preguntas. La casa solariega y las caballerizas necesitaban algunas reformas, pero Malcolm era competente cuando se trataba de controlar a los constructores. El habia supervisado todos los temas relacionados con la construccion en las propiedades de Darley. Elspeth tambien necesitaria un preparador, por supuesto… alguien con buenas recomendaciones. Quizas alguno de los empleados de su vieja caballeriza estaria disponible.

Su mente saltaba de proyecto en proyecto y, cuando ella se desperto despues de un rato, el la recibio con una sonrisa.

– Tengo un plan -le dijo Darley-. Escuchame.

* * *

Capitulo 29

Cuando Darley termino con sus explicaciones, el corazon de Elspeth galopaba en medio de una compleja marana de esperanza, miedo y consternacion.

– ?Y bien? -pregunto Darley, expectante.

– No se que decir -Elspeth no queria discutir de nuevo, pero se preguntaba como podia aceptar tanto de el, sin comprometerse a ojos de los demas. Era consciente del posible escandalo en el que su nombre podia estar ya envuelto. Pero lo estaba haciendo por su hermano. No para su provecho. Y en cuanto a su amor por Darley, eso era un asunto privado. Pero si le permitia hacer lo que tenia en mente, la tildarian de ser la protegida de Darley. Y una vez diera el paso, el mundo donde habia vivido hasta ahora le seria vedado para siempre.

– Dime, si te gusta la idea la haremos realidad.

– ?Podemos hablarlo mas tarde?

– No te gusta.

– Si.

– ?Pero?

– ?Sinceramente?

– Claro, se sincera -le dijo Darley, alisando un rizo de cabello detras de la oreja-. Esa es tu vida.

Ese era el tema que tenian entre manos, ?no? Sus vidas estaban separadas en todos los sentidos.

Elspeth respiro hondo.

– Vale. Estoy casada, como bien sabes -Darley fruncio el ceno-. Asi que todo lo que hagas por mi -y prosiguio intentando ir con la verdad por delante-, sera visto de una manera muy determinada. No es que no tenga una gran deuda de gratitud contigo… y te estoy muy agradecida. Pero si haces todo lo que dices cuando regresemos a Inglaterra… me quedare sola en el mundo. Rechazada, considerada una mujer de cierta calana.

– No tiene por que. ?Sabes cuantas mujeres viven separadas de sus maridos… mujeres de buena familia?

Ella lo desconocia.

– No hay muchas de esas en Yorkshire.

– No me digas que vas a volver con el -murmuro Darley.

– No, pero preferiria tomar mi propio camino sin reparar en adonde voy. Es cuestion de orgullo y dignidad. Y no requiero mucho. Will y yo nos contentamos con una vida sencilla.

– ?Haciendo que?

– Pense que podriamos abrir una escuela rural en alguna parte.

– ?Tu hermano esta de acuerdo?

– No estoy segura -respondio Elspeth, se lo habia preguntado a si misma mas de una vez-. Pero Will puede encontrar otro sustento para contribuir a nuestra manutencion si no le gustan mis planes.

– Deja que sea vuestro sustento. Financiare vuestra escuela. Nadie tiene por que saberlo. Ni tienes por que decirselo a tu hermano.

– ?Y tu te mantendrias alejado?

– No. ?Por que?

– Porque nadie enviaria a sus hijos a la escuela si creyeran que soy tu amante. Venga, Darley, sabes como puede afectar a una mujer un pequeno indicio de escandalo.

– No si su protector es suficientemente poderoso. Las casas mas respetables estan abiertas para las amantes de los hombres de gran fortuna. Las invitan a todas partes -como ocurre en casa de mis padres, le hubiera gustado decir.

– Por favor, respeta mi reputacion… si algo queda de ella.

– En Newmarket no pensaste en tu reputacion.

– Tendria que haberlo hecho.

Siendo un hombre sensato, prefirio no continuar con la discusion. ?Por que arruinar lo que parecia ser un viaje agradable? Tenian todo el tiempo del mundo para volver a hablar del tema una vez hubieran regresado a Inglaterra.

– Quiza tengas razon -dijo Darley-. La sociedad no es tan permisiva con las mujeres.

– Exacto. -Deberia sentirse satisfecha de que lo comprendiera. Pero se encontro sufriendo una punzada de pena porque hubiera cedido de buen grado. No esperaba otra cosa. Un hombre como Darley era caprichoso en sus relaciones con las mujeres.

– Por lo menos no estas sujeta a la censura de la sociedad en alta mar -dijo Darley con una sonrisa-. Tenemos dos semanas libres de restricciones.

– ?Cuanto tardaremos en llegar a Tanger?

– Si el viento no falla, unas dos semanas por lo menos.

– Sabes que mereces mi eterna gratitud -dijo Elspeth en un tono bastante serio-. No podria haber hecho nada de esto sin ti, ni disfrutar de estas comodidades durante el viaje -Elspeth podria estar en desacuerdo con la derrochadora forma de vida de Darley, pero no podia negar la bondad que habia demostrado tener con ella-. Si algun dia esta a mi alcance la manera de recompensarte, lo hare.

– Tu compania es suficiente recompensa -respondio Darley con ternura, intentando ocultar cualquier atisbo de insinuacion en su voz. La dama se sentia vulnerable. Demasiado pronto para la seduccion, ahora que sus espiritus se habian removido-. Mientras tanto, vamos a ver si podemos aumentar la velocidad. Hablare con el capitan. Y tu puedes tomar una taza de te. Voy a hacer una apuesta -anadio Darley con una sonrisa, se puso de pie y la dejo sobre la silla-. Enviare a Sophie, yo volvere pronto.

Abandono el camarote y emprendio sus tareas, motivado por algo mas que el mero altruismo. Cuanto antes llegaran a Tanger -y con un poco de suerte encontraran vivo a su hermano-, antes regresarian a Inglaterra, donde tenia pensado poner a Elspeth bajo su proteccion, de una u otra forma. Preferia manejar ese asunto abiertamente, pero si ella se plantaba, el estaria mas que dispuesto a recurrir a medios mas subrepticios. Pero conseguiria a Elspeth. De eso estaba seguro.

Darley siempre habia vivido con carta blanca: todos los privilegios le eran otorgados, todos los antojos concedidos. Deseo y satisfaccion eran la misma cosa.

No podia sentirse frustrado.

Al encontrarse a Malcolm no le dio ninguna explicacion de su aparicion en el ultimo minuto, le agradecio que acompanara a Elspeth a bordo y luego le dio una serie de instrucciones, la primera de ellas, que mandara a Sophie al camarote de Elspeth con una bandeja de te y dos botellas del champan de su padre.

– Y si te encargas de los criados de Lady Grafton durante el viaje -anadio Darley-, asi como del servicio adicional que ha enviado mi padre, te estare agradecido -y agacho la cabeza-. Te doy las gracias por adelantado.

La insinuacion de que Darley no queria ser molestado bajo ningun concepto no se dijo en voz alta, pero Malcolm la capto al vuelo.

– Puede contar conmigo, senor. Su padre nos ha proporcionado provisiones mas que suficientes para gozar de cierto lujo -sonrio Malcolm-…ademas de contar con una asistente del chef que ya se las ha tenido dos veces con su chef, mi senor.

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