acaricio suavemente las curvas satinadas, visibles por encima de su escote con volantes, deslizo la punta del dedo por la hendidura del escote y sintio el contacto con su carne calida.

– Nadie puede saber si los beso -dijo el-. No le alborotare el pelo, ni le hare un moreton en los labios, ni dejare cualquier otra prueba.

– No empiece, Darley -pero la imagen que el habia evocado estaba causando estragos en su pulso-. De verdad -Elspeth le empujo la barbilla-, es imposible.

Ella tenia las manos ligeramente colocadas sobre el pecho de el, la probabilidad de que realmente pudiera moverlo con la delicada presion que ella estaba ejerciendo era insignificante. Un detalle que el marques no habia pasado por alto.

– No se vera nada de lo que esta debajo del vestido… incluso si a sus pezones les gustan mis besos -le musito, tomando las manos de ella entre las suyas, llevandolas hacia abajo, sujetandolas a los lados-. Esta caida de encaje… -le echo un rapido vistazo al corpino- lo tapa todo.

– Darley, por favor… no puedo dejarte… ahora no.

Pero la voz de Elspeth era queda, las palabras ambiguas, como si la oportunidad del momento fuera una carga muy irresistible… se contoneo hacia el como si se tratara de una invitacion. Al menos el asi lo creyo.

Darley le solto las manos, le rodeo los hombros con las manos y le bajo las mangas, dejando al descubierto la suave turgencia de sus pechos, dos esferas perfectas encumbradas no por artificio o un corse sino por su robusta naturaleza.

– Pare… por favor, por favor, por favor -susurro ella.

Y si sus caderas no se estuvieran contoneando contra su ereccion en flagrante senal de negacion y suplica podrian hacer el amor alli mismo.

– No llevara mucho tiempo.

La profunda y sonora autoridad del tono de Darley y la negativa explicita, aunque entre murmullos, que Elspeth le habia dado, hicieron que el centro palpitante del cuerpo de esta vibrara y se estremeciera.

Su ereccion se irguio mas.

Censurandose por poco tiempo por responder de una manera tan barbara a su inocente deseo, considero fugazmente hacer lo que ella le pedia. Muy fugazmente. Pero su pene hinchado estaba duro como una roca y contra esa certeza brutal, las consideraciones eticas no tenian cabida. Escurrio los dedos entre el encaje que rodeaba aquel atrevido escote y los exuberantes senos, deslizo las manos por debajo de los pechos y con destreza veloz los libero de la opresiva seda azul. Equilibrando el peso opulento de los pechos entre sus palmas, los levanto un poco, forzandolos hacia arriba en esferas enormes y curvilineas, viendo como los pezones cambiaban ante sus ojos del rosa palido al rosa profundo.

– Desean ser besados -susurro.

Elspeth cerro los ojos, meneo la cabeza, de manera infantil, como si pudiera ignorar aquel torrente de deseo.

– Mirelos -murmuro, su voz era tan suave como el terciopelo-. Tiene los pezones firmes y duros. Estan pidiendo ser lamidos.

Volvio a negar con la cabeza, los ojos aun cerrados, pero ella jadeaba palabras sordas que dejaban claro que el estaba en lo cierto y ella equivocada. Y si el tiempo no fuera un problema, el podria haberla empujado a admitir la verdad. Pero la posibilidad de que alguien entrara era real y mas importante aun, el tenia planes mas alla de ese momento pasajero. La dama podria satisfacer sus apetitos carnales en un lugar mas comodo.

Manana… en su casa de campo, cuando no solo la lujuria de ella, sino tambien la suya, podria ser saciada de manera apropiada.

Entre tanto estaba mas que dispuesto a obligar a la dama a reconocer su deseo e, inclinando la cabeza, se llevo un pezon lentamente a la boca.

Ella no opuso resistencia, pero en ese momento el estaba seguro de que no lo haria, y la lamio con una dulzura y delicadeza infinita en deferencia a sus miedos. Pero cuando despues de un breve rato, ella hundio los dedos en su pelo y empujo su cabeza mas cerca, entendio que ya no requeria dulzura. Chupo mas fuerte, tirando de la punta mas tensa, mordisqueo suavemente, y justo cuando iba a ocuparse del otro seno, sus jadeos entrecortados se convirtieron en un gemido contenido, y antes incluso de que pudiera desplegar todo su repertorio, ella tuvo un orgasmo.

