Gracias a Dios no rechazaste mi invitacion, pelirroja -le dio un beso en la boca que la dejo sin respiracion, luego levanto la cabeza y sonrio de oreja a oreja-. Pero basta ya de ternezas; esta es una cena de trabajo y no tenemos tiempo para escarceos amorosos.

Su caballero andante bajo los escalones y la llevo, no a su elegante coche deportivo, sino a su camioneta, que estaba cubierta de polvo.

– ?Arriba! -exclamo sin abrirle la puerta y por fortuna ella subio con rapidez, porque estuvieron en la carretera antes que se pudiera abrochar el cinturon de seguridad.

Era evidente que Mick no tenia la intencion de seducirla esa noche. ?Por que entonces no se podia tranquilizar ella?

– ?Que es eso de una cena de trabajo, Mick?

– No es solo trabajo, solo un poco. Vamos a un bautizo. El bebe mide nueve metros; un yate de quilla pequena, mas para diversion que para participar en carreras. Lo puse en el agua esta tarde por primera vez, pero todavia no ha salido al mar. Su propietario esta en Maine; espera saber manana que tal ha funcionado en este recorrido de pruebas. Tu y yo lo averiguaremos, pero me temo que tendre que pasar antes por el taller.

– ?El taller? -repitio Kat-. ?Quieres decir donde haces los barcos?

– Espero que no te importe. Solo tardare unos segundos.

Tardo mas de una hora, durante la cual Kat se sintio abandonada e ignorada. Otra mujer se habria enfadado. Kat estaba encantada. Ya se habia olvidado de su idea de la tensa y traumatica noche que habia previsto. Claro, tarde o temprano tendria que hablar con el, pero no era culpa de Mick que estuviera ocupado en ese momento. Tampoco era culpa de ella que sintiera una insaciable curiosidad. ?Que mejor manera de entender a un hombre que a traves de su trabajo?

Con las manos en los bolsillos del pantalon, Kat recorria el taller, curioseando.

El taller tenia tres edificios, todos enormes. En uno almacenaba madera. En el segundo, tres hombres y Mick rodeaban un enorme barco a medio construir; hablaban en una jerga incomprensible para Kat.

Luego deambulo por el tercer edificio, sola y feliz. Ese era el mundo de Mick. Arrugo la nariz al oler a acetona, disolventes y barniz, algo a lo que no estaba acostumbrada. Habia dos ventiladores gigantescos en el centro del taller. Kat reconocio algunas herramientas. Otras le eran desconocidas.

Donde quiera que miraba, Kat veia organizacion, orden y control. En los tres edificios casi podia palpar el amor que ese hombre sentia por su trabajo.

Mick la encontro explorando el patio.

– Se suponia que no iba a tardar tanto -se disculpo el. Fue hacia Kat con un ceno fruncido y una mancha de polvo en la barbilla-. Vamonos de aqui.

– ?Estas seguro de que ya has terminado? No tienes que preocuparte por mi; estoy muy a gusto.

– Por supuesto que nos iremos; si nos escabullimos antes que Josh me encuentre y me diga que hay otro problema. Cuando demos la vuelta a la esquina del taller, corre como alma que lleva el diablo y no mires atras aunque alguien grite 'fuego'.

Kat se rio divertida.

– ?Cual de ellos es Josh?

– El de la barba que pone ojos de cordero degollado cuando te mira de arriba abajo -Mick la ayudo a subir a la camioneta-. Igual que los otros muchachos -una vez instalado al lado de su invitada, tuvo que levantarse para sacar la llave del vehiculo de su bolsillo. Al hacerlo el pantalon se estrecho sobre su varonil cuerpo. La sonrisa que le dirigio a Kat fue igualmente varonil.

– Menos mal que saliste del taller a tiempo, si no los muchachos te habrian empezado a explicar como se hace un barco… cualquier cosa con tal de llamar tu atencion.

– Todo me llamaba la atencion. ?Cuantos barcos construyes al ano? ?Que tipo de barcos son? ?Y todos los haces en esos edificios?

– Calma, pelirroja… no me preguntes tantas cosas a la vez.

