encontrare otro trabajo cuando vuelva a casa.

– Esa es una actitud muy arrogante -la reprendio su madre-. Te educamos mejor que eso.

– Mama, se que estas preocupada. Y lo aprecio. Pero tengo veinticuatro anos. Es hora de que me permitais vivir mi vida. Si cometo errores, aprendere de ellos.

Su madre se quedo boquiabierta, y tambien su padre. Emma se aprovecho del silencio y le sonrio a uno de los criados.

– Indiqueles el camino -le pidio, y entrelazo los brazos con los de sus padres-. Os va a encantar este sitio. Las habitaciones son increibles. Y las vistas… son mejores de las que teniamos en Galveston.

Su madre suspiro.

– Esto no me gusta, Emma. No eres tu.

– Lo se. Pero por lo que puedo decirte, no tengo eleccion. El rey tiene que dar su permiso para que un principe se divorcie. Asi que estoy atrapada en este lugar hasta entonces.

Dos meses con Reyhan. ?Que depararia ese tiempo? ?Aprenderia a comprender al hombre con quien se habia casado por impulso? ?Estaria ansiosa por marcharse cuando llegara el momento? ?O se encontraria a si misma enamorada? Y en este ultimo caso, ?sentiria el lo mismo o aun querria librarse de ella para poder casarse con otra mujer?

Reyhan no volvio a sus oficinas, sino que se dirigio hacia los garajes y salio a dar una vuelta en un todoterreno. Una hora mas tarde, rodeado por el desierto, salio del vehiculo y elevo el rostro al cielo ardiente de la tarde.

Queria gritar de frustracion, romper algo, lo que fuera. Queria viajar hacia el norte, internarse en la tierra hostil y convertirse en otra persona.

Dos meses. Era una eternidad. ?Como podria sobrevivir pasando sus dias y noches con ella? ?Como podria estar a su lado y no tocarla?

La noche anterior habia sido sublime. Un milagro. Cuando la dejo en la cama por la manana, solo podia pensar en lo mucho que la deseaba. Tenerla solo habia incrementado su necesidad. Y cuando ella entro en su despacho, el tuvo que aferrarse a su fuerza de voluntad para controlarse. Unos minutos mas y…

– ?Soy el principe Reyhan de Bahania! -Le grito al cielo-. Soy un hombre de poder.

Y sin embargo, en presencia de una sola mujer era debil. Seria capaz de hacer lo que fuera, de ir a donde fuera, de arriesgar su vida incluso, por Emma.

Se apoyo en el costado del vehiculo. Tenia que haber una solucion en alguna parte. Una respuesta, un modo para sobrevivir dos meses junto a ella sin volverse loco. No podia ceder al deseo y llevarsela a la cama. Si lo hacia, nunca podria dejarla marchar. Y si ella se quedaba…

Aspiro hondo y considero la posibilidad. Hacer que se quedara era amarla. Entregarle su corazon y su alma. Y si eso ocurria, seria tan solo la cascara de un hombre. Una criatura sin espiritu… un parasito.

?No! Eso nunca sucederia. Conseguiria dominar la situacion. Encontraria las fuerzas para apartarse de ella. Y cuando llegara el momento, la dejaria marchar. Era el unico camino. La alternativa era impensable.

Emma fue con sus padres a la suite de invitados. Era similar a la que ella habia ocupado, e incluso los conservadores George y Janice Kennedy quedaron asombrados.

– Se puede ver el oceano desde aqui -dijo su madre, mirando por las puertas del balcon.

– Es el Mar de Arabia -le dijo Emma-. Bahania tiene unas playas preciosas. El turismo es una importante fuente de ingresos.

Su padre abrio la maleta que uno de los criados habia dejado sobre la cama.

– No puedo creer que quieran deshacer el equipaje por nosotros. Como si fueramos invalidos o algo parecido.

– No es porque crean que sois incapaces -respondio Emma-. Es parte del servicio.

– Siempre me he ocupado de cocinar y limpiar – le recordo su madre-. Nunca he entendido a esas mujeres que pagan a otra persona para que les limpie su suciedad. No esta bien -presiono los labios y los ojos se le llenaron de lagrimas-. Nada de esto esta bien.

