? ?O, como David, le mentiria o evitaria sus preguntas?

«No pierdas los nervios, Allie. Ni que fueras a casarte con el.»

?Le importaba realmente el pasado de Robert? Tan solo era su amante. Nada mas. No era necesario que conociera todas las facetas de su vida.

Respiro hondo para calmar los nervios. Mientras mantuviera al margen su corazon, el pasado y los secretos de Robert no importaban. Solo le iba a permitir que tuviera su cuerpo, nada mas.

Geoffrey Hadmore se hallaba sentado en su habitual sillon de cuero en White's. Acababa de llevarse la copa de conac a los labios cuando una conmocion cerca de la ventanilla de las apuestas le llamo la atencion.

– El anuncio oficial llego de Bradford Hall esta manana- informaba lord Astley-. La duquesa trajo al mundo ayer a una nina. -Una sonrisa satisfecha se dibujo en su rostro-. Mucho dinero va a cambiar de manos gracias a eso.

Geoffrey saboreo su conac y no presto atencion a la muchedumbre que se reunia junto a la ventanilla de apuestas. Asi que la duquesa ya habia tenido su bebe. Excelente. La atencion de todos los residentes de Bradford Hall estaria centrada en la recien llegada, y eso permitiria a Redfern una mayor libertad para llevar a cabo su mision. Y tambien a el para cumplir la suya.

Una lenta sonrisa le curvo los labios. Llevar un regalo al nuevo miembro de la familia Bradford era una excusa excelente para presentarse en la mansion.

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