Desde que Duncan y ella habian llegado a «un acuerdo».
Tim la miro, sus ojos azules brillantes de furia.
– No tenias ningun derecho…
– ?No tengo derecho a ayudarte? Tu te has metido en este aprieto, Tim. Le has robado dinero a tu jefe. ?Como has podido hacer algo asi?
El bajo la mirada.
– Tu no lo entenderias.
– No, desde luego que no lo entenderia. Lo que entiendo es que tienes un serio problema. Es esto o la carcel, Tim.
– Gracias a ti.
Annie se puso en jarras, furiosa.
– Yo no soy quien va a Las Vegas a jugarse un dinero que no es suyo. Y no soy yo quien le dijo a Duncan Patrick que esta casa era tuya. Has robado y has mentido, Tim. Lo has arriesgado todo como un irresponsable…
– Tu eres mi hermana. Se supone que debes ayudarme, no meterme en una institucion. ?Que diria mama?
Un golpe bajo, penso ella, mas resignada que furiosa.
– Mama estaria muy decepcionada contigo. Te diria que es hora de crecer y aceptar tus responsabilidades de una vez.
Tim no parecia afectado en absoluto.
– No tiene por que ser asi. Podrias hipotecar la casa… de todas formas, la mitad es mia.
– La mitad era tuya -le recordo Annie-. Yo compre tu parte, ?o es que no te acuerdas? Mira, estoy cansada de discutir contigo. Siempre he cuidado de ti y tu nunca me lo has agradecido ni has intentando cambiar.
– Tienes que hipotecar la casa -insistio el, dando un paso adelante-. Tienes que hacerlo quieras o no. ?Me oyes?
Annie lo miro, sorprendida. Pero antes de que pudiese decir nada, Duncan entro en el salon.
– ?McCoy!
Tim se volvio para mirar a su jefe.
– ?Que hace aqui? -exclamo, perplejo.
– Tengo una cita con tu hermana.
– ?Vas a salir con el, Annie?
Ella asintio con la cabeza y Tim sonrio, con expresion amarga.
– Ah, claro, ahora lo entiendo todo. A mi me encierras en una clinica mientras tu lo pasas bien. Que bonito. Y luego dices que lo haces por mi…
Esa acusacion le dolio como una bofetada.
– No sabes lo que estas diciendo. Estoy intentando salvar a mi familia, algo que a ti te importa un bledo.
Duncan tomo a Tim del brazo.
– Tu hermana tiene razon. Debes ingresar en la clinica manana a las nueve o la policia ira a buscarte.
El miro de uno a otro, colerico.
– Os habeis puesto de acuerdo. ?Me has vendido a este canalla? Maldita sea, Annie…
– Ya esta bien, McCoy. Es hora de que te marches. Y recuerda, te esperan manana a las nueve en la clinica.
– ?Para que esperar? -replico Tim, soltandose de un tiron-. Ingresare ahora mismo.
– Seguramente sera lo mejor.
– ?Es que no te importo nada, Annie?
Ella se nego a contestar. Su hermano intentaba manipularla como habia hecho tantas veces y, hasta aquel dia, habia sido incapaz de ponerse firme. Pero tal vez habia llegado el momento de hacerlo.
– Buena suerte, Tim. Espero que puedan ayudarte en la clinica.
Su hermano la fulmino con la mirada.
– Da igual. En cualquier caso, no te perdonare nunca.
Capitulo Tres
Annie iba sentada a su lado, en silencio, pero a Duncan le llegaba su perfume. Y de vez en cuando la oia suspirar.
– ?Estas enfadada conmigo o con Tim?
– ?Que? -murmuro ella, distraida-. Con ninguno de los dos. Le agradezco mucho su ayuda, senor Patrick. Y Tim tambien se lo agradecera algun dia, estoy segura.
El no estaba de acuerdo, pero se habia equivocado antes. Tal vez la clinica de rehabilitacion era lo que Tim McCoy necesitaba. Y si no, tarde o temprano acabaria en la carcel.
– Le he estado llamando toda la semana -admitio Annie-. Intentando explicarselo, pero no lo habia visto hasta hoy. Y esta tan enfadado…
– Tu sabes que te ataca porque es lo mas seguro, ?no? No es capaz de admitir que tiene un problema, asi que culpa a todo el mundo menos a si mismo.
– Lo se, pero no es facil escuchar ciertas cosas.
Tim era muy afortunado por tener una hermana como ella, penso Duncan. Aunque tampoco lo reconoceria.
– Intenta animarte.
– Si, claro no se preocupe, hare mi trabajo como habiamos quedado -Annie se mordio los labios-. De todas formas, a mi estas cosas no se me dan bien.
Mal momento para reconocer eso, penso Duncan, divertido por su sinceridad.
– ?Ir a fiestas? No hay mucho que hacer, estar guapa y mirarme con gesto embelesado. Tu has estado en la universidad, no creo que esto te resulte dificil.
– Es algo mas. ?O es que no se espera que hable con nadie?
– Tampoco creo que tengas ningun problema para hablar con nadie.
– Si, bueno, usted da menos miedo que un salon lleno de gente, senor Patrick.
– Por cierto, deberias empezar a llamarme Duncan y no senor Patrick.
Annie suspiro de nuevo y el sonido le gusto. Era
Duncan interrumpio tales pensamientos. Annie McCoy era muchas cosas, ?pero
Entonces miro sus muslos bajo la falda corta. En fin, el adjetivo se le podia aplicar perfectamente, pero eso no era lo importante. La habia contratado para hacer un papel, nada mas. Ademas, no era su tipo.
– Duncan -repitio ella.
El giro la cabeza y sus ojos se encontraron. Los de ella azules, grandes, rodeados de largas pestanas. Llevaba el pelo diferente, penso, recordando sus rizos. Aquella noche caia en suaves ondas por debajo de los hombros. Muy elegante. Aunque el preferia los rizos. El vestido era apropiado y destacaba sus curvas… por no hablar de los muslos.
– Estas muy guapa.
Annie tiro del bajo del vestido.
– Fue idea de Cameron. Es estupendo, por cierto. Muy divertido y lo sabe todo sobre moda. Hizo una lista para que supiera con que zapatos iba cada vestido.
– Cameron sabe mucho de estas cosas.
– Me dijo que habiais sido companeros en la universidad.
Duncan rio.
– Eso fue hace mucho tiempo. Admito que fue el primer homosexual que habia conocido y que al principio no me hizo mucha gracia tenerlo como companero de habitacion.