sencillos de la vida.

Incluso cuando se acabo el pan, Kat no quiso dejar a las aves. Mick tuvo que llamarla y tentarla hablando de filetes, papas asadas y otras delicias.

– Pero no podemos empezar a cenar sin las chicas, Mick.

– Creeme: llegaran a tiempo -de regreso en la cabana, Mick preparo la parrilla mientras Kat se daba una ducha. Cuando Kat reaparecio, se habia hecho una trenza y llevaba puesto un mono corto que se cerraba hasta la garganta con una cremallera. Mick le bajo con torpeza la cremallera hasta que quedo muy cerca de los senos de Kat, ella lo dejo hacerlo. Cuando Mick salio de la ducha solo con unos pantalones cortos, Kat clavo la mirada en la de el, haciendo que se riera.

– Sospecho que a pesar de tu aspecto recatado, pelirroja, hay en ti cierta impudicia.

– No -ella se sonrojo-. Me has interpretado mal.

– No. Durante casi una tarde entera, te has olvidado de estar alerta -la voz de Mick se suavizo-. Me gusta que te comportes con espontaneidad y tranquilamente conmigo. No luches contra tus propios impulsos.

Fue justo lo que el no debio haber dicho. Kat se puso tensa, como si se avergonzara de haber flirteado con el. Siguieron charlando, pero ella volvia a cada momento la cabeza hacia el bosque.

– ?Estas seguro de que no deberiamos ir a buscar a tus hijas?

– Ya llegaran -repitio el.

Cuando el sol se puso en el horizonte, el cielo paso del color oro al escarlata y luego a un violeta profundo. Para entonces las papas envueltas en papel de estano ya se asaban en la parrilla. Mick coloco la rejilla para poner a asar la carne.

Dos minutos antes de la hora a la que oficialmente cenaban, aparecieron las dos 'acompanantas' de Kat… con refuerzos. Un chico pecoso trataba de esconderse detras de Noel. Angie traia un compinche flacucho que sonreia despreocupadamente.

Kat se tranquilizo de inmediato.

– Por eso pusiste tanta carne a asar -murmuro.

– Las viejas costumbres son dificiles de desarraigar. Mis hijas no son timidas.

Tampoco lo era Kat… con las chicas. Los invitados de las jovenes se fueron despues de cenar, pero Mick y las tres mujeres permanecieron un rato junto al fuego. Para entonces la oscuridad era total y los carbones brillaban en la parrilla. Kat se coloco entre Noel y Angie y comio mas que todos juntos.

Mick se encargaba de repartir la comida. Una profunda satisfaccion y alborozo lo embargaba. Debido a su obsesion por el trabajo los ultimos dos anos, se habia perdido esos momentos con sus hijas, su capacidad para disfrutar juntos, esa convivencia familiar. Mick habia reconocido sus errores antes de hablar con Kat, pero fue su furioso sermon de aquella primera noche lo que le hizo actuar.

Kat ejercia tambien una gran influencia sobre sus hijas. Mick, conmovido, oia como las tres charlaban sin parar. June habia sido una madre tipica para sus hijas. Kat preguntaba y discutia. Tenia autoridad sobre ellas al ser mayor, pero tambien las respetaba como seres humanos interesantes. Mick ni siquiera sabia que Noel tenia sus propias opiniones respecto a los pobres, ni que Angie se preocupaba por el medio ambiente. Tampoco sabia un apice sobre maquillaje, pero estaba aprendiendo.

Por fin se acabo la comida y los bostezos hicieron mas apacible la conversacion. Eran mas de las diez. Mick comenzo a apagar el fuego.

– Noel y yo dormiremos en la playa en nuestros sacos de dormir, ?te parece bien? -Angie se levanto para echar los brazos al cuello de su padre y darle un beso de buenas noches-. Gracias, papa.

– Un momento, bribona. No recuerdo haber dicho que si.

– No importa, ya sabes que nos dejaras hacerlo. Ya conocemos todas las reglas: nada de meterse en el agua, acampar lejos y volver aqui corriendo en cuanto alguien aparezca por la playa -Angie concluyo con una amplia y encantadora sonrisa. Sabia como complacer a su padre.

