– Eso ultimo es una tonteria -se dijo para si misma-. Pero lo anterior es posible.

Se acerco a la puerta, llamo con los nudillos y entro antes de que la invitara a marcharse.

Una rapida mirada alrededor de la habitacion le confirmo que la banera era una fantasia. Seguramente fuera lo mejor. La margarita estaba haciendo sus efectos y ahogarse era una seria posibilidad.

En vez, de desnudo y en el agua, Jack estaba sentado leyendo. Al verla, dejo el libro sobre su regazo y la miro.

Se tambaleo al acercarse a la cama y se sento en el borde. Se quito las sandalias y le sonrio.

– La cena ha estado muy bien. Deberias haber venido.

– Creo que podre sobrevivir.

Ella sonrio.

– Eres muy divertido. A veces se me olvida. Creo que es porque eres muy masculino y penetrante. Siempre fuiste peligroso. Antes se debia a tu forma de ser, pero ahora tienes acceso a toda clase de armas. Doblemente peligroso.

– Estas bebida -dijo el entornando los ojos.

Meri agito su mano izquierda.

– Bebida no. Alegre, mareada. Me he tomado dos margaritas y eso siempre es un error. No suelo beber y no tengo demasiada masa corporal. Podria calcular cuanto alcohol como maximo deberia beber por kilo.

– Interesante ofrecimiento, pero no.

Ella sonrio.

– Te asustan las matematicas, como a la mayoria de la gente. No se por que. Las matematicas son una constante, algo cierto y fiable. Estan basadas en principios y, una vez que las aprendes, no cambian. No es como la literatura, que se presta a interpretaciones, las matematicas son claras. Estas en lo correcto o no lo estas.

– Es tu vena competitiva -dijo el.

Meri se balanceo en la cama.

– ?Crees que soy competitiva? -pregunto.

– Esta en tu sangre.

– Me gusta tener la razon sobre las cosas. Me concentro y puedo ser muy pesada -dijo y sonrio-. ?Me hace eso mas interesante? ?Como puedes soportarlo?

– Me estoy conteniendo para no atacarte en este momento.

– Eres un mentiroso.

Meri se quedo mirandolo fijamente. Si los ojos eran el espejo del alma, la de Jack era oscura y reservada. Todo el mundo tenia secretos, ?cuales serian los suyos?

Claro que no se los contaria. El guardaba esa clase de cosas para si mismo. Pero si alguna vez se decidia a confiar en alguien, seria para siempre, penso. Aunque quiza, esa fuera otra de sus fantasias.

– Tienes que ayudarme con Betina y Colin -dijo-. Tenemos que unirlos.

Jack enarco una de sus oscuras cejas.

– Creo que no.

– Venga ya, no seas asi. Puede ser divertido. Piensalo, podriamos ser los responsables de una bonita historia de amor.

– ?Colin y Betina?

– Si. Betina siente algo por Colin. Al principio yo era esceptica porque Betina cambia de hombre como de camisa. Para ella, una relacion duradera es de una semana. Tiene miedo de comprometerse. Hace anos estuvo casada y no fue un buen matrimonio. Siente algo por Colin desde hace anos y parece serio.

– No quiero inmiscuirme.

– Tienes que hacerlo. Al fin y al cabo, no tienes nada mas que hacer con tu tiempo.

– Eso sin tener en cuenta mi trabajo y el esfuerzo que estoy poniendo en evitarte.

– Ah, claro. Esas son tareas complicadas. Una guapa mujer desesperada por llevarte a la cama. Pobre Jack, la vida es tan dura…

– ?Te tienes por guapa? -pregunto Jack sonriendo.

– Es una manera de hablar.

– La ultima vez que hablamos sobre tu aspecto, te considerabas fea.

No queria pensar en eso, pero si el insistia…

– La ultima vez que hablamos sobre mi aspecto, me diste una bofetada emocional, pisoteaste mi corazon y me dejaste.

– Lo siento -dijo borrando la sonrisa de su rostro-. Deberia haber reaccionado de manera diferente.

– Pero no lo hiciste. No te estaba pidiendo sexo en aquel mismo momento -dijo sin querer seguir hablando de aquello-. A lo que voy. Betina esta loca por Colin y estoy convencida de que a el tambien le gusta. Ahi es donde apareces tu en escena. Quiero que lo averigues.

– ?Como? No.

– ?Por que no? Eres un hombre y el tambien. Puedes preguntarle si le gusta Betina.

– No cuentes conmigo.

Recordaba que era terco, pero no tanto.

– ?Te he dicho ya lo irritante que puedes resultar? Mira, ambos son personas fantasticas, se merecen ser felices. Tan solo quiero darles un pequeno empujon.

– ?Necesitaste un empujon con Andrew?

Ella suspiro.

– Me preguntaba cuando lo sacarias a colacion.

– Estas practicamente comprometida. ?Por que no iba a sentir curiosidad?

Meri trato de adivinar lo que Jack estaba pensando, pero, como era habitual, el no transmitia nada. Era una de sus extranas caracteristicas.

– Nos conocimos en una subasta benefica. Habia una exhibicion canina y, de alguna manera, acabe enredada entre las correas y estuve a punto de caerme. Andrew acudio en mi auxilio. Fue muy romantico.

– Ya me imagino.

Meri ignoro su tono de sarcasmo. Quiza sabiendo que habia otro hombre en su vida se mostrara menos arrogante.

– Fue divertido y encantador y me gusto desde el primer momento. Tenemos muchas cosas en comun. Lo paso muy bien con el.

Lo habia pasado muy bien con Andrew, se dijo pensando en los buenos momentos que habia compartido con el. Llevaba seis meses viviendo en aquella parte del pais y, aunque apenas se habian visto en aquel tiempo, hablaban con regularidad. Su relacion parecia estar en suspenso y evidentemente a ella no le importaba. Algo en lo que iba a tener que empezar a pensar.

– ?El tambien es un genio?

– No, es encantadoramente normal. Inteligente, pero no demasiado. Me gusta eso en un hombre.

– ?Que sabes de el? ?Lo has hecho investigar?

– Claro. Es un hombre normal. No esta interesado en el dinero -respondio ella y su buen humor desaparecio-. ?Que quieres decir? ?Que nadie puede interesarse por mi si no es por el dinero?

– No, lo unico que quiero es que seas feliz.

– Soy feliz. Andrew es mi hombre perfecto. Nos comprometeremos en cuanto vuelva a Washington.

No era cierto, pero sonaba bien.

– Enhorabuena.

Jack lo habia echado todo a perder, penso amargamente mientras se ponia de pie. Su alegria, su maravillosa velada…

– Solo porque tu no creas en los compromisos no quiere decir que los sentimientos no sean ciertos -dijo ella-. Algunos buscamos un compromiso.

– Espero que eso sea lo que quieres.

– ?Por que no te creo? ?A que te refieres?

– A que si Andrew fuera tan importante para ti, no estarias seis meses lejos de el.

Meri se dirigio hacia la puerta.

– ?Quien dice que eso es asi?

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