Mick no condujo hacia la bahia de Charleston, sino al rio Ashley. Fue por la Avenida Principal como si supiera que Kat adoraba las antiguas mansiones elegantes. Asi era, pero la atencion de Kat no se apartaba ni un momento de su acompanante.

Corria una brisa calida que acaricio el pelo de Mick. El sol entraba por la ventana y acentuaba los rasgos de su cara, firmes y varoniles, aunque su voz parecia tan timida y emocionada como la de un muchacho. Fue la timidez lo que conmovio a Kat. ?Hacia cuanto que el no compartia con alguien el amor que sentia por su trabajo?

Construia yates, corbetas, barcos de pesca, cruceros.

– Construir barcos es lo que quise hacer desde que era pequeno y nunca me importo que tipo de barcos -los yates de recreo, que eran su especialidad, tardaban en construirse todo un ano. Los clientes lo asediaban-. Se corre la voz por razones evidentes. No hay muchos ingenieros que usen solo madera.

Nunca creyo que su empresa se expandiera tanto, pero cuando June murio duplico su volumen de trabajo.

– Pense que podria hacerlo, hasta que me di cuenta de lo que estaba sucediendo con mis hijas. De modo que hace como cuatro meses contrate a Josh, que es de Boston, y a Walker, de Savannah. Un par de aprendices forman el resto del equipo -le dirigio una mirada de soslayo a Kat-. A cada rato todos amenazan con irse. Dicen que soy un perfeccionista obsesivo imposible de complacer.

– Te conocen muy bien, ?verdad?

– ?Hey! ?De parte de quien estas?

De el, penso Kat. Un mes antes, sus hijas lo habian descrito como un tipo austero y estirado. En ese momento la alegria de vivir se reflejaba en su cara. 'No debes enamorarte de el', se dijo Kat con firmeza. Pero esa voz interior se iba debilitando.

– ?Y tus clientes que opinan de que seas un perfeccionista?

– Mis clientes tienen suficiente dinero para pagar mi trabajo, que por logica es muy caro.

Hubo un breve momento de silencio.

– Tengo barcos en el agua desde Maine hasta Florida.

– ?Solo trabajas con madera? -quiso saber Kat.

– Si.

– ?Cual es la mejor madera para barcos?

Mick se rio, complacido.

– Esa es una pregunta que casi no tiene respuesta. Los antiguos romanos te habrian dicho que el abeto; los vikingos preferian el roble; los antiguos egipcios el cedro. Los chinos siempre han sentido predileccion por un pino llamado sha-mu.

– ?Nadie esta de acuerdo sobre cual es la mejor?

– Cualquier ingeniero sensato te diria que las maderas duras tropicales. Pero todavia hay puristas que insisten en usar solo teca, roble y caoba.

– ?Tu de que los construyes?

– De teca, roble y caoba.

Cuando llegaron a los muelles, el sol se reflejaba en el agua y le daba una brillantez inusitada a las velas y los cascos de los barcos. Kat no sabia nada sobre corbetas, pero de inmediato supo cual era la de Mick; le basto con ver la belleza incomparable de su pintura blanca, el brillo de su cubierta barnizada, sus lineas elegantes.

Fueron andando por el muelle hasta el sitio donde estaba anclado el recien construido barco. Mick se puso enfrente de el, con las manos en la cintura y una sonrisa de satisfaccion en los labios.

Kat lo maldijo en silencio. Se habia prometido que se mantendria a una distancia prudente de el, pero Mick no le estaba facilitando las cosas. Deslizo un brazo alrededor de la cintura de el y lo estrecho con fuerza.

– ?Quieres a ese barco?

Mick le devolvio el abrazo.

– Si.

– Entonces quedatelo, Mick. ?No puedes?

– Claro que podria. Podria devolverle al tipo que me lo encargo su dinero o hacerle otro. El problema es que me enamoro de cada barco que hago -deslizo una mano por la espalda de ella y le dio una palmadita en el trasero-. Bueno, por el momento vamos a averiguar si no se hunde cuando salga a alta mar. Vas a tener que trabajar para ganarte la cena. Tu primera tarea es soltar amarras.

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