sincera que tu, asi que sigamos hablando del asunto -coloco una almohada detras de sus cabezas-. Ya me has hablado de tu prometido, ?quien mas hubo antes? ?Quizas alguien de quien te enamoraste locamente? ?Alguien que te hizo sufrir? ?Algo peor?
– No, por supuesto.
– Me dijiste que eras bastante ardiente de jovencita.
Kat levanto los ojos al cielo e hizo una mueca.
– Tambien te dije que todo era una farsa. Un companero trato de arrinconarme en el pasillo del colegio y lo tumbe de un bofeton. Ese es el unico susto que me han dado en mi vida.
– Estamos hablando de sinceridad -habia una advertencia en la voz de Mick.
– No puedo hablar. No sobre estas cosas -ella levanto la cabeza-. ?No crees que deberiamos vestirnos? ?Quieres una cerveza? ?Que te parece si hablamos de barcos?
Mick alzo una ceja.
– No estaras intentando volverte a levantar de esta cama, ?verdad?
– Creo que seria sensato que hablaramos de pie.
– Creo que ciertas conversaciones solo pueden tener lugar si se esta acostado.
– No hago nada bien estando acostada. Es lo que he estado tratando de decirte. No hay nada mas que decir, aparte de que si yo fuera tu, me echaria por la borda. Piensalo, Mick. Es un buen consejo.
Mick la rodeo con los brazos para impedirle que se moviera.
– Kat, si tu tienes un problema, es evidente que tenemos un problema los dos.
– No. El problema es solo mio.
– Te equivocas. Tu no tienes un problema; lo tenemos los dos. Porque asi son las cosas cuando dos personas se quieren. ?O no lo sabias acaso? ?Es que no me quieres?
Kat trago saliva. No podia mentirle.
– Si, con toda mi alma.
– Y parece que tratas de darme a entender que no existe ningun trauma emocional que haya causado nuestro problema. Pero a menos que no haya interpretado bien como respondes a mis caricias, no falta el deseo en nuestra relacion. Para decirlo con toda delicadeza de que soy capaz… -se aclaro la garganta-… me has dado suficientes razones para creer que te excito.
– Por Dios, Mick, ?crees que habria llegado a esto si no fuera asi? Ya se que no es una excusa, pero cada vez que nos… -trago saliva-. ?Crees que no es engorroso que me excite sobremanera cada vez que tu…? -volvio a faltarle el aliento-. Por Dios, tengo treinta y tres anos y hace cinco que no tengo ninguna relacion sentimental con nadie. ?Crees que no se lo que es controlarse? Tan solo contigo… -extendio un brazo para tratar de expresar lo que no podia con palabras-. Ese es el problema, deje que las cosas siguieran su curso sin decirte nada; me parecia dificil aceptar que las cosas saldrian mal estando contigo.
– Ya veo -Mick le rozo la sien con los labios-. Creo que acabas de halagarme, aunque no estoy muy seguro - sonreia pero habia una expresion de seriedad en sus ojos cuando le volvio la cara para mirarla-. Yo tambien te deseo -dijo con suavidad-. De manera tan incontrolada, tan absoluta que me da miedo. Y como siento algo tan intenso, no me voy a dejar amedrentar por un simple problemilla.
Conmovida por la vehemencia de el, Kat dijo con voz constrenida:
– Pero esto no es un simple problemilla, es mucho mas serio…
– Bien, bien, a eso vamos -suspiro Mick, no sin humor-. Creo que ya le hemos dado demasiados rodeos al asunto. ?Alguna vez te han dado un sencillo curso de anatomia?
A Kat no parecio divertirle la actitud de el.
– Vamos, Mick. Hace anos que estudie todo eso de la reproduccion de las abejas y las flores.
– Me parece perfecto, pero ahora tengo en mente una leccion un poco mas avanzada. Pero te lo advierto, Kat, nada de eufemismos ni rodeos. Llamaremos pan al pan y vino al vino. ?De acuerdo?
– No.
– Claro que estas de acuerdo. Pense que querias ser sincera conmigo, ?no? -hizo una breve pausa-. Bien, tienes algo entre los muslos. ?Por casualidad conoces el nombre de ese 'algo'?
– ?Mick! -maldicion, la estaba haciendo reir.
– ?Es una pregunta demasiado atrevida? No sufras. Este profesor esta dispuesto a complacer a la clase -con el ceno arrugado como si estuviera muy concentrado, le trazo la forma del seno con el pulgar-. Ahora, esto. ?Como se llama, Kat?
No habia manera de controlar a ese descarado. Cuanto mas desvergonzada era la pregunta, mas implacable era la provocacion. Si ella se atrevia a ruborizarse, recibia una fuerte reprimenda por su mojigateria anticuada… y otra pregunta.
No era el uso de las palabras apropiadas lo que la abochornaba. Kat podia hablar de anatomia, pero habia ciertas cosas que no podia comentar con un hombre. ?Como podia hablar de lo que la excitaba, en que partes del cuerpo era mas sensible, que le sucedia fisicamente cuando tenia una relacion intima?
Mick sostenia que ningun tema era tabu entre amantes. Un cierto rubor estaba bien. Respuestas evasivas, no. Por desgracia el esperaba que su alumna supiera mas sobre su cuerpo de lo que ella sabia en realidad. Por Dios, una mujer tenia cosas mas importantes que hacer que analizar sus funciones corporales; ?como podia saber ella si el tiempo o la musica o ciertos perfumes influian en su respuesta sexual?
Era la conversacion mas incomoda y extrana que habia tenido en su vida.
Eso penso al principio. Pero luego comprendio con exactitud la razon por la que no pudo dejar de enamorarse de el. Lo que con nadie hubiera podido compartir, con Mick resultaba perfectamente natural. La parte vulnerable de su alma que con tanto cuidado habia resguardado estaba a salvo con el.
Mick Larson era un hombre tierno, comprensivo, respetuoso, inteligente. Cuando el hizo una pausa, Kat levanto los ojos y lo miro; su pelo rubio estaba ensortijado. Todavia estaba desnudo y su semblante tenia una expresion grave.
Ella alargo una mano para acariciarle la frente.
– ?Ha terminado ya el interrogatorio?
– No.
Pero Kat supo que por fin el ya no tenia mas preguntas que hacer. Por eso parecia tan pensativo. Mick habia pensado que sus preguntas le darian claves para resolver el problema.
– Tengo que decirte algo que no hemos comentado -dijo Kat con suavidad-. Algo… terriblemente personal, muy intimo.
Capto la atencion de su interlocutor, de lo cual se aprovecho.
– Eres el amante mas exquisito que he podido jamas imaginar -dijo en tono sensual e intimo-. No debes temer que me hayas fallado como amante, porque no es asi. Parece que conoces mas de la anatomia femenina que yo. No hay nada que hayas hecho que haya provocado mi reaccion anormal.
Le puso un dedo en los labios cuando el intento hablar.
– Cada vez que me tocas, me excitas. Me encanta lo que me haces, todo. El problema es mio y solo mio y tambien la solucion. Tengo que dejar de verte.
– Tonterias.
Pero ella cerro los ojos y suspiro profundamente.
– Es necesario.
La hirsuta cabeza blanca de Ed asomo por la puerta.
– Rithwald esta al telefono. Quiere saber cuando terminaras el presupuesto sobre la restauracion Bickford.
– En mil novecientos noventa y nueve.
– Ah -Ed se aclaro la garganta-. Creo que contaba con que lo tendrias dentro de una semana.
– Dile lo que quieras -Ed desaparecio.
Kat siguio leyendo la receta del Pastel Princesa que intentaba hacer. Echo un huevo, tres yemas y tres cuartas partes de una taza de azucar en la batidora. Georgia tarareaba una melodia muy triste. La batidora dio vueltas ruidosamente tres minutos. Cuando Kat la desenchufo, Georgia seguia tarareando.
– ?Quieres dejar eso?
– ?Dejar que?
– ?Dejar de canturrear esa malhadada cancion!