Y con esas, salio y cerro la puerta tras ella.

Estaba a tan solo unos pasos de su habitacion y se sintio relajada al entrar. Despues de encender algunas luces, se acerco a la ventana y se quedo mirando el cielo.

Hacia una noche perfecta para ver las estrellas, pero no le apetecia. Ni siquiera con su nuevo telescopio. Se sentia dolida y no sabia por que.

Quiza Jack tuviera razon. Si Andrew fuera tan importante para ella, no llevaria lejos de el seis meses. Pero asi era y le habia resultado relativamente facil. Demasiado facil. Si de veras estuviera enamorada de el, ?no deberia estar desesperada por estar con el?

El encontrar el anillo de compromiso la habia sorprendido. No habia sabido que pensar de su proposicion. Se habia sentido feliz, pero habia decidido que habia llegado la hora de afrontar lo inevitable.

Se habia enterado de que los amigos de Hunter iban a quedarse en la casa. Habia aceptado el trabajo de California y se habia preparado para enfrentarse al hombre que tanto la frenaba en su vida. Una vez se vengara de Jack, estaria bien.

– Eso es lo que esta mal -susurro para si misma-. Todavia quiero castigarlo. Una vez acabe con Jack, podre entregarle mi corazon a Andrew. Sera una semana o poco mas. Entonces, sere feliz.

Jack no pudo descansar en toda la noche. Se dijo que seria por haber tomado cafe, pero sabia que el problema eran las palabras de Meri.

A la manana siguiente, archivo los documentos en su ordenador y abrio el primer cajon de la mesa de su despacho temporal. Habia un sobre dentro, junto a una carta.

La carta llevaba alli desde el primer dia en que habia llegado. Habia reconocido la letra manuscrita como la de Matt.

Por alguna razon, Jack habia evitado la carta. Abrio el sobre y saco la hoja.

Querido Jack:

Cuando lei que Ryan llamaba a este lugar en su nota «la guarida del amor», mi primera reaccion fue reirme. Pero ahora que lo pienso, empiezo a creer que el nombre es bastante apropiado. Oh, y tenia razon cuando escribio que estabamos equivocados en las conclusiones a las que llegamos sobre las mujeres cuando estabamos en la universidad. ?Te acuerdas? Pues ya puedes ir tachandolas. No sabiamos nada de las mujeres.

En cuanto a mi, esto es lo que he aprendido durante mi mes en esta cabana: el trabajo no es lo mas importante, como yo siempre habia creido. Hay cosas muchos mas importantes. Si tienes la suerte de encontrar a la mujer adecuada, de encontrar el amor, no lo dejes escapar. Llena muchisimo mas de lo que el trabajo te podra llenar jamas.

Que pases un buen mes, chaval.

Jack leyo la nota una vez mas. Hacia tiempo que se habia dado cuenta de que no sabia nada de mujeres. Tampoco le importaba, puesto que no buscaba una relacion. En cuanto a Matt y a sus otros amigos, a veces los echaba de menos. Hunter habia sido el que habia conseguido mantenerlos unidos y se pregunto que habria pasado si no hubiera muerto. Sin el, habian seguido caminos separados. Habia momentos en que…

Se puso de pie y sacudio la cabeza. Necesitaba tomar mas cafe para despejarse.

Bajo y se sirvio un cafe. Oyo que Meri y su equipo estaban en el comedor.

– La teoria de cuerdas esta echando a perder la fisica teorica -dijo uno de los muchachos-. Todo tiene que ser definido y explicado, lo que supone perder mucho tiempo. Seguro que hay un por que y un como, pero si no hay una aplicacion practica, ?para que molestarse?

– Porque no puedes saber la aplicacion practica hasta que no entiendas la teoria.

– No es una teoria. Son ecuaciones. Compara la teoria de las cuerdas con cualquier otra cosa. Por ejemplo con…

Siguieron hablando sin que Jack entendiera lo que estaban diciendo. Sabia que la teoria de las cuerdas no tenia nada que ver con cuerdas y si con el universo.

– Todo eso es muy interesante -dijo Meri-. Pero no tiene nada que ver con el proyecto que tenemos entre manos. Vamos, volved al trabajo.

La discusion parecia haber terminado, aunque no estaba seguro.

Jack tomo su taza y salio de la cocina. Hunter podia estar orgulloso de Meri. Se habia convertido en una mujer estupenda.

Saco su telefono movil y apreto el boton de rellamada.

– Tienes que dejar de llamarme -dijo ella a modo de saludo-. Me estas empezando a poner nerviosa. Nos las estamos arreglando bien, podemos hacer el trabajo. Estas aburrido, y deja que te diga una cosa: no me gusta que pagues conmigo tus cambios de humor.

El ignoro sus comentarios.

– Quiero que hagas averiguaciones sobre el hombre que esta saliendo con Meri, Andrew Layman. Su direccion esta en el expediente. Quiero saberlo todo de el. Al parecer, la cosa va en serio, y quiero asegurarme de que Meri no se involucre con un hombre que va tras su dinero.

– Jack, tienes que dejar de espiar a esa mujer. Si estas tan interesado, sal con ella. Si no, sal de su vida.

– No puedo. Es una rica heredera y eso la convierte en un interesante objetivo. Ademas, di mi palabra.

Bobbi Sue suspiro.

– Lo hare, pero solo porque es mi trabajo y porque te respeto.

El sonrio, imaginando lo mucho que a Meri le gustaria su secretaria.

– Tus alabanzas son lo que cuentan.

– Como si me lo creyera. Me llevara un par de dias.

– No me ire a ningun sitio.

– Tienes que salir. Encuentra una mujer, de verdad, Jack. O te lias con Meri o dejas a esa chica en paz. No tienes derecho a hacer esto.

– Tengo todo el derecho.

Aunque Meri no lo supiera, lo necesitaba. Alguien tenia que cuidarla.

Colgo y volvio a la cocina por mas cafe.

– Hola. ?Que tal va tu dia? -pregunto ella entrando en la despensa-. ?Has visto el paquete de lapices que puse aqui? A Colin le gusta usar lapices nuevos. Betina lo encuentra divertido, pero he de decirte que esos caprichos me resultan molestos. Habia una caja entera por aqui…

Jack la oyo revolviendo y de repente la escucho gritar. Se asomo a la puerta de la despensa y la vio agachada junto a la ultima estanteria.

– ?Te has dado un golpe?

– No -dijo ella y lentamente se puso de pie.

Llevaba una caja en la mano, pero no era de lapices. Era una caja de zapatos con pegatinas infantiles de unicornios, estrellas y arco iris.

– Esto es mio -dijo-. Hacia anos que no la veia. La habia olvidado. ?Como ha acabado aqui?

Al no saber de que estaba hablando, Jack se limito a encogerse de hombros.

Meri lo miro con los ojos llenos de lagrimas.

– Son fotos de Hunter y de todos nosotros.

Dejo la caja a un lado de la encimera y la abrio. Habia viejas fotos de un Hunter muy joven frente a una iglesia, probablemente en Europa. Tendria unos catorce o quince anos y rodeaba con su brazo a Meri.

– Dios, cuanto lo echo de menos… -susurro Meri.

Betina entro en la cocina.

– Lapices, Meri. Se supone que tu eres la mas inteligente aqui. No me estaras diciendo que no puedes encontrar un… -Betina se detuvo y miro a Jack-. ?Que esta pasando aqui? ?Que le has hecho?

– Nada -dijo Meri antes de que el pudiera defenderse-. No es por el. Mira.

Betina se acerco y tomo la foto.

– Eres tu y… ?Hunter?

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