Duncan estaba haciendo cafe, ya duchado y vestido. En una manana normal se habria marchado a trabajar, pero aquella manana nada era normal.

Annie habia pasado alli la noche.

Habia varios problemas con esa frase. Normalmente, el preferia pasar la noche en casa de una mujer para poder controlar cuando se iba. Pero entre las mellizas, Kami y el que seria seguramente un dormitorio muy pequeno, era mejor que estuvieran alli.

Ademas, lo de la noche anterior no habia sido planeado. Cuando Annie y el firmaron el acuerdo le habia prometido que no estaba interesado en acostarse con ella…

Aparentemente, estaba mintiendo.

Y, aunque hacer el amor con Annie habia sido fantastico, le preocupaba lo que pasara a partir de aquel momento.

Annie no era como las demas mujeres que conocia y no era el tipo de chica dado a aventuras sin importancia. ?Pensaria que habia sido algo mas que eso? ?Esperaria algo mas? El no queria hacerle dano.

Oyo pasos que se acercaban y, poco despues, Annie entro en la cocina con el mismo vestido que habia llevado el dia anterior. El pelo aun mojado de la ducha, el rostro libre de maquillaje. Tenia un aspecto inocente, juvenil. No parecia la mujer que se habia rendido tan apasionadamente unas horas antes.

– Pareces nervioso -le dijo mientras tomaba una taza del armario y se servia un cafe-. ?Temes que espere una proposicion de matrimonio?

– No.

?Una proposicion?

Annie sonrio.

– Yo creo que una ceremonia sencilla seria lo mejor en estas circunstancias. Las mellizas y Kami querran ser damas de honor y…

Duncan habia pensado que estaria incomoda, disgustada o avergonzada. Pero se habia equivocado por completo.

– ?Y llevaras un vestido blanco, querida?

Ella suspiro.

– Estaba intentando ponerte nervioso.

– Ya lo se.

– Se supone que deberias haberte dado un susto.

Riendo, Duncan la beso.

– La proxima vez.

– Pues mientras tu roncabas, yo he tenido que llamar a Jenny para explicar por que no he dormido en casa. Por supuesto he evitado mencionar que me habia acostado contigo, pero no son tontas y…

– ?Y por que tenias que llamar?

– Porque no he dormido en casa y sabia que estarian preocupadas.

– La vida es mas facil sin familia.

– No seas cinico, hombre. Una llamada de telefono es poca cosa a cambio de tener a mis primas. Y no finjas no entenderlo porque no me lo creo.

Duncan lo entendia, pero no estaba de acuerdo en que tuviese que pagar precio alguno por estar acompanada.

– Bueno, ahora las chicas ya saben algo de tu vida sexual.

Algo que a Duncan no le interesaba en absoluto. No porque le cayesen mal sino porque eso era dar demasiada informacion.

– Dime que no han hecho ninguna pregunta.

– Solo si hemos usado preservativo -Annie intentaba fingir que era algo normal, pero Duncan vio que se habia puesto colorada.

Si, Annie McCoy era una interesante combinacion de timidez, determinacion, fuerza y fidelidad.

– ?Y que les has dicho?

Ella se aclaro la garganta.

– Que hemos usado… tres.

– ?Y que ha contestado Jenny?

– Ha colgado.

Los dos soltaron una carcajada.

Annie estaba muy guapa a la luz del sol. Su melena rizada parecia brillar como un halo alrededor de su cara. Tenia los labios un poco hinchados de sus besos, las mejillas aun coloradas. La suya era una belleza serena, penso. Y envejeceria bien. Seria incluso mas guapa a los cincuenta anos. De haberla conocido antes de conocer a Valentina seguramente se habria sentido intrigado por las posibilidades… o tal vez no. Tal vez el atractivo de una chica mala habria sido mas fuerte. Tal vez habia tenido que sufrir para aprender la leccion.

Y la habia aprendido, desde luego. No confiar en nadie, no regalar nada y nunca, en ninguna circunstancia, arriesgar el corazon.

– Tu sabes que esto no puede ser mas de lo que es.

Annie tomo un sorbo de cafe.

– ?Es tu manera de decirme que no me haga ilusiones? ?Que esto es un simple acuerdo de conveniencia y nada mas?

– Algo asi -asintio el-. Cuando terminen las fiestas, nuestro acuerdo terminara tambien.

– Nunca habia tenido una relacion con fecha de caducidad -dijo ella, mirandolo a los ojos con un esbozo de sonrisa-. No pasa nada, Duncan. Conozco las reglas y no voy a intentar cambiarlas.

– No se si creerte. A ti te gustan los finales felices.

– Es lo que quiero -admitio Annie-. Quiero encontrar a alguien a quien ame y respete. Un hombre que quiera estar conmigo, claro. Quiero tener hijos y un perro y hasta un hamster. Pero ese no eres tu, ?verdad?

– No, no soy yo.

Anos atras, tal vez. Ahora, el precio era demasiado alto. El solo jugaba para ganar y en el matrimonio no habia garantias. Valentina le habia ensenado eso.

– Se supone que no deberiamos habernos acostado juntos.

– Lo se -dijo Duncan. Pero no sabia si estaba tomandole el pelo o enfadada-. ?Quieres que me disculpe?

– No, quiero que me prometas que cuando esta relacion termine no me diras que quieres que seamos amigos. Se terminara y punto, tienes que prometerlo.

– No seremos amigos -le prometio el. Y luego, de repente, se sintio absolutamente perdido. Annie era una de las pocas personas que le gustaban de verdad y la echaria de menos. Pero tendria que dejarla ir.

Annie paso el dia intentando no sonreir como una idiota. No le preocupaba que sus alumnos se dieran cuenta, pero sus companeros si. Porque si se daban cuenta empezarian a hacer preguntas y ella no mentia bien. Probablemente una buena cualidad, se dijo a si misma mientras metia el coche en el garaje. En circunstancias normales, claro.

Mientras iba hacia el buzon sintio que le dolian todos los musculos, incluso musculos que no creia poseer. Pero no le importaba. Era un dolor que no le molestaba en absoluto y que le recordaba lo que habia pasado la noche anterior con Duncan.

No lo lamentaba, penso. Estar con el habia sido espectacular y habian hecho cosas que no creia posibles. Estar entre sus brazos le habia ensenado lo que queria de la vida. No solo un gran amor, sino tambien una gran pasion. Con Ron y AJ. habia tenido que conformarse… no se habia dado cuenta hasta ese momento, pero era la verdad. Y no volveria a conformarse nunca.

– Grandes palabras para alguien que ni siquiera esta saliendo con un hombre -murmuro, mirando el correo.

Pero al ver uno de los sobres hizo una mueca. Era de la universidad de Jenny, seguramente para recordarle que tenia que pagar la matricula. Mientras lo abria, se pregunto de donde iba a sacar el dinero. Todo era tan caro. Tal vez despues de las vacaciones deberia buscar un trabajo por la tarde. Uno que…

Annie miro el papel, el que decia que la matricula habia sido pagada.

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