?Como ha podido, como ha podido, como ha podido, grito en silencio la mente de Darley, mientras el sonido de los violines que previamente no habia oido flotaba por la habitacion, con la posibilidad de que los descubrieran en cualquier momento, con la posibilidad real de que la descubrieran en pleno orgasmo!

?Las rodillas de Elspeth flaquearon ante todos los posibles desastres que ella habia pasado por alto!

Darley la tomo entre sus brazos, la llevo hasta una silla de madera mientras esta temblaba de miedo.

– Alguien puede entrar -susurro ella.

– La puerta esta cerrada -le mintio. No es que ignorara que podria aparecer un intruso. Pero, a diferencia de la dama, sexualmente excitada o no, el nunca perdia la cabeza-. Nadie puede entrar -le dijo, sentandose y meciendola sobre sus rodillas. Y si alguien entraba, estaba relativamente seguro de que lo podria intimidar.

Abandonandose a sus reconfortantes garantias, Elspeth se apoyo sobre su pecho y, lanzando unos ligeros suspiros de placer, se deleito con aquella sensacion de bienestar que le habia proporcionado el orgasmo.

Aquel hombre, que habia perfeccionado la gratificacion personal hasta las cotas del arte, se encontro experimentando tambien un grado de placer insolito… como si fuera suficiente con ofrecerle desinteresadamente el placer ultimo. Sintio una curiosa satisfaccion bastante distinta a la liberacion del orgasmo y se pregunto si la hija de un vicario ejercia un tipo de embrujo especial diferente a la lujuria.

– Me mimara demasiado para lo que es el mundo real -le susurro ella, levantando lo suficiente las pestanas como para toparse con su mirada-. No voy a querer perder este sentimiento.

– Pasare a recogerla manana temprano -le dijo con una sonrisa-. Tendremos todo el dia para satisfacer sus inclinaciones amorosas.

– ?A que hora se marchara mi marido?

– A las nueve. -Ella habia tomado una decision, penso el, ya que esa tarde habia estado indecisa… aunque un orgasmo era la mejor de las persuasiones.

– Bueno, entonces no quisiera que se enfadara. Sera mejor que me vaya -se puso derecha y se coloco bien el corpino.

– Estare esperandola temprano -le dijo simplemente, despues la ayudo a arreglarse el vestido antes de ponerse en pie-. Aunque desearia que pudiera pasar la noche conmigo.

– ?No seria maravilloso? -murmuro ella, la vision de la ereccion de Darley cuando este estiro la fina lana de sus bombachos le incitaron un nuevo latido entre las piernas. Retrocediendo rapidamente antes de hacer algo escandalosamente estupido, le miro fijamente a la cara-. Le agradeceria que se quedara aqui hasta que yo este bien lejos. No puedo permitirme tener ningun problema -anadio, nerviosa.

Bien porque el habia notado que le habia mirado a la entrepierna o bien por una inclinacion mas bien practica, le dijo, sereno:

– Saldre por la puerta trasera y me ire a casa. De todas formas, solo vine para verla.

Con un halago como aquel cualquier dama podia perder la cabeza, penso Elspeth, espantando el vertiginoso encantamiento que le calentaba los sentidos, diciendose que con Darley solo era eso, sexo, y que valia la pena que se atuviera a la dura realidad. Sin embargo, a la altura de la puerta se giro, porque incluso si el sexo solo era sexo para el, tambien es cierto que le habia revelado todo un mundo de opulentos placeres y le estaba agradecida.

– Recordare esta velada con mucho carino.

– Manana podra agradecermelo, cuando haya mas motivo -le dijo, poniendose en pie y exhibiendo una sonrisa, picaro.

Cerro rapidamente la puerta y se alejo, con la certeza de que si Darley se hubiera acercado mas, se habria lanzado a sus brazos, y lo habria olvidado todo, excepto su ardiente deseo.

El marques dio vueltas alrededor de la pequena estancia varias veces despues de que ella se fuera, como deferencia a sus deseos de no ser vista con el, presa de una agitacion nerviosa. Quedaban todavia muchas horas hasta el amanecer… horas terriblemente largas hasta poder apaciguar su lujuria. Aunque algo ademas de la

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