necesitaba ayuda…

– No pasa nada, carino -dijo el.

Mop se alejo, como reconociendo que no pasaba nada, que no habia peligro… aunque Fox era un peligro. Phoebe lo sabia. Abrio los ojos y vio que el la estaba mirando. No la tocaba, no la besaba, solo estaba mirandola.

Lo ultimo que recordaba era que estaban sentados, uno frente al otro. Ahora los dos estaban tumbados en la alfombra, cara a cara, los dos desnudos de cintura para arriba. Los pantalones de yoga se ataban a la cintura, pero las cintas se habian soltado y tenia la cinturilla por el ombligo… sin revelar nada mas que sus caderas… pero el parecia ver la promesa de su desnudez. La miraba, la saboreaba con los ojos. La deseaba.

Y ella tambien. Queria ser la que curase a Fox. La que lo hiciera sentir otra vez. La que le hiciera querer sentir otra vez.

Phoebe llevo las manos de Fox a sus pechos, animandolo para que la tocara. Con la otra mano, desabrocho el boton de sus vaqueros y bajo la cremallera. La habria bajado mucho mas rapido de haber sabido que el malvado no llevaba ropa interior. El «muelle» salto como un resorte, tan rapido que estuvo a punto de engancharse en los dientes de la cremallera, pero ella lo protegio envolviendolo en su mano. Estaba caliente y palpitaba.

– No…

– ?Ese es un «no» de esos,que quieren decir «si»? -sonrio Phoebe.

– No te rias de mi.

– ?Sabes una cosa, Fox? Si algun hombre ha necesitado reirse alguna vez, ese eres tu -como para probar que tenia razon, su «Charlie» solto una gotita-. Ah, si, esto te gusta -murmuro Phoebe y luego, de repente, se quedo parada.

En un segundo paso del calor tropical al frio del Polo. Lo que ocurrio fue que oyo su propia risa ronca, noto que el respondia haciendole el mismo tipo de caricia ardiente… Ella no queria ser una seductora, no queria que la viera como una amante desinhibida.

Esa contradiccion le provoco una ansiedad terrible. Lo deseaba. Totalmente. Deseaba hacer el amor con el, compartir cosas con el, ayudarlo a curarse. Pero no queria… rendirse. Podria hacerlo, pero le daba miedo sentirse avergonzada despues, sentirse sucia, como Alan la habia hecho sentirse.

Sabia que Fox no era Alan. Sabia que no era la misma situacion, pero…

– ?Que pasa? -pregunto el, mientras besaba su cuello.

– Fox, ?tu quieres hacer el amor?

– Claro que si. Contigo. Ahora mismo, si tu quieres.

– Yo quiero. En teoria.

– Me parece bien lo de la teoria -le aseguro el, sin dejar de besarla.

– Pero no quiero que esperes…

– ?Esto es por lo que paso la ultima vez? ?No te gusta el sexo?

– No he dicho que no me gustara el sexo. Pero no soy una persona muy sexual, asi que si esperabas algo escandaloso… ademas, apenas nos conocemos.

– Phoebe, tu me conoces mucho mejor que nadie… me guste a mi o no. Has atravesado mis defensas, has hecho que me rinda.

– Fox…

– Se que esto esta bien, A lo mejor es una locura, pero esta bien. Aunque no puedo prometerte un futuro.

– No te lo estoy pidiendo.

– No eres tu. No tengo nada en contra de las relaciones serias. Pero mi vida ahora mismo…

– No te estoy pidiendo promesas de futuro -repitio Phoebe.

El arrugo el ceno, como si estuviera dispuesto a mantener una seria discusion sobre el tema. Pero eso no iba a pasar. Solo un tornado podria aplacar el fiero brillo de sus ojos.

– Asi que no eres una persona muy sexual -dijo con tono paciente.

– No lo soy -dijo Phoebe.

Al menos, estaba decidida a no serlo.

