repasandole atentamente.

– Deben de estar subiendole por las escaleras del porche -le dijo Sophie, empujando la puerta y entrando en la sala con la tetera en las manos. Tras depositarla sobre la bandeja de te, acerco aquella bandeja de plata grabada hasta donde estaba Elspeth y la coloco en la mesa delante del sofa.

– Arreglese el cabello, cielo, y tomese una taza de te -le dijo quedamente-, le calmara los nervios.

Volvio a su silla y cogio su costura como una actriz en una obra de teatro. Cuando Grafton y Amanda entraron en el salon, Darley y Elspeth bebian te, lo que justificaba el rubor en las mejillas de Lady Grafton.

* * *

Capitulo 6

– ?Debo suponer que has tenido exito? -Amanda le obsequiaba con una sonrisa de complicidad mientras rehacian el camino en sentido inverso, a lomos de sus caballos.

– Al principio no.

– Pero no pudo resistirse a tus encantos.

– No estoy tan seguro -se encogio de hombros-. Podria estar dispuesta a tener cualquier aventura. Tiene veintiseis anos y nunca la han besado.

– ?Dios mio! Entonces, es cierto… ?lo de Grafton y su noche de bodas!

– Eso parece -dijo suavemente, arrastrando las palabras.

– Que ingenuidad, Julius -Amanda enarco una ceja-. Puede ser un desastre en la cama.

– Si lo es -dijo esbozando una sonrisa-, no tendras que mantener a Grafton durante mucho rato en las carreras.

– No te alcanza el dinero para pagar una tarea tan desagradable como esa -le replico sacudiendo la cabeza.

– Estoy seguro de que si.

Los ojos de Amanda destellaron avaricia.

– ?Su ausencia se vale unos diamantes?

– Lo que tu corazoncito desee.

Amanda entorno los ojos.

– Te lo estas tomando en serio, ?no?

– Digamos que estoy curiosamente obsesionado.

– Por su virtud. Una novedad, viniendo de ti.

Se quedo un rato pensativo… la virtud de Lady Grafton no era forzosamente un atractivo, su espectacular busto no podia pasarse por alto. Por otra parte, era poco probable que fuera a salirse de su camino acostumbrado solo por ese motivo.

– Me intriga su valentia para aceptar a Grafton, creo.

– Por favor -dijo Amanda-, ?desde cuando eres tan altruista?

El contemplo el campo verde y ondulado como si la respuesta a ese deseo fuera corriente que se encontrara en el paisaje bucolico.

– No eres un hombre de principios, lo sabes.

Su mirada fija se volvio hacia ella.

– ?Como dices?

– No me mires de esa forma. Quiero decir en lo que a seduccion se refiere.

– Podria discrepar tambien en eso. ?Acaso no soy agradable?

– Cuando te conviene.

Lo mismo podria haber dicho el de ella.

– A decir verdad, no se cual es el atractivo de la dama, pero lo tiene -dijo el, sin ganas de discutir sobre principios, de hecho, sin ganas de discutir sobre nada-. Si tuvieras la amabilidad de enviar una nota a Grafton pidiendole que te acompane a las carreras, te estaria muy agradecido -le guino un ojo-. Pon tu misma el precio, por supuesto.

Amanda hizo un pequeno mohin al pensar en lo repugnante de pasar un rato con Grafton. Por otra parte, aquella carta blanca monetaria que Julius le estaba ofreciendo era imposible de rechazar.

– ?Cuanto tiempo debere estar con el viejo demonio…? ?Las primeras carreras tambien o solo las de la tarde? ?Os habeis puesto de acuerdo tu y la esposa virginal?

– No tuvimos tiempo… -Darley arqueo las cejas mientras respondia de manera juguetona-… inmersos como estabamos en otras… digamos… actividades.

– Cuando entramos pense que estaba nerviosa.

– Elspeth no tiene experiencia en los devaneos.

– ?Elspeth? ?Pronunciado con una voz tan dulce? -Amanda sonrio maliciosamente-. De verdad, Julius, se podria pensar que ese pequeno encanto ha tocado tu depravado corazon.

– Mas bien me ha afectado una zona ligeramente por debajo del corazon -le contesto, con aire divertido-. Y si no nos hubieran interrumpido…

– Por lo visto te salve de la catastrofe. Grafton te hubiera disparado en el acto.

– Por otra parte, si hubieras aparecido diez minutos mas tarde, tal vez habria consumado mis deseos carnales y no tendria que esperar hasta manana.

– No tienes que esperar -murmuro Amanda con una mirada seductora.

Ya habia considerado aquella posibilidad y la habia descartado. Preso de un repentino desasosiego -nunca antes en su vida habia rechazado sexo-, estuvo a punto de aceptar la oferta de Amanda para apaciguar aquella inquietud.

Pero, como si alguna fuerza externa hubiera tomado las riendas de su mente, se oyo a si mismo decir:

– Tal vez deberia guardar energias para manana.

– Estas bromeando -Darley podia aguantar dias enteros.

– La verdad es que ultimamente no estoy durmiendo mucho -una justificacion verdadera, pero que no dejaba de ser una excusa.

– Si me relegas -dijo Amanda haciendo un mohin-, deberia decidirme a pedir algo mas que diamantes.

– Lo que gustes, querida -Penso en ofrecerle a uno de los mozos del establo, pero en realidad no podia rebajarse a hacer las veces de las funciones de alcahuete-. Aunque debo echarte las culpas de mi fatiga -disimulo Julius-. Anoche me dejaste rendido.

Amanda adopto una expresion engreida.

– ?Por que no lo has dicho antes? Eso es otra cosa.

– Ya sabes que eres el pedacito mas caliente a este lado del cielo, sin excepcion -le dijo, halagando su ego arrogante-. Y tenlo presente: los anos no perdonan.

– ?Tonterias! Solo tienes treinta y tres, y eres el mejor semental de Inglaterra -le dirigio una mirada de consideracion-. Si lo sabre yo.

«Y tanto que lo debes saber bien», penso, totalmente al corriente de las licenciosas diversiones de Amanda.

– Tal vez quieras uno de mis caballos de carreras como incentivo -le ofrecio, resuelto a llegar a casa lo mas rapido posible, deseoso de ultimar todos los preparativos para el dia siguiente.

Amanda se dio la vuelta para mirarle fijamente. Julius nunca habia regalado uno de sus purasangres.

– Te ha cogido fuerte, querido.

– No creas. Elspeth es como rocio fresco, eso es todo.

– Ten cuidado o caeras en sus redes -se burlo Amanda.

– Es sexo -respondio-. Nada mas.

– Eso dices -murmuro con aire arrogante-. Con todo, permiteme que discr…

– Mi bayo contra tu rucio. Te apuesto cinco contra uno a que gano yo -preferia no discutir acerca de su interes por Lady Grafton. Manana haria el amor con ella y pondria punto final a la historia.

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