deseado con tanta intensidad y durante tanto tiempo…, pero habia conseguido olvidarlo. Desgraciadamente, muchos de los deseos y anhelos que habia conseguido enterrar estaban de nuevo expuestos a la luz, como heridas abiertas, todos los nervios vivos y sangrantes.

– Allie, me alegro de verte. Pasa, por favor.

La voz de Elizabeth la devolvio a la realidad, y recordo por que estaba buscando a su amiga. Intento sonreir, pero su esfuerzo fracaso mientras la sonrisa de Elizabeth tambien se trocaba en una mirada de preocupacion.

– ?Necesitas hablar conmigo?

Sin fiarse de su voz, Allie se limito a asentir con la cabeza.

Elizabeth se puso en pie, fue hacia la puerta y tiro del cordon que se hallaba en la esquina. Empapo un trozo de tela en el agua de una palangana que habia junto a la chimenea y regreso junto a James.

– Ahora viene la senora Weston, querido -dijo mientras le limpiaba las manchas de carbon de las manos.

En ese momento, una gruesa mujer de mediana edad y ojos sonrientes aparecio en la puerta. En cuanto James la vio, sonrio.

– ?Galletas! -exclamo.

Elizabeth sonrio.

– Si, la senora Weston te llevara a buscar galletas. -Le dio un rapido abrazo-. ?Me guardaras una?

James levanto tres dedos no muy limpios.

– ?Te guardare dos!

Fue corriendo hasta la institutriz, la tomo de la mano y ambos salieron, cerrando la puerta.

– No queria interrumpirte con James.

Elizabeth apoyo las manos en la zona lumbar y se estiro.

– No seas tonta. No interrumpes. Ya tenia ganas de levantarme de esa sillita, y ya has visto lo desconsolado que estaba James ante la idea de hacerse con unas galletas.

– ?Como te encuentras hoy?

– Muy bien. -La mirada de Elizabeth recorrio el rostro de Allie Es evidente que tu no puedes decir lo mismo.

– No, no puedo.

– ?Nos sentamos?

Allie nego moviendo la cabeza.

– Prefiero seguir de pie. -Entonces, antes de que el valor y la decision la abandonaran, anadio-: No puedo decirte cuanto he disfrutado estando aqui contigo, Elizabeth. Verte de nuevo, conocer a tu maravillosa familia… ha significado mas de lo que puedo expresar.

– Lo mismo digo.

Allie se obligo a mirar a los ojos a Elizabeth.

– Pero debo marcharme. Cuanto antes. Lo lamento… -Su voz se fue apagando porque la emocion le impedia hablar.

– Esto tiene que ver con Robert. -No era una pregunta sino una afirmacion.

Allie apreto los labios para que no le temblaran. Lo unico que pudo ofrecer fue un gesto de asentimiento. Luego, para su verguenza, una lagrima le resbalo por la mejilla.

De inmediato, Elizabeth se acerco a ella.

– Oh, Allie. -La rodeo con los brazos y la llevo hacia el sofa, instandola a que se sentara. Allie se rindio y se dejo caer sobre el asiento. He estado esperando a que me explicaras lo que ocurre -dijo Elizabeth con voz preocupada.

A pesar del temblor de la voz y de las lagrimas que le humedecian las mejillas, Allie le explico la ultima conversacion con Robert y como se habian separado. Elizabeth la escucho sin interrumpir, con una mirada de comprension y simpatia.

Allie finalizo su relato y se miro las manos, fuertemente cerradas sobre el regazo.

– Aunque me encantaria que fuera de otra manera, no puedo permanecer aqui por mas tiempo, Elizabeth.

– Porque lo amas.

Allie alzo la cabeza y miro a Elizabeth a los ojos. No podia mentirle.

– Si.

– Pero crees que te hara dano. Como te lo hizo David. -No habia reproche en su voz al decir eso.

– No… no lo se, pero no puedo descartar esa posibilidad. Se parecen en demasiadas cosas.

– Y se diferencias en muchas mas.

Allie movio la cabeza negando.

– No importa. No puedo arriesgarme de nuevo.

– El incendio ocurrio hace mucho tiempo.

– Lo se. Pero sucedio. Y Robert no me dijo nada al respecto.

– No te mintio cuando le preguntaste.

– ?Pero no me lo habria dicho si no se lo hubiera preguntado! ?No ves que ese es el problema? Y lo poco que me dijo fue a reganadientes. Y es evidente que hay mucho mas que no esta dispuesto a explicarme.

– No estoy diciendo esto para defenderlo, pero Robert nunca habla de ello. Nadie de la familia lo hace. Lo que te dijo era, con toda seguridad, mas de lo que le ha dicho a nadie.

– Quiza. Pero eso no cambia nada entre nosotros. -Dejo escapar un largo suspiro-. Elizabeth, intenta entenderlo. Imaginate que tu marido bebiera en exceso, jugara hasta dejar a la familia sumida en deudas y luego muriera. ?No te costaria muchisimo tener una relacion con otro hombre, especialmente con uno que bebiera en exceso?

Elizabeth fruncio el entrecejo, luego asintio lentamente.

– Si. Comprendo lo que dices. Pero se que Robert es un hombre bueno y decente.

– Y yo tambien lo creo. Pero no es el hombre para mi. Y aunque el piense lo contrario, yo no soy la mujer adecuada para el. Es mejor para ambos que me marche. No deseo herirnos a ninguno de los dos mas de lo que ya lo estamos.

– Que te marches le dolera.

– Que me quede le dolera mas. No le puedo dar lo que quiere. -El cansancio, tanto fisico como emocional, la envolvio y dejo caer los hombros-. Y ahora, si me excusas, creo que me retirare a descansar un rato. Me temo que estas ultimas noches no he dormido bien.

– ?Cuando tienes pensado partir hacia Londres?

– Me gustaria partir manana, si se puede arreglar -susurro Allie. Manana. Parecia una eternidad. Parecia un solo segundo.

– Me ocupare de que tengas un carruaje a tu disposicion. Pero rezare para que cambies de opinion.

– No cambiare. -Se inclino y beso a Elizabeth en la mejilla- Gracias por todo. Y en especial por el valioso regalo de tu amistad. -Se puso en pie y salio del cuarto, cerrando la puerta silenciosamente.

Elizabeth permanecio sentada, mirandose las manos. Manos que parecian normales en todos los aspectos, pero que tantas veces le habian permitido ver. Ver cosas que se suponia que no debia ver. Lo cual le planteaba el dilema moral de que hacer con la informacion.

Siguio sentada durante unos minutos, sopesando su decision. Luego se puso en pie y se dirigio rapidamente hacia su salon privado. Fue directa al escritorio, saco una hoja de papel del cajon y hundio la pluma en el tintero.

Y rezo por estar haciendo lo correcto.

Agotada despues de la conversacion con Elizabeth, Allie estaba a punto de entrar en su dormitorio cuando Caroline aparecio por el pasillo.

– Allie, eres justo la persona que buscaba.

La preocupacion evidente en los ojos de Caroline hizo que Allie preguntara:

– ?Algo no va bien?

– No, pero esperaba convencerte para dar un paseo por el jardir y hablar. El tiempo se ha aclarado y estoy ansiosa por salir despues de tantos dias en casa por culpa de la lluvia.

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