desprendio de la de el; su beso era ardiente, fervoroso, avido.

Mick froto un muslo entre los de Kat y ella le bajo lentamente la cremallera. Mick le solto el broche del sosten. Contemplo sus senos a la luz de la luna. Eran pequenos, perfectos. Los acaricio con la boca. Kat se arqueo para recibir esas suaves, lentas, humedas caricias.

– Si quieres que me detenga, dimelo ahora, carino -Mick supo que su voz era ronca, incluso aspera-. Amor mio, hazlo, porque si no…

Kat volvio a besarlo en los labios.

– ?Por todos los santos, Kat…!

La beso con vehemencia. La beso en los labios. La beso en la garganta. Le termino de abrir el mono, diciendose que quiza Kat habia perdido el control, pero el era mas fuerte. De ninguna manera le haria el amor por primera vez en una playa con la arena metiendose en los sitios mas incomodos y el oceano rugiendo en el fondo.

Cuidadosa, timida, tentativamente los dedos de Kat se deslizaron por los pantalones de el.

De repente a Mick no le importo un comino donde hacian el amor.

– Por favor, Mick…

Su susurro era suave, bajo, desesperado. Mick seguia controlandose, se lo habia prometido a si mismo.

– Por favor…

Ya no pudo contenerse mas. Kat estaba desnuda por completo cuando termino de besarla. Contemplo su piel aterciopelada, sus ojos llenos de pasion…

Mick se quito al instante sus pantalones. Por la forma en la que ella lo miro, supo que no solo lo deseaba, tambien lo necesitaba.

Se rodeo con los muslos de la joven. Ella podria haberse asustado entonces. Podria haber cambiado de idea. Pero, en lugar de ello, rodeo el cuello de el con los brazos y susurro:

– Date prisa, Mick. Nada sera tan perfecto como hacer el amor… contigo. Por favor…

Mick tenia que hacerla suya. Queria hacerla suya, estaba seguro de que se moriria si no lo hacia. Mick saboreo el amor como jamas habia sonado. Saboreo el encanto de una mujer que lo deseaba, como solo Kat lo habia deseado. Saboreo la necesidad, el deseo, la pasion que nunca habia conocido antes. Ella estaba preparada para recibirlo.

Y en el primer intento ella gimio. Pero se suponia que el gemido debia ser de placer, no de dolor.

Capitulo 6

Kat tenia los ojos cerrados, para contener las lagrimas que amenazaban con brotar. No era un dolor insoportable. Podia controlarlo, estaba segura. Despues de todo, se dijo, el dolor es solo… dolor.

Queria que Mick la hiciera suya. Momentos antes habia deseado que le hiciera el amor y ese deseo se apodero de su cuerpo, su mente y su alma. Eso no habia cambiado. Lo que pasaba era que el dolor que sentia tenia el poder de apagar hasta el deseo sexual mas intenso. Todos los musculos de su cuerpo se habian agarrotado. Le dolia en su parte mas intima. Por desgracia era un sitio demasiado sensible para tener que soportar el dolor.

Y luego ella ya no tuvo que aguantar mas. Oyo que Mick emitia un resuello profundo, se aparto de ella. Se volvio de espaldas, rodeo a la joven con un brazo y la estrecho contra su pecho, no con mucha delicadeza. El corazon de Mick latia aceleradamente. Kat trato de levantar la cabeza. Mick la estrecho con mas fuerza.

– Quiza sera mas facil si hacemos esto juntos. Aspira hondo, suelta el aire, poco a poco, profundamente. Deja la mente en blanco y… -le dio un beso con ternura en la frente-… y si quieres darme un bofeton hazlo.

– ?Por que?

– Por todos los santos, hacerlo en la arena… y al aire libre. Te abalanzaste sobre mi. Hasta cuando era adolescente y solo pensaba en chicas podia controlarme mas. Me vuelves loco, Kat… aunque eso no disculpa lo que hice…

– Por Dios, Mick, ha sido solo culpa mia…

– ?Por no decirme que te estaba haciendo dano? Pues si, tienes tu la culpa. ?Hasta cuando ibas a ocultarme que tenias problemas? -los labios de ella se movieron, pero no emitio ningun sonido. En realidad no hacia falta. La expresion de sus ojos lo decia todo-. No me lo ibas a decir, ?verdad? Ibas a dejar que siguiera adelante, ?no?

El labio inferior de Kat comenzo a temblar.

– No… esperaba que te detuvieras. No crei que pudieras hacerlo y no te lo habria pedido. No… entonces. Y pense que podria soportar el dolor sin que te dieras cuenta.

Mick no quiso oir mas.

– ?Con que clase de cretinos te has acostado, Kat? -le paso los dedos por el pelo-.Te lo dire por si no lo sabias: un hombre siempre puede controlarse. Claro, puede ser un poco frustrante o muy frustrante por un momento. Pero cuando en una pareja uno tiene un problema, el problema es de los dos. ?Entiendes? Siempre que algo no ande bien, debes decirlo. Para que sepa que me has entendido, dime 'si, Mick' -su tono no era autoritario.

– Si, Mick.

La mirada preocupada, posesiva, intensa de el recorrio la cara de su companera.

– Se que te he hecho dano, de modo que ahora no te vuelvas reservada conmigo. ?Estas bien? ?Te he desgarrado algo? ?Te sigue doliendo?

– Estoy bien -murmuro ella. Sintio que el rubor le cubria las mejillas-. Es probable que me sienta mejor que tu ahora.

– ?Si? -Mick entendio a lo que ella se referia-. Pero no te preocupes, despues de que nade un poco se me pasara. Ademas, ahora ya lo sabemos a ciencia cierta.

– ?Que es lo que sabemos?

– Que uno no se muere de frustracion -dijo el. Cuando Kat alargo el brazo para alcanzar su ropa, Mick se la arrebato, se incorporo y luego la tomo de las dos manos.

Kat no dijo nada cuando el le volvio a subir las bragas. No dijo nada cuando le empezo a poner el mono y luego le subio la cremallera. No la vestia como habria vestido a un nino, la vestia con la absoluta concentracion de un amante. Sus palmas se detuvieron en las caderas de ella. Luego subieron y los pulgares le rozaron los pezones que se endurecieron.

Mick le dijo de mil maneras que nada habia cambiado. La deseaba. Y ella a el. Un pequeno contratiempo no lo desanimaba, al contrario, acrecentaba los sentimientos que por ella abrigaba. La queria.

Tanto que ella de repente se estrecho contra el, profundamente conmovida.

– Mick -susurro, con lagrimas en los ojos-. No me estabas escuchando antes, pero ahora me tendras que escuchar. En realidad no fue culpa tuya. En absoluto. Fue culpa mia.

– Entiendo. Tienes la culpa de que no haya tenido ninguna delicadeza.

– Ese no es el problema -murmuro ella-. Soy frigida.

– Querida, no te oigo bien si hablas tan bajo y pegado a mi pecho.

Ella no pudo evitarlo. No podia mirarlo a la cara para hablar de un tema tan doloroso y mortificante.

– Soy frigida -repitio-. Al menos no se de que otra forma decirlo. Pero…

Kat oyo como el pecho de el se movia y retumbaba. Azorada, levanto la cabeza. Mick ni siquiera intento contener la risa y sus ojos brillaban con malicioso humor.

– Querida, creeme. Eres todo menos frigida. De eso estoy mas que convencido.

El lo tomaba a broma. Le parecia graciosa la idea de que ella se pudiera considerar frigida. Kat conducia hacia Calhoun. Casi todos los que la conocian pensaban que era anticuada, conservadora. Nunca salia con hombres y solo hablaba con aquellos con los que tema alguna relacion de trabajo. Sin embargo sabia que era afectuosa y calida con las personas a las que queria. Era desconcertante saber que Mick la podia considerar una mujer apasionada. Tanto que la idea de que pudiera considerarse frigida le hacia reir.

Miro por el espejo retrovisor. 'No se ha sacado esa impresion de la manga, Kathryn Bryant. Con ningun otro hombre te habias comportado como lo has hecho con el', se dijo para consolarse.

Lo sabia, y por ello habia procurado evitarlo los ultimos tres dias. Impaciente, metio tercera. El trafico en

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