– ?Por que esperar hasta el mediodia cuando puedes irte ahora mismo? -Apreto el tubo de pasta dentifrica sobre el cepillo de dientes.

– Te lo dije ayer. No voy a irme sin los ninos.

No podia trabajar y cuidar de los ninos al mismo tiempo, los dos lo sabian, asi que ?por que estaba haciendo eso? El tambien sabia que ni todo un ejercito de despiadados maridos podria separarla de sus hijos. Estaba intentando forzarla para que regresase a Zurich.

– De acuerdo, llevatelos. Necesito unas vacaciones. -Empezo a lavarse los dientes como si nada en el mundo le importase.

Reflejado en el espejo, le vio parpadear tras sus gafas. No se lo esperaba. Se percato de que no habia tenido tiempo de afeitarse. Ella adoraba el olor de su piel por las mananas, y le encantaba apretar la cara contra su cuello.

– Esta bien -dijo el quedamente.

En un arrebato de sadomasoquismo, Tracy dejo el cepillo de dientes y abarco su vientre con las manos.

– Excepto este. Creo que estamos de acuerdo. En cuanto nazca, sera solo mio.

Por primera vez, el no pudo sostenerle la mirada.

– Yo no… yo nunca he dicho eso.

– Disculpa no aceptada. -Escupio en la pica y se aclaro la boca-. Creo que recuperare mi apellido de soltera… para mi y para el nino.

– Tu odias tu apellido de soltera.

– Si. Vastermeen es un apellido horroroso. -El la siguio camino del dormitorio, ofreciendole la oportunidad de hacerle dano, y lo hizo-. Recuperare el apellido Gage. Siempre me ha gustado como sonaba Tracy Gage. -Aparto una maleta-. Espero que sea un nino para poder llamarle Jake. Jake Gage. Es un nombre muy fuerte.

– Fuerte como el infierno.

Finalmente, habia conseguido atravesar su muro de indiferencia, pero el hecho de herirle no le hizo sentir mejor. Al contrario, tuvo ganas de llorar.

– ?Cual es la diferencia? Tu no querias a este nino, ?lo recuerdas?

– Que no me hiciese feliz tu embarazo no significa que no fuese a aceptar al nino.

– ?Y se supone que tengo que estar agradecida?

– No voy a pedir perdon por mis sentimientos. Maldita sea, Tracy, siempre me has acusado de no estar en contacto con mis emociones, pero las unicas emociones con que tu quieres que me mantenga en contacto son las que te gustan. -Ella penso que, por fin, iba a perder una pizca de su autocontrol, pero el no tardo en recuperar su tono frio, carente de emociones, que a ella tanto le molestaba-. Tampoco deseaba a Connor, pero ahora no puedo imaginarme la vida sin el. La logica dice que acabare sintiendo lo mismo por el nuevo bebe.

– Gracias a Dios por la logica. -Recogio su banador de una pila de ropa que habia en el suelo.

– Deja de comportarte como una nina. La autentica razon de que estes enfadada es que no has recibido la suficiente atencion, y Dios sabe lo mucho que te gusta que te presten atencion.

– Vete al infierno.

– Antes de que nos fuesemos de Connecticut sabias que iba a estar todo el tiempo trabajando.

– Pero olvidaste mencionar que ibas a ser infiel.

– Yo no he sido infiel.

– ?Y como le explicarias eso a tu buscona del restaurante?

– Tracy…

– ?Te vi con ella! Los dos abrazados en un rincon. ?Te estaba besando!

– ?Por que no fuiste a rescatarme en lugar de dejarme con ella? Sabes que no me desenvuelvo bien en las situaciones sociales incomodas.

– Oh, si, parecias muy incomodo. -Se puso las sandalias.

– Venga ya, Tracy. Tus aspavientos melodramaticos han pasado de moda. Es la nueva vicepresidenta de Worldbrige, y habia bebido demasiado.

– Que suerte para ti.

– No te hagas la mojigata. Sabes que soy el ultimo hombre en la tierra que tendria una aventura, pero te has inventado una tragedia griega alrededor de una mujer bebida y besucona porque te has sentido relegada.

– Si, es cierto. Solo se trata de una pataleta. -De algun modo, le habia resultado mas facil lidiar con la idea de la infidelidad que con la de su devastador abandono emocional, y probablemente habia sabido desde el principio que el no tenia una amante-. Lo cierto, Harry, es que empezaste a dejarme de lado meses antes de irnos de casa. Lo cierto, Harry, es que… has pasado de tu matrimonio y has pasado de mi.

Ella queria que el lo negase, pero no fue asi.

– Eres tu la que se ha marchado, no yo. ?Y donde has venido? Derechita a encontrarte con tu ex marido el juerguista.

La relacion de Tracy con Ren era el unico punto de inseguridad de Harry. Durante doce anos se habia negado a conocerle, y se mostraba muy frio cuando hablaba con el por telefono. Algo inusual en el.

– He venido a casa de Ren porque se que puedo contar con el.

– ?En serio? No parecia muy contento de verte.

– -Tu no entenderias los sentimientos de Ren Gage ni en un millon de anos.

Finalmente, habia logrado colocarlo en una posicion de desventaja, asi que Harry decidio cambiar de tema.

– Tu fuiste la que insistio en que aceptase el trabajo en Zurich. Y tambien insististe en venir conmigo.

– Porque sabia lo mucho que significaba para ti, y no queria que me echases en cara haber saboteado tu carrera porque estaba embarazada otra vez.

– ?Cuando te he echado algo en cara?

Nunca. El podria haberle recitado una larga lista de quejas desde los primeros dias de casados, cuando ella todavia estaba intentando aprender como amar a alguien, pero nunca lo habia hecho. Hasta que quedo embarazada de Connor, siempre se habia mostrado paciente con ella. Deseaba con todo su corazon volver a notar su paciencia. Paciencia, confianza y, por encima de todo, un amor que ella habia creido incondicional.

– Tienes razon -dijo con amargura-. Soy la unica que tiene defectos. Tu eres perfecto, por eso resulta vergonzante que estes casado con una mujer tan imperfecta. -Se coloco el banador sobre el hombro, cogio el albornoz y entro en el bano. Cuando salio, el habia desaparecido, pero al dirigirse a la cocina para ver a los ninos, oyo como Harry llamaba a Jeremy en el jardin. Estaban jugando a pillar.

Por un instante, ella se permitio comportarse como si todo estuviese bien.

– ?Que has visto que?

– Un fantasma. -Isabel cogio la sudada camiseta de Ren, le miro durante unos segundos demasiado largos y luego apilo los platos que Marta habia dejado en el escurridero antes de irse a limpiar a la villa-. Un fantasma, sin duda. ?Como puedes salir a correr con este calor?

– Porque me levanto demasiado tarde para hacerlo cuando todavia hace fresco. ?Que tipo de fantasma?

– Del tipo que tira piedrecitas a mi ventana y luego sale corriendo entre los olivos cubierto con una sabana blanca. Lo salude.

El estaba sorprendido.

– Esto ha ido demasiado lejos.

– Estoy de acuerdo.

– Antes de salir a correr, llame a Anna y le dije que tu y yo nos ibamos a Siena hoy. De ese modo todo el mundo esta al corriente de que la casa estara vacia. -Cogio el vaso de zumo de naranja recien exprimido que ella no habia puesto a buen recaudo, se lo bebio y luego se dirigio a las escaleras-. Me ducho en diez minutos y despues nos vamos.

Veinte minutos despues bajo con unos vaqueros, una camiseta negra y su gorra de los Lakers. Echo una suspicaz mirada al atuendo de ella: pantalones grises de punto, zapatillas de deporte y una camiseta gris oscuro que, con ciertas reticencias, le habia tomado prestada a Ren.

– No pareces vestida para hacer turismo.

– Camuflaje. -Agarro las gafas de sol y se dirigio al coche-. He cambiado de opinion. He decidido que voy a acompanarte en la operacion de vigilancia.

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