Emma la tomo de la mano y la llevo a la sala de estar. Su padre las siguio. Los dos se sentaron en el sofa y ella se acomodo en la butaca, frente a la mesa baja de cristal.

– Tenemos que hablar de ello.

Su madre saco un panuelo con bordes de encaje de la manga.

– No hay nada que decir. Ese hombre fue un problema antes y lo es ahora.

– No te angusties, Janice -le dijo George suavemente-. Ahora estamos aqui y nos aseguraremos de que nuestra nina este a salvo.

– Lo se. Es solo… Este lugar. Es tan grande y lujoso…

– El palacio es totalmente increible -dijo Emma, intentando no dejarse afectar por las lagrimas de su madre. El rey Hassan tenia razon. Debia empezar a tomar decisiones por si misma-. Todo esto esta sucediendo ahora porque no aclaramos las cosas hace seis anos.

Su padre solto un suspiro.

– Eso ya esta superado, gatita.

El apelativo familiar la hizo ponerse rigida. Siempre le habia encantado que su padre la llamara asi, pero ahora no estaba tan segura. Una gatita no era alguien a tener en cuenta.

– Deberiais haberme contado lo que estaba pasando – dijo tranquilamente-. Tenia derecho a saber que Reyhan habia intentado verme.

Su madre se dispuso a replicar, pero Emma alzo una mano para detenerla.

– Si era lo bastante mayor para casarme, tambien lo era para saber la verdad.

– Pero te habrias fugado con el -chillo su madre-. Y nunca te habriamos visto.

– ?De eso se trata? ?De mantenerme cerca de vosotros?

Sus padres se miraron entre ellos y luego a ella.

– Solo queriamos lo mejor para ti -dijo su padre-. Te queremos.

?Por que durante tanto tiempo habia temido desafiarlos?, se pregunto Emma. Solo eran personas. Desencaminadas, tal vez, pero habian hecho lo que consideraban correcto. Sus motivaciones habian sido egoistas, pero solo porque la querian mucho.

– Emma, deberiamos haberte dicho lo del dinero -admitio su madre-. Era una fortuna. No se trata de que Reyhan fuera una mala persona; simplemente, no nos gustaba. Estabas muy triste y deprimida. Y cuando volviste a ser feliz, quisimos que lo siguieras siguiendo. Por eso no te lo contamos.

Emma no sabia que sentir. Dolor por lo que podia haber sido. Aunque, ?habrian tenido Reyhan y ella alguna oportunidad seis anos atras? A los dieciocho anos apenas era capaz de cuidar de si misma. ?Como habria podido tratar a un marido, y quiza a un hijo?

– Ya esta hecho -dijo, deseando seguir adelante-. No podemos cambiar el pasado, y ahora tenemos que enfrentarnos a una nueva situacion.

– No puedo creer que el rey quiera retenerte aqui durante dos meses -se quejo su madre-. Eso es propio de barbaros. Emma sonrio.

– Puedes llamarlos muchas cosas, pero eso no. Ademas, quiero tener la oportunidad de conocer a Reyhan de nuevo.

Sus padres intercambiaron una mirada de angustia y panico.

– ?Te parece que es tan buena idea, gatita? -le pregunto su padre.

– No lo se. Una vez lo ame.

– Solo eras una cria.

– Legalmente era una mujer adulta -respondio ella, aunque en el fondo sabia que solo habia sido una cria-. Pero esa no es la cuestion. Como el rey Hassan ha dicho, hubo algo que nos impulso a casarnos.

– Todos sabemos cual fue la razon de Reyhan. Ese hombre es un animal.

Emma penso en la noche anterior. La verdad era que no le importaba nada que fuese un poco animal.

– Vosotros os habeis amado durante cincuenta anos. ?No quereis lo mismo para mi?

– No con el -dijo su padre-. ?No puedes buscar a un buen chico en casa? Emma, solo tienes veinticuatro anos. Falta mucho tiempo para que debas casarte.

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