– Es cierto. Zara se resistio a ser una princesa durante muchisimo tiempo.
– Igual que tu -le recordo Zara.
– Pero por otras razones. Tu eras princesa de nacimiento. Sadik quiso que yo lo fuera mediante el matrimonio.
Emma estaba confundida.
– ?No querias casarte con el? Pareces estar muy enamorada.
– Es una historia muy complicada -respondio Cleo-. La dejaremos para otro momento -se inclino sobre el respaldo del sofa de su suite y observo a Calah-. Es la mejor nina del universo. Nunca llora y duerme como los angeles, y estoy segura de que su coeficiente de inteligencia es de doscientos, por lo menos.
Sabrina y Zara pusieron una mueca de resignacion. Emma se echo a reir.
– Es muy lista -dijo Cleo, ofendida-. Esperad a que nazcan vuestros bebes y entonces me entendereis.
– Desde luego, Cleo -dijo Sabrina-. Seguro que nos volveremos tan tontas como tu.
– Burlate de mi lo que quieras, pero ya veras.
– Ten cuidado -le advirtio Sabrina a Emma-. Hay algo en este palacio. Toda la mujer que entra se queda embarazada.
Las tres mujeres se echaron a reir. Emma intento unirse a ellas, pero no lo consiguio. Era dificil bromear cuando acababa de recordar que Reyhan y ella no habian usado proteccion al hacer el amor.
Aspiro hondo e intento calmarse. Solo lo habian hecho una vez. Un rapido calculo mental le dijo que la fecha habia sido relativamente segura. No era probable que estuviera embarazada.
Y viendo como el la estaba evitando, tampoco era probable que tuviera una segunda oportunidad para estarlo.
Deberia alegrarse por no tener que enfrentarse a un embarazo inesperado. Lo malo era que podia imaginarse muy facilmente con el bebe de Reyhan. Abrazandolo y henchida de amor. Seria algo maravilloso.
Sabia que Reyhan queria hijos, pero no con ella. Pero ?por que? Anos atras habia estado mas que dispuesto a casarse con ella. ?Por que ahora no? Emma no creia que hubiera otra mujer en su vida. El mismo habia dicho que aceptaria un matrimonio de compromiso. ?Entonces…?
– La Tierra llamando a Emma -dijo Zara-. ?Sigues con nosotras?
Emma parpadeo y vio a las tres mujeres mirandola.
– Lo siento. Estaba perdida en mis pensamientos.
– Apuesto a que se quien protagonizaba esas fantasias -dijo Sabrina en tono burlon-. Seria muy romantico si no fuese mi hermano. Emma sintio que se ponia colorada.
– No, en serio. No pensaba en nada en particular. Nunca se le habia dado bien mentir, asi que no se sorprendio de que ninguna la creyera.
– Tal vez haya algo mas que no sabemos -dijo Cleo-. Podria ser interesante.
– Nos encantaria que formaras parte de nuestra hermandad de princesas -le dijo Zara-. Piensalo.
– Gracias.
Apreciaba esa invitacion mas de lo que podia decir. Siempre habia querido tener una hermana. Pero quedarse o no en el palacio no dependia solo de ella. Reyhan tenia la ultima palabra, y parecia demasiado ansioso por echarla de su vida.
Capitulo 10
Dos dias mas tarde, Emma acompano a sus padres a las caballerizas. El rey le habia sugerido a Reyhan que los llevara al desierto para ensenarles la belleza natural de Bahania. Emma estaba segura de que su marido habia accedido solo porque no tenia eleccion. Desde aquella unica noche que compartieron habia dejado claro que estar en su compania le resultaba tan agradable como una operacion a corazon abierto.
Lo que mas le dolia a ella era que sus sentimientos eran todo lo contrario. No podia dejar de pensar en como seria compartir con el otras cosas ademas de la cama. Queria hablar con el, conocerlo, reir, bromear, construir recuerdos en comun. Queria que la estrechara entre sus brazos en vez de ponerse rigido cada vez que estaban cerca.
– ?Estas segura de que no hay peligro? -Le pregunto su madre de camino a las caballerizas-. ?No hay ladrones y piratas en el desierto?
– Los piratas estan en el oceano -dijo su padre amablemente.
– Pero ?y los ladrones? ?Que pasa con ellos? Emma reprimio un suspiro. Queria mucho a sus padres, pero en los dos ultimos dias habian empezado a sacarla de sus casillas. No estaban abiertos a las nuevas experiencias, y a pesar de las maravillas del palacio, seguian insistiendo en lo mucho que deseaban volver a casa.
Pero en esos momentos lo mas preocupante no eran sus padres, sino el hecho de que Reyhan los esperaba junto a las cuadras. Al verlo, Emma sintio que el corazon se le desbocaba y que los muslos empezaban a temblarle.
– Buenos dias -los saludo el. Llevaba botas de montar, pantalones negros y una camisa blanca y holgada. A pesar de su pelo corto y rostro recien afeitado, parecia tan peligroso como los piratas que aterrorizaban a su madre.
Pero por muy atractivo que lo encontrara, el no parecio devolverle el interes. Ni siquiera la miro a los ojos. Senalo un gran todoterreno descapotable con tres filas de asientos.
– Estaran muy comodos en nuestra excursion al oasis.
– ?Es seguro? -Pregunto Janice-. ?Hay muchos salvajes y ladrones sueltos por ahi fuera?
– Mama -la reprendio Emma-, Bahania es un pais civilizado.
– Las leyes del desierto obligan a ofrecer hospitalidad a todos los visitantes -dijo Reyhan con expresion inmutable-. Mi pueblo les dara la bienvenida y los tratara como invitados de honor -hizo un gesto hacia el vehiculo, invitandolos a subir.
Los padres de Emma intercambiaron una mirada antes de subir con cuidado al vehiculo. Ella no se movio. Queria algo mas que una excursion impersonal con un hombre que se esforzaba por convertirse en un desconocido.
– Creia que ibamos a montar -dijo.
El la miro por primera vez aquella manana, y ella sintio el impacto de su mirada.
– ?Sabes montar?
– He recibido algunas lecciones -respondio ella. Cuando tenia doce anos.
Reyhan la observo en silencio unos segundos. ?Cuando se habia vuelto de piedra?
– Espera aqui -dijo finalmente, y entro en las cuadras.
– Emma, ?que ocurre? -pregunto Janice, preocupada.
– Reyhan y yo vamos a montar.
Sus padres se removieron en sus asientos.
– No puedes.
– Claro que puedo. Sera divertido.
– ?Cuando te has vuelto tan aventurera? -pregunto su padre con el ceno fruncido.
– No lo se -admitio ella.
Reyhan volvio, tirando de un hermoso semental blanco. Emma no sabia mucho de caballos, pero habia oido rumores.
– ?No crees que sera demasiado para mi? -pregunto, intentando no retroceder mientras Reyhan se acercaba con el caballo. De cerca el animal parecia inmensamente grande.
– Tiene mucho caracter, pero es muy afectuoso con las damas.
El caballo movio la cabeza y parecio observar a Emma de arriba abajo. Era tan grande que podria aplastarla contra el suelo con un casco.
– Genial -murmuro ella-. Un caballo sexista. ?Como se llama?
– Principe.
– Que apropiado.
Se acerco al animal y le acaricio el hocico. Principe froto la cabeza contra su brazo, le dio un pequeno