– Tonterias -le interrumpio Darley-. Todo el mundo estaria dispuesto a ayudarte -y sonrio-. Aunque me encanta que me hayas honrado con tu amistad.

Que agradable su ilusion de amistad, que halagadora… y experimentada. Que atrayente.

Si al menos no fuera tan adorable.

O quiza si ella tuviera unos principios ferreos.

Elspeth suspiro otra vez, vencida por todos los frentes… por el amor, el miedo a las represalias de Grafton, por su pobreza desalentadora.

– Tenemos que contarselo a Will -le dijo Elspeth, rindiendose a lo inevitable-. Lo nuestro… la demanda de divorcio.

– Por supuesto -dijo Darley con una exquisita moderacion.

– Me asusta mas su reaccion que todo lo demas.

– Le salvaste la vida, querida. Dudo que discrepe con nada de lo que hagas.

Ella hizo una pequena mueca.

– A las mujeres no se les permiten las mismas libertades que a los hombres. No estoy segura de cuan liberales sean sus actitudes.

– El te adora. Es obvio. Te preocupas demasiado. Se lo diremos despues de la cena, esta noche. Sera comprensivo, te lo aseguro.

– ?Tenemos que volver? -sus dudas eran evidentes.

– Es decision tuya.

– ?De verdad?

– Si. -Se reclino, extendio los brazos a lo largo del respaldo del banco, contento con el rumbo de los acontecimientos. La posibilidad de conseguir la libertad de Elspeth era extremadamente gratificante-. Tu decides, asi que ya me diras lo que quieres hacer.

– ?No te importa que nos quedemos aqui?

– No.

– Tal vez algun dia si te importe.

Darley se encogio de hombros.

– Tal vez. Si llega ese dia, lo afrontaremos. Por el momento, soy totalmente imparcial. La decision esta en tus manos.

?Acaso podia ser mas considerado? Recordo de nuevo por que era el favorito de todas las bellas mujeres de la alta sociedad. Era encantador, amable, el hombre mas generoso que habia conocido… y la amaba demasiado. En especial cuando el era el hombre menos indicado para ofrecer algo mas que placer pasajero. No es que esperara que fuera a hacer una excepcion con ella.

Agradecida por todo lo que habia hecho y estaba haciendo por ella, se puso en guardia para no hacerse falsas ilusiones. Darley no estaba interesado en las cosas permanentes. Solo porque hubieran compartido la misma cama no era razon suficiente para diferenciarla del resto de mujeres con las que habia hecho el amor.

– ?Por que no lo decidimos despues de hablar con Will? -dijo Elspeth, procurando ser tan educada como el-. Quiza mi hermano nos pueda proponer algo.

– Perfecto -sonrio Darley-. Ya lo veras. Todo tendra un final feliz.

* * *

Capitulo 35

Henry Blythe era un ano mas joven que Will, el tipo de muchacho que disfrutaba viviendo la vida al limite. Y ahora que se habia restablecido, habia tomado la costumbre de ir a acostarse temprano con una de las criadas locales.

Will se abstuvo de embarcarse en actividades amorosas como las de su amigo, y no por falta de interes por las jovenes criadas sino porque su corazon pertenecia a Clarissa Burford, de Yorkshire. No estaban comprometidos, pero llegaron al acuerdo de que, a su regreso de la India, se casarian.

Poco despues de la cena, cuando sirvieron el oporto, Henry se disculpo, al igual que Malcolm -era muy extrano que un escoces no bebiera- y los tres restantes se retiraron con el oporto a la sala de estar.

Al principio, la conversacion fue un poco inconexa. Elspeth estaba visiblemente nerviosa mientras Darley deseaba sentarla en sus rodillas y confortarla. Como aquello no era posible, participo en la conversacion por los dos, intercambiando datos con Will sobre los sementales de primera clase de Inglaterra.

Yorkshire tenia una alta cuota de excelentes ejemplares, dada la aficion en el norte a las carreras, aunque los que se hallaban repartidos por Londres y sus alrededores eran tambien de primera categoria.

– Estaba pensando que cuando volvamos a Inglaterra podria intentar dedicarme a la doma -dijo Will-. No creo que el ejercito acepte mi reincorporacion debido al estado de mi pierna… o, al menos, no por el momento. En el futuro tendre problemas para montar a caballo -lanzo una mirada su hermana-. Pense que tal vez podria dirigirme a Lord Rutledge. El sabe lo que puedo hacer.

Elspeth sonrio.

– Me gusta la idea -sobre todo porque Lord Rutledge vivia en el sur.

– Bien -se arrellano en la silla y respiro tranquilo despues de recibir su aprobacion-. No sabia como ibas a sentirte si me trasladaba a vivir tan lejos.

Darley y Elspeth intercambiaron una mirada.

– ?Que? -pregunto Will-. O mejor dicho, ?por que no dices lo que quieres decirme, hermanita, y te estas quieta? Llevas toda la noche nerviosa como un gato.

Los amantes volvieron a cruzarse las miradas.

Darley ya hubiera intervenido si no estuviera preocupado por si hacia bien en entrometerse.

– Diselo tu -murmuro Elspeth.

Con sensacion de alivio, el marques sonrio a Elspeth, reconfortado. Luego se volvio hacia su hermano.

– Debe de saber que tengo a su hermana en gran estima.

Will reprimio una amplia sonrisa.

– He tenido esa impresion.

– Y ella, naturalmente, estaba preocupada por su estado de salud o, de lo contrario, ya lo hubieramos hablado antes.

– Entiendo -Will le dirigio a Elspeth una mirada comprensiva-. No tienes que estar nerviosa, hermanita. Todo lo que hagas me parece bien. En verdad podrias bailar con el mismo diablo que yo te aplaudiria. Te debo la vida - le dijo dulcemente-. Y nunca lo olvidare.

– Se la debes a Julius mas que a mi -asevero Elspeth-. Sin su ayuda, no creo que el rescate hubiera tenido exito.

– Estoy en deuda con usted, por supuesto -hizo notar Will, alzando su copa a la salud de Darley-. Se lo mucho que ha hecho por nosotros. Y si ayuda a que la conversacion sea mas facil, estoy al corriente de vuestra relacion -sonrio Will-. El ir y venir de puntillas por la noche no ha pasado desapercibido. Te deseo todo lo mejor. A los dos… -hizo una breve pausa-, en todo -al corriente de la reputacion de Darley, no esperaba la publicacion de los edictos matrimoniales.

– Gracias a Dios -solto Elspeth-. No sabia como iba a sentarte esta… -agito sus dedos buscando las palabras- bueno… irregularidad.

– Sin animo de ofender, Darley -dijo Will en broma-, pero cualquier hombre es mejor compania que Grafton.

El marques se rio.

– Aunque no se si es un cumplido, me lo tomare como tal.

– Eso pretendia. -Igual que conocia la magnanimidad de Darley, tambien sabia que todas las mujeres con las que habia mantenido relaciones en el pasado seguian siendo sus amigas.

– Nosotros tambien tenemos algunas cosas que comentarle -le dijo Darley-. Su hermana cree que seria desastroso. Yo no comparto su opinion. Pero creo que deberia saber lo que ha sucedido recientemente en

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