tenerla tan cerca. ?Que haria con ella?
La solucion mas logica seria mantenerla como amante. Tenerla cerca y…
No. No podia hacerlo… Tenia que casarse. Asi que la solucion mas sencilla era que Victoria no estuviese embarazada. Eso seria lo mejor para todo el mundo.
– Todavia no he decidido lo que hare con ella. Lo decidire despues de la ceremonia. Si se marcha, las candidatas a esposas tendran que esperar a que se haya ido para venir.
Los ancianos intercambiaron opiniones y Zayd volvio a levantarse.
– ?Deseas casarte con ella? Aunque la tradicion y la politica sugieren otro tipo de mujer, Victoria ha demostrado merecer la pena. Su trabajo con Rasha ya ha dado esplendor a nuestro pueblo. Fue sabia con respecto a Sa’id. Es fuerte y compasiva. Si deseas casarte con ella, no nos opondremos.
?Casarse con ella? Imposible. Casarse con ella seria…
Entonces entendio por que estaba tan furioso. Victoria habia deseado quedarse alli, pero por la seguridad. En realidad, no lo amaba.
– No me casare con ella -respondio.
– Ya veo -dijo, habia decepcion en su voz-. Como desees.
– Si quiere quedarse en el pueblo, podria casarse con otro hombre -sugirio otro anciano.
– No -se nego Kateb-. Nadie podra tenerla.
Se dio cuenta de que su postura era ridicula, pero sabia que no se podia confiar en ella. Habia intentado enganarlo, pero el era mas inteligente y encontraria el modo de castigarla.
Sentada en el jardin del haren, Victoria deseo poder quedarse alli siempre. Ella sola, con los loros, y tal vez un perro, que la quisiese y la apoyase incondicionalmente. No como Kateb, que la habia rechazado.
Esa manana habia empezado a dolerle el vientre y habia sabido que, en un par de dia, tendria el periodo, la prueba que necesitaba Kateb para dejarla marchar.
No sabia adonde iria despues, solo sabia que echaria mucho de menos a Kateb.
Este aparecio de repente en el jardin.
– Tenemos que hablar -anuncio.
– Como desees.
El empezo a andar de un lado a otro, parecia furioso, nervioso.
– Deberias haberme dicho que te interesaba quedarte aqui. Si hubieses sido sincera conmigo, podriamos haber llegado a un acuerdo. Pero has intentado enganarme.
Victoria no entendio lo que le estaba diciendo. Poco a poco, fue encontrando el significado de sus palabras. Se puso en pie, enfadada.
– ?Me estas diciendo que lo he estropeado todo al decirle que te queria?
– Si. Por supuesto.
– ?Por supuesto? -grito ella-. ?Te parece un problema que alguien quiera entregarte su corazon? Estas loco. ?No se te ha pasado por la cabeza que puede ser la verdad? ?Que puedo estar enamorada de ti?
El no contesto. No hacia falta.
– Ya veo que no.
Kateb abrio la boca para hablar, pero ella lo detuvo.
– No. No digas nada. No. Espera. Lo retiro. Dime que he hecho para que pienses asi de mi, porque no lo entiendo. ?A quien he hecho dano? ?Cuando he sido tan mala que ni siquiera se te ha ocurrido pensar que pueda sentir algo por ti? ?Con Rasha? ?Con Sa’id? ?He robado? ?He mentido? ?Acaso no he dado todo lo que tenia?
– No puedo-dijo el en voz baja.
– No puedes porque sigues pensando en lo que paso hace cinco anos. Fue horrible, lo se. Y respeto que amases a Cantara, pero tu todavia no estas muerto y sigues teniendo una vida.
– Tu no eres quien para decir eso -grito el-. No quiero esto. Me casare porque es mi obligacion, pero sera diferente. Un matrimonio de conveniencia.
– ?Es eso lo que Cantara habria querido? ?Estaria orgullosa de ti en estos momentos?
– ?No hables de ella!
– No volviendo a amar, no vas a conseguir que vuelva.
– Eso no es asunto tuyo.
– Claro que lo es. Te quiero y no me crees. ?Como que no es asunto mio? Tal vez no sea lo que tu querias, pero lo cierto es que te estas negando a vivir porque te da miedo volver a sufrir.
– ?No!
– Si. Eso es. Te quiero, Kateb. Puedes negarte a escucharme, pero eso no cambiara la verdad. Te quiero y quiero que seas feliz, aunque no sea conmigo. Pero lo que estas haciendo esta… mal. Es cobarde. Pense que los lideres debian dar ejemplo, pero en tu caso veo que no es asi.
El no respondio. Simplemente se marcho y volvio a dejarla sola.
Ella volvio a sentirse dolida, aunque tenia la esperanza de que Kateb lo entendiese.
Supuso que la buena noticia era que tenia que sentir algo por ella, si no, no se habria enfadado tanto cuando le habia dicho que lo queria. Si no le hubiese importado nada, la habria mantenido alli.
Pero el saber que sentia algo por ella y que no queria reconocerlo solo sirvio para entristecerla mas. Se toco el vientre. Le dolia. Todo terminaria muy pronto y no volveria a ver a Kateb nunca mas.
Asi que Victoria empezo a hacer las maletas esa misma tarde. Para poder marcharse en cuanto llegase el momento.
Tendria que volver al mercado por ultima vez. No le diria a nadie que se marchaba, pero la visita seria su manera de despedirse. Tal vez comprase otro par de pendientes de la tienda de Rasha, como recuerdo del pueblo. No necesitaria nada para acordarse de Kateb. Tenia la sensacion de que jamas lo olvidaria.
Iba por la segunda maleta cuando Yusra entro corriendo en el haren. Parecia furiosa.
– ?Que te ocurre? -le pregunto Victoria.
– Alguien ha retado a Kateb. Tenemos que hacer algo.
– ?Que?
– Es la tradicion. Kateb fue elegido, pero hasta el momento de ser nombrado, alguien puede enfrentarse a la decision de los ancianos. Tendran que luchar por el puesto.
– ?Como?
– Con sables. En el ruedo. El ganador sera el siguiente lider. Gana el hombre que sobrevive. Es una lucha a muerte.
Capitulo 12
– ?No! -exclamo Victoria-. No puede luchar a muerte. ?Y si pierde? Tenemos que hacer algo.
– No podemos. La tradicion exige la lucha.
– ?Quien lo ha retado? ?Y si es un luchador que lleva anos practicando? -intento contener las lagrimas-. Tenemos que evitarlo.
– No podemos. Si Kateb rechaza el reto, el otro hombre gana. Y, lo que es peor, Kateb queda como un cobarde -Yusra le dio una palmadita-. Es un buen luchador.
– ?Cuando fue la ultima vez que lucho a muerte con una espada? ?Que le pasa a tu pueblo? ?Por que no convocais elecciones como todo el mundo?
Kateb no podia morir.
– Solo hay una solucion. Si uno de los luchadores es herido, alguien puede salir al ruedo a ocupar su lugar. Y morir por el.
?Quien iba a querer morir por Kateb?
– De verdad que me gustaba vivir aqui hasta ahora -dijo Victoria-. Te juro que, si sobrevive, hare que cambie la ley. Cueste lo que cueste -en ese momento le dolio el vientre, como si quisiese recordarle que no le quedaba mucho tiempo.