Noel tambien le dio un beso de buenas noches. Entonces agito un dedo delante de su padre con gesto autoritario.

– No te preocupes por Angie, ya sabes que la cuidare. Ustedes portense bien, tu cuida a Kat y no se acuesten muy tarde.

Cuando las dos se perdieron de vista, Mick se rasco el cuello y le dirigio a Kat una mirada entre pesarosa e ironica.

– Dimelo sin rodeos; ?crees que he perdido por completo mi autoridad de padre?

Kat se echo a reir, pero en seguida se puso seria al darse cuenta de que estaban solos. En la oscuridad. Y sus jovenes companeras la habian abandonado.

– Creo que es porque has permitido que se hagan demasiado independientes.

– ?Demasiado independientes?

– Tu mismo lo dijiste, Mick. ?Como puede uno permitir que un hijo no se haga independiente? -inquirio Kat con suavidad-. ?Como puede desarrollar alguien su caracter si no se le concede libertad para cometer errores, para probarse a si mismo y saber lo que desea?

– Si, esa es la teoria -extendio una mano para tomar la de ella. La ayudo a levantarse y la mantuvo junto a el, pero solo un instante-. La realidad es un poco diferente. Siempre que veo a Noel con algun chico, me dan ganas de mandarla a algun internado de monjas.

– Esta probando sus poderes de seduccion -senalo Kat sonriendo-. Esta tratando de cautivar a toda la poblacion masculina. Cuando le interese un solo chico es cuando vas a tener que tomar tranquilizantes.

– ?Tu lo hacias?

– ?El que?

Kat estaba siendo victima otra vez de su hechizo. Se suponia que debia ser cautelosa cuando estaba con Mick. Se suponia que debia recordar que no era como otras mujeres y no debia propiciar ninguna relacion seria entre ellos.

– ?Probabas tus poderes de seduccion cuando tenias la edad de Noel?

– Si, era terrible -admitio ella en tono divertido. Quiza era por el susurro de la brisa y el olor del mar y los arboles, pero las puertas personales que tanto trabajo le costaba mantener cerradas para todos los demas, le resultaba imposible no abrirlas con Mick-. Salia con los chicos menos recomendables del colegio y rompia todas las reglas que mis padres me imponian. ?Mi pobre madre! Se muy bien que empezaron a salirle canas cuando yo estaba en el ultimo curso… y todo para nada.

Mick se volvio para mirarla extranado.

– ?Para nada?

Kat emitio una risilla nerviosa.

– Me gustaba que me miraran, pero no que me tocaran, en realidad. Nunca me perdia una fiesta ni una reunion, pero solo para dejarme ver. Me rellenaba mi sosten con algodon. ?Crees que iba a dejar que algun chico lo descubriera?

Hubo un momento de silencio, los ojos de Mick se clavaron en ella.

– ?Es verdad que hacias eso?

– ?El que?

– Llevar relleno en el sosten.

– Claro que lo hacia. Y puedes dejar de contener la risa, Larson. No hacia nada que no fuera normal entonces. Y creo que en todas las epocas; desde siempre las mujeres han tratado de acentuar sus atributos femeninos. Y no creo que las chicas de hoy en dia hayan cambiado mucho… ?no has notado que Noel esta un poco… cambiada de repente?

– ?Pretendes decirme que mi hija…?

– No podria estar por si misma tan desarrollada -Kat hizo que su interlocutor se riera.

Luego el le deslizo una mano por la espalda. Mick la llevaba hacia la playa. Cuando llegaron a una duna, Kat sintio la arena bajo sus pies y contemplo el mar, oscuro, infinito, imponente.

Kat adoraba el mar, pero no por la noche, no cuando estaba sola. Mick estaba entre ella y ese abismo oscuro e insondable. Ella penso que Mick siempre haria eso con la mujer que quisiera; ponerse entre ella y los oscuros abismos de la vida.

Se controlo de inmediato cuando comprendio donde la estaba llevando ese pensamiento.

– Te he contado como era de adolescente para ser sincera contigo, Mick. En realidad creo que soy la ultima

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