barco. Si, que le dieran la solida piel de un caballo bajo su trasero y no unas planchas de madera a merced de las impredecibles mareas y las olas, que ondeaban y rompian de un modo que hacia que se le revolviera el estomago.

La verdad era que podia haber conseguido pasaje para la barcaza de ganado que zarpaba a medianoche. Pero, demonios, no podia enfeenrarse a la idea de cruzar toda esa agua a oscuras. Lo mejor era pasar la noche alli, descansar y cruzar a la luz del dia, cuando pudiera ver que pasaba. Ver donde estaban las barandillas de la borda, para no caerse accidentalmente desde el maldito puente.

Ademas, durante anos la senora Brown habia estado en posesion de la nota que en ese momento estaba oculta en su chaleco. ?Que podian importar unas cuantas horas mas?

18

Exactamente treinta minutos despues de medianoche, Robert entro sigilosamente en el dormitorio de Allie y cerro la puerta con llave. Se hallaba junto a la chimenea, rodeada de un halo de luz dorada que la hacia parecer eterea. Excepto por los ojos. Estos se veian maliciosamente despiertos y cargados de deseo.

Robert sintio un nudo en la garganta. Le parecia que habia esperado una eternidad para encontrarla, que la habia buscado por todas partes. Y ahi estaba. Esperandolo. Por fin. Cuando sus miradas se encontraron, Robert atraveso la sala, sus pies descalzos se hundieron en la mullida alfombra. Iba cubierto solo por su bata azul marino, anudado a la cintura, y a cada paso la tela de seda rozaba dolorosamente su recalentada piel. Se detuvo ante ella, con el corazon saltandole dentro del pecho como si hubiera corrido diez kilometros.

– Quiero que sepas -le murmuro- que esta vez hare lo que pueda para ir despacio, pero teniendo en cuenta como me siento en este momento, sin siquiera haberte tocado, me temo que no existan muchas posibilidades.

Allie dio un paso hacia el, cubriendo el reducido espacio que Robert habia dejado entre ellos, luego le puso las manos abiertas sobre el pecho en el escote de su batin, lo que le causo a este una instantanea reaccion en la entrepierna. Robert le puso las manos en la cintura, y aspiro con fuerza cuando ella se inclino hacia delante y apreto los labios contra su piel.

– Creo – repuso Allie, mientras su aliento le acariciaba- que lo de ir despacio puede quedar para despues.

Sus labios reemplazaron a sus dedos, cosquilleandole los pezones con la lengua, haciendole estremecer. Bajo las manos por su abdomen hasta la cinta atada a su cintura. Robert la agarro por las munecas y dio un paso atras.

– «Despues» llegara en unos segundos si continuas haciendo eso le informo. Los ojos de Allie reflejaron decepcion mezclada con sabiduria femenina. La mirada de Robert se paseo lentamente sobre el cuerpo cubierto de pano dorado de la joven-. Sin duda es un vestido muy hermoso -murmuro.

– Si.

– Saquemoslo.

– Si.

Robert le solto las munecas y se coloco a su espalda. Con las manos sobre los hombros, se inclino y le beso la piel palida y vulnerable de la base del cuello. El aroma a madreselva le encendio los sentidos y el lamio aquel punto, absorbiendo el ligero estremecimiento que recorrio a Allie.

Se irguio y paso el dedo por la hilera de botoncitos del vestido que descendia desde la nuca hasta el centro de la espalda. Desabrocho el primero, dejando al descubierto un tentador rectangulo de piel, que procedio a besar antes de desabrochar el segundo boton.

– Di instrucciones especificas a madame Renee de que pusiera aqui estos botones -murmuro mientras desabrochaba el tercero y el cuarto- para poder hacer esto. -Desabrocho los restantes botones, separo lentamente la tela y le paso un unico dedo sobre la columna.

Allie resoplo.

– Supongo que deberia estar horrorizada ante tal arrogancia y presuncion.

– No era arrogancia-murmuro el contra su cuello-. Seguridad en mi mismo. Saber cuando algo es… correcto. E inevitable.

Le deslizo lentamente el vestido por los hombros y los brazos. La prenda resbalo por las caderas de Allie y cayo formando un charco dorado a sus pies. Robert le hizo dar la vuelta y la tomo de la mano, ayudandola a salir del circulo de tela. Luego recogio el vestido y lo dejo sobre el respaldo de un sillon, felicitandose por la impresionante contencion que habia mostrado hasta el momento.

Se volvio hacia Allie y trago saliva. Cubierta tan solo por la camisola transparente y las finas medias con ligas de encaje, le dejo sin aliento. Y sin gran parte de la contencion por la que se acababa de felicitar. Los pezones de tonos coralinos se apretaban contra la camisola, llamandolo como un canto de sirena.

Comenzo a ir hacia Allie, pero esta retrocedio. Robert alzo la vista hacia sus ojos y se quedo paralizado ante el travieso desafio que brillaba en ellos.

– Me estas mirando de una manera muy inquietante -dijo Allie con una voz rasposa que Robert solo hubiera podido describir como ahumada.

Robert avanzo unos cuantos pasos mas, colocandose de forma que la retirada de Allie la condujera directamente hacia la cama.

– Al contrario. No estoy inquieto en absoluto. Se exactamente lo que planeo hacer contigo.

– Oh, oh. ?Y te importaria informarme?

Su retirada se detuvo cuando toco el colchon con la parte posterior de las piernas. El avanzo sigiloso, como un gato salvaje disponiendose a saltar sobre su presa. Se detuvo justo ante ella, y absorbio el deseo y la picardia que brillaban en los ojos de Allie, el rapido pulso que vibraba en la base de su cuello y el delicado e inconfundible aroma de excitacion femenina que emanaba su piel.

– Mi querida Allie, estare encantado de informarte. Primero me propongo liberarte del resto de tu vestimenta. -Tendio la mano y le bajo la camisola lentamente por los brazos hasta que cayo a sus pies, ella se quedo con solo las medias y las ligas-. Eres exquisita -murmuro, contemplandola, fijandose en cada una de sus curvas, desde la cabeza a los pies. Luego se lleno las manos con sus firmes pechos, y noto como sus tensos pezones le presionaban la palma.

Allie dejo escapar un largo suspiro y punzadas de placer le recorriecon la piel. Cerro los ojos y se entrego totalmente a la sensacion de las manos de Robert sobre su cuerpo, excitandole los pezones y deslizandose hacia abajo para acariciarle las nalgas, mientras sus labios y su lengua se ocupaban de los pechos. Allie paso los dedos por el sedoso pelo del joven, alzando los pechos, urgiendolo a acoger mas de ellos en el cielo humedo de su boca. El deseo la recorrio, humedeciendola, haciendole crecer un calor anhelante y apremiante entre las piernas, que exigia la caricia de Robert. Se sintio impaciente. Queria mas, lo necesitaba, ya.

– ?Que pretendes hacer despues? -pregunto con una voz ronca que ni reconocio como suya.

Robert alzo el rostro de sus pechos, y el ardor que Allie vio en sus ojos la dejo sin aliento. Robert se irguio, le puso las manos en los hombros y presiono ligeramente hacia abajo. Allie ya tenia las piernas como de mantequilla y se sento de golpe sobre la cama. Entonces, Robert la hizo tumbarse, con las piernas colgando. Se insinuo entre sus piernas y se inclino sobre ella, apoyando las manos sobre el cubrecama a ambos lados de sus hombros.

– Lo siguiente -repuso, mientras su calido aliento rozaba el rostro de Allie-. Tengo intencion de descubrir si sabes a madreselva por todas partes.

Se inclino y le rozo el labio inferior con la punta de la lengua. Allie intento atraparle la boca en un beso, pero el aparto los labios y le beso el menton y el cuello. Allie le paso los dedos por el cabello, luego estiro los brazos por encima de la cabeza y se abandono completamente a la magia que las manos y la boca de Robert estaban conjurando sobre ella tan expertamente.

Para ser un hombre que se declaraba incapaz de ir despacio, su exploracion le resulto a Allie una agonia de prolongado placer. Los dedos y los labios de Robert se deslizaban por su piel en una devastadora combinacion de suaves caricias y calor humedo. Le succiono los pechos hasta que ella se removio bajo el, anhelando que la llenara y acabara con el despiadado fuego que habia encendido.

Pero el continuo su viaje con una lentitud que la llevo al borde de la desesperacion. La lengua de Robert

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