– Es fantastico -dijo el chico, satisfecho-. ?Verdad, Rose?

– Tengo que ordenar las vacas -contesto ella.

– ?Que? ?Esta noche?

– No he pagado a nadie para que las ordene esta noche. Si no lo hago yo, no habra beneficios.

– ?Puedo ayudarte? -pregunto Marcus.

– Me gusta ordenar sola. Tu ocupate de las salchichas.

– Pero el tobillo…

– Estoy bien. Y ya has hecho suficiente, no quiero que me ayudes.

La alegria se habia desvanecido. No del todo, penso Marcus, pero tambien habia incomodidad. Era como si Rose se hubiera dado cuenta de que habia que pagar por la alegria. Y el precio era… el.

La segunda casa parecia una casa de munecas. Estaba en mejores condiciones que la primera, y era evidente que la habia decorado una mujer.

Era rosa. Muy rosa. El exterior era de ladrillo, pero dentro las paredes eran rosas, igual que los cuadros y los adoraos.

– A la tia Hattie le gustaba el rosa -dijo Harry. Rose los habia dejado, asi que Harry estaba haciendo de anfitrion.

– Ya lo veo -contesto Marcus con cautela-. Es horrible.

– Si que lo es. Nuestra casa es mejor, aunque se este cayendo.

– No te entiendo -Marcus miro a su alrededor-. ?Como puede ser mejor vuestra casa? Porque esta, si le quitamos el color rosa…

– Ah, te refieres al dinero -dijo Harry con desprecio-. La tia Hattie siempre tuvo mas que nosotros.

– ?Por que?

– Es facil. Mi abuelo fue justo.

– ?Como dices?

– Mi abuelo tuvo dos hijos, papa y la tia Hattie.

La tia tuvo un bebe, Charles, cuando era una adolescente, pero siguio viviendo aqui. El abuelo le construyo esta casita. Papa se caso con mama y tuvieron cinco hijos. Cuando el abuelo murio, le dejo la mitad de la granja a papa y la otra mitad a la tia Hattie, aunque era nuestra familia la que hacia todo el trabajo. Rose dice que papa se enfado mucho. Tambien dice que esa es otra de las razones por las que papa odiaba a las mujeres.

– ?Y…?

– Y todos los beneficios de la granja tenian que dividirse en dos: la mitad para Hattie y la otra mitad para nosotros.

– ?Quien trabaja la granja? -pregunto Marcus.

– Rose, sobre todo. Nosotros la ayudamos.

– ?Hattie no la ayudaba?

– La tia nunca trabajo -Harry miro a su alrededor e hizo una mueca-. Excepto para pintar cosas.

– Eso es muy injusto para Rose.

– Si, es injusto. Pero Charles siempre decia que teniamos dos opciones: hacerlo de esa manera o dejar la granja. Papa nunca quiso marcharse, y mientras tuviera suficiente dinero para la bebida… Creo que no deberia haberte dicho eso. Daniel me dijo que no lo hiciera, y Rose se pondria furiosa.

– No se lo dire -Marcus fruncio el ceno-. Asi que Rose se quedo y saco la granja adelante. ?Por que se fueron tus hermanos?

– Ella dijo que se fueran.

– ?Por que?

– Dijo que nunca iba a haber suficiente dinero para que todos fueramos granjeros y que tenian que estudiar una carrera. Cuando Rose se pone mandona no hay quien discuta con ella.

– En eso tienes razon.

– ?De verdad vas a cocinar salchichas?

– No si puedo evitarlo. ?Donde esta la nevera?

– Te la ensenare. Hattie solia ir a la ciudad y comprar cosas interesantes.

– Vamos a echarle un vistazo -le dijo Marcus-. ?Sabes cocinar?

– ?No! -contesto Harry, sorprendido.

– Pues estas a punto de aprender.

Rose se dio una ducha despues de ordenar a las vacas. Estaba muy cansada, pero de nuevo se sentia en casa, En casa. Ademas, las amenazas a su seguridad, su padre y su primo, habian desaparecido.

Marcus lo habia hecho por ella. Le habia onecido un gran regalo.

Bajo la vista a la alianza dorada que aun llevaba. Marcus habia insistido que en los dos la llevaran durante un ano.

– Hagamos esto bien-le habia dicho.

El, desde luego, lo estaba haciendo bien. Y ella lo habia enviado a casa de Hattie.

«A lo mejor le gusta el rosa», penso mientras sonreia. Pero por lo menos estaria comodo. Y alejado de ella. Su vida podria volver a la normalidad.

– ?Rose? -Harry la estaba buscando y ella saco la cabeza de la ducha.

– ?Mmm?

– Marcus y yo hemos preparado la cena. Date prisa, tienes que venir antes de que se enfrie -el muchacho la espero con impaciencia mientras ella se ponia unos vaqueros limpios y una camiseta-. ?Vamos, vamos!

Demasiado entusiasmo para comer unas salchichas…

– ?No te pistaria cenar solo conmigo esta noche? -pregunto ella.

– ?Estas bromeando? -contesto Harry, sorprendido-. Marcus es genial.

– Si, pero…

– Ya veras lo que hemos preparado.

Curry.

Rose abrio la puerta trasera de la casa de Hattie y se detuvo, asombrada. ?Curry! Nunca habia olido algo parecido en aquella casa. Harian falta tres botes de ambientador para disimular el olor. Hattie no lo habria permitido nunca.

Entonces Marcus aparecio en la puerta y ella dejo de pensar en su tia. Nunca habia visto a Marcus asi. Desde que lo conocio, siempre habia llevado trajes, ropa muy formal. Pero en aquel momento…habia cambiado. Se habia puesto unos vaqueros desgastados y una camiseta que se le ajustaba al pecho, marcandole los musculos de los brazos. Tenia el pelo alborotado y una mancha naranja en la mejilla. Y llevaba un delantal.

Era uno de los delantales de Hattie, rosa, con un enorme lazo.

Rose lo miro con sorpresa. Se habia preparado para una cena formal y educada, para darle la bienvenida a un invitado. Pero los adjetivos formal y educado no tenian cabida en aquello. No pudo aguantar mas la risa y exploto en carcajadas.

– ?Que? -pregunto el, haciendose el ofendido-. ?No te gusta mi delantal?

– Es… -Rose intento controlarse, pero no pudo. Reia a carcajada limpia-. Es muy bonito. Y el lazo tambien. Bien… bien hecho chicos -intento controlarse una vez mas-. Umm… ?Es curry lo que huelo?

– Asi es -contesto Marcus-. Harry dijo que le gustaba.

– Pero… ?tenia la tia Hattie curry en polvo?

– El curry no se hace con curry en polvo -respondio el-. No cocinas mucho, ?verdad, senora Benson?

Senora Benson… Rose se mordio el labio inferior e intento ignorar el comentario.

– Cuanto tenia ocho anos, tuve a una profesora muy sensata -empezo a explicar ella-. Un dia nos llevo a las chicas aparte y nos dijo que si queriamos llegar a ser algo en la vida, nunca teniamos que aprender a escribir a maquina, a coser ni a cocinar. Yo segui su consejo al pie de la letra.

– Bien hecho -respondio el, divertido-. Asi que curry en polvo, ?eh?

– Entonces, ?como lo has hecho? -quiso saber Rose.

– Tomas los frasquitos de hierbas que Hattie tiene en su coleccion Delicias de Gonrmet. Yo creo que los compro para decorar mas que para usarlos, pero tiene de todo. Cilantro, comino, curcuma, cardamomo… Nunca los abrio, asi que todo esta bueno. Despues tomas la pequena plantita de chili que hay en el porche, y que seguramente esta ahi fuera porque no va bien con el rosa. Tomas dos chilis, un trozo de cordero congelado, una

Вы читаете Rescatando el Amor
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату