– Asi es. Creo que estabamos en Francia -dijo sacando mas fotos-. No puedo creerlo. Mira lo gorda que estaba. ?Como nadie me aconsejo comer menos?
– La comida es amor -dijo Betina dejando a un lado las fotos-. Estas adorable y Hunter era todo un bombon.
Varios miembros del equipo de Meri entraron en la cocina. Poco despues, todos estaban mirando las fotos y hablando de Hunter como si lo hubieran conocido.
Jack se quedo atras. Por mucho que quisiera ver a su amigo, no deseaba abrir viejas heridas. Por un instante se pregunto si Meri necesitaria consuelo y miro a la gente que tenia a su alrededor. No le necesitaba a el para nada, lo que era lo mejor. No queria implicarse.
Meri pago al conductor y metio la bolsa de comida china en la casa.
– ?Ya esta la cena! -grito hacia las escaleras, sin saber si Jack bajaria o no.
Al verlo entrar en la cocina dos minutos mas tarde, se alegro.
– ?Por que no estas fuera con la brigada de empollones? -pregunto el mientras sacaba un par de platos del armario.
– ?Brigada de empollones? -repitio sonriendo-. Eso les gustaria. Suena muy militar. Van a ir a un club en el lago Tahoe y no me apetece acompanarlos. Ademas, sabia que estabas solo, asi que he preferido quedarme en casa y hacerte compania.
– No estoy solo.
Parecia molesto, lo que hizo que Meri sonriera. Era muy facil irritarlo. Si no fuera una persona tan estirada, seria normal. Claro que su actitud machista de querer estar siempre al mando era parte de su encanto.
– ?Me acercas esas? -pregunto ella, senalando unas copas que algun idiota habia puesto en la balda mas alta.
Mientras el las sacaba, ella llevo los platos y la comida a la mesa y luego tomo un par de cervezas de la nevera.
– ?Te estamos molestando mucho? -pregunto Meri una vez sentados a la mesa.
– ?Acaso te importa?
Se quedo pensativa unos instantes y luego contesto con sinceridad:
– Realmente no, pero me parece de educacion preguntar.
– Me alegro de saberlo. Estoy quitandome trabajo.
– Tu compania se especializa en proteger empresas en los lugares mas peligrosos del mundo, ?verdad?
El asintio.
– Interesante -continuo ella-. Claro que tuviste entrenamiento en las Fuerzas Especiales.
Otra vez aquella mirada.
– Si, eso es lo que hace mi compania. Cuando deje el ejercito, quise crear mi propio negocio. Alguien tiene que reconstruir las carreteras en sitios como Irak y nuestro trabajo es mantener la seguridad de esa gente.
– Suena peligroso.
– Sabemos lo que hacemos.
– ?No se supone que eras abogado?
– Estuve en el ejercito despues de que Hunter muriera.
Una manera interesante de sobreponerse a la pena, penso. Quiza hubiera buscado el modo de estar tan ocupado para olvidar.
– ?Que dicen tus padres de esto?
– Todavia confian en que me ocupe de la Fundacion Howington.
– ?Lo haras?
– Probablemente no. No soy partidario de las fundaciones.
Ella tampoco, pero no era una mala opcion. Su padre habia disfrutado gastandose su dinero con mujeres jovenes. La fundacion de Hunter iba bien. Ella tenia su fondo fideicomisario, que nunca tocaba, y un buen salario que cubria todas sus necesidades. Si Hunter aun viviera…
– Alguna vez tendras que enfrentarte al dolor -dijo ella.
– ?Sobre la fundacion? Ya lo tengo superado.
– No, sobre Hunter.
– Ya lo hice. Gracias por preguntar.
– No lo creo. Hay mucho mas debajo de esa fachada.
Habia defraudado a su amigo y eso tenia que incomodarlo. Tambien la habia defraudado a ella, pero por una vez no estaba enfadada con el. Quiza porque habia llorado despues de ver todas aquellas fotos que habia encontrado y ahora se sentia mejor.
– En los dias malos, me digo que eres un bastardo egoista que nos engano a todos. En los buenos, pienso que te quisiste quedar, pero no supiste controlar lo que estabas sintiendo. ?Cual de las dos versiones es la correcta?
– Ambas.
Meri espero hasta la medianoche para subir al despacho de Jack y salir fuera a disfrutar de la belleza del cielo. No esperaba encontrarselo con su ordenador.
– No pense que estuvieras aqui -dijo ella al verlo-. Es tarde y tienes que descansar.
– Veo que tus tecnicas de seduccion han cambiado. Por si te lo preguntas, son menos efectivas.
– No he venido a seducirte. Tengo cosas mas importantes que hacer con mi tiempo.
– Entiendo -dijo el mirando hacia las puertas de cristal-. Crees que sere una molestia.
– Haras un monton de preguntas y no podras evitarlo. Yo intentare ser paciente, pero acabare saltando e hiriendo tus sentimientos. No me apetece nada soportar tus cambios de humor.
Queria mirar al cielo y dejar que su belleza la impregnara. Si, llevarse a Jack a la cama era su objetivo, pero ya habria tiempo para ello.
– Creo que mis sentimientos sobreviviran.
– De ninguna manera. No iras a ponerte mujeriego conmigo.
No deberia haber dicho eso y lo sabia. No pretendia retarlo, simplemente estaba impaciente por salir fuera y usar el telescopio.
Jack se puso de pie sin hablar y rodeo la mesa hasta colocarse frente a ella. Meri tuvo que inclinar la cabeza hacia atras para poder mirarlo a los ojos.
– ?Crees que soy mujeriego? -pregunto con un tono de voz peligroso.
– En absoluto -dijo rapidamente-. No pretendia decir eso. Se me ha escapado. Ha estado mal por mi parte y entenderia que salieras de esta habitacion enfadado.
Pero en lugar de hacer eso, el tomo un mechon de pelo de Meri y se lo coloco detras la oreja.
– ?Te gusta burlarte de los hombres?
Ella trago saliva.
– Bastante.
– ?Te funciona?
– La mayoria de las veces.
– Esta vez no.
Tomo su rostro entre las manos, se inclino y la beso.
Ella presintio que iba a besarla y pudo haberlo evitado. Era solo un beso, ?no? Se habian besado antes y, a pesar de que le habia gustado, se las habia arreglado para mantener el control. Mas o menos.
Pero esa vez no. Al instante en que su boca encontro la suya, comenzo a derretirse por dentro. Tecnicamente era imposible, pero asi lo sentia. Sintio que un gran calor la invadia y comenzo a acercarse mas a el. Cuanto mas se acercaba a Jack, mas subia la temperatura de sus cuerpos.
Aquel no era igual que el beso que le habia dado en el gimnasio. Era diferente. Era un ofrecimiento mas que un beso robado.
Sin pensarlo, levanto los brazos y lo tomo por los hombros. El la atrajo hacia si hasta que sus cuerpos estuvieron completamente en contacto de hombros a rodillas.
Jack deslizo una de sus manos por el pelo de Meri y con la otra acaricio su espalda lentamente. Continuo