– Muy bien. Vamos a llegar a un compromiso. Si hago algo que no te gusta, dimelo. ?Te parece bien?

Como ella no contesto de inmediato, Fox fue directo al grano. De los besos en el cuello paso a besar sus pechos, su ombligo, su vientre.

Despues, tiro del pantalon de yoga. Ella no tuvo tiempo de prepararse, de pensar. Asi que le bajo los vaqueros. Queria desesperadamente que Fox pensara que era una mujer buena. Una mujer responsable con la que se podia contar, a la que el podia respetar.

No tenia que amarla, pero necesitaba su respeto, eso era lo mas importante.

Aunque su pasion tambien le importaba. Y mucho.

No recordaba haber sentido aquella excitacion en toda su vida, aquella conexion con otra persona… no habia forma de explicarlo. Pero era como si entendiera su dolor. Como si el entendiera el suyo. Rodaron por la alfombra bajo la suave luz de la lampara y luego de nuevo entre las sombras. Era estupendo que viviera frugalmente porque no habia muchos muebles con los que chocarse. Pero, para ser un hombre al que lo ultimo que le hacia falta era otro moraton, Fox parecia poco preocupado por darse un golpe y si muy interesado en besarla, en tocarla, en acariciarla.

Phoebe tenia miedos. Tenia serios miedos, pero estaba decidida a abandonarlos. Cuando se tumbo sobre ella, enredando las piernas en su cintura, no pudo hacer nada. Habia alegria en sus ojos. Intensa frustracion, un deseo increible, pero tambien alegria. Esa alegria de vivir que solo podia darte conectar con otra persona…

Phoebe cerro los ojos y levanto las caderas para recibirlo. Se acoplaban perfectamente, como un guante. El dejo escapar un grunido como un leon liberado despues de anos de cautiverio en el zoo. Ella dejo escapar un gemido como una gatita feliz con su propio poder.

Por un momento se quedaron parados, como intentando grabar ese momento, mirandose a los ojos.

Y entonces se pusieron en marcha. Los dos moviendose al mismo ritmo, un ritmo frenetico, primitivo. Sus cuerpos estaban cubiertos de sudor. Un telefono sono en algun sitio, se oia el ruido de un coche en la calle, el ruido de la nevera…

Pero nada de eso estaba en su mundo. Phoebe se agarro a el, con los ojos cerrados, sintiendo que el alivio escapaba de ella como un chorro de dulce liberacion, sintiendo el de Fox como un chorro de amor, tan caliente, tan dulce que la llevo a un lugar desconocido.

Y luego los dos intentaron respirar con normalidad.

Pasaron los minutos.

Ella no se quedo dormida, pero cuando abrio los ojos tenia la camiseta puesta y Fox estaba tumbado de lado, con un brazo sobre la cara, la otra mano en su pelo. Sus ojos habian perdido esa fiera intensidad y eran oscuros, impenetrables.

Phoebe se quedo un momento absorbiendo una profunda sensacion de felicidad, de bienestar. Le parecia perfecto haber hecho el amor con el… mas perfecto que nada en toda su vida.

– Oye -murmuro Fox.

– Oye tu.

– No sabia que esto podia pasar.

– ?No sabias como se hacia?

– Tonta. Pense que jamas volveria a hacerlo en mi vida.

– ?Que te paso en Oriente Medio, Fox?

– No lo se.

– Si lo sabes -murmuro Phoebe, acariciando su cara.

– Me perdi -contesto el por fin-. Deje de creer en mi mismo, en mis valores. En mi como hombre.

– ?Porque?

– Eso da igual. Lo que importa es que pense que no volveria a hacer el amor nunca mas.

Phoebe queria ayudarlo. Mas que nada en el mundo, queria ayudar a aquel hombre.

– No me gusta decir esto, chaval, pero me has dado pistas mas de una vez de que tu cuerpo funcionaba perfectamente.

– Una ereccion es una cosa, hacer el amor es otra muy distinta. Y sentir… sentir otra